MADRID, 17 Ene. (EUROPA PRESS) -
La iniciativa de la Alianza de Civilizaciones, copatrocinada por España y Turquía y asumida por la ONU, estuvo hoy ausente en el discurso del Rey ante el cuerpo diplomático, en el que el jefe del Estado hizo un repaso a la acción exterior española en el último año y fijó retos futuros.
Don Juan Carlos subrayó la "voluntad de España de proseguir una política exterior de marcada vocación universal, con una debida atención a la diplomacia multilateral". España, dijo, "sigue (...) fiel a su apuesta por una eficaz diplomacia multilateral, especialmente en el marco de las Naciones Unidas, con un papel insustituible para la comunidad internacional".
Ese papel, indicó, es "clave para afrontar con éxito las exigencias de la paz y la seguridad internacionales, la promoción de la democracia y de los derechos humanos, así como los grandes desafíos" que van "desde la lucha contra la inaceptable barbarie terrorista, la erradicación de la pobreza, la desigualdad y las enfermedades, hasta la protección medioambiental".
De ahí viene, dijo, "la participación española en operaciones de paz, bajo mandato de Naciones Unidas" en Afganistán, Bosnia-Herzegovina, Kosovo o Líbano. En este contexto, dedicó un "emocionado recuerdo" a los militares españoles que murieron el año pasado en el desempeño de "tan nobles misiones" y un mensaje de "solidaridad" a sus familias.
El jefe del Estado sí se refirió al firme compromiso de España con los Objetivos del Milenio, las metas que la ONU se fijó para, entre otras cosas, reducir a la mitad el hambre y la pobreza extrema en el mundo para el horizonte de 2015. En este sentido, destacó el "incremento sustancial" de la ayuda al desarrollo española.
Don Juan Carlos también dedidó un agradecimiento a la "entrega" de los cooperantes españoles "a quienes lo necesitan en regiones del globo azotadas por guerras, catástrofes naturales y otras calamidades".
El Rey subrayó en su discurso la "enorme importancia" que España atribuye a sus "lazos de hermandad con todos los países y pueblos iberoamericanos desde la admiración, el afecto, el respeto y el reconocimiento mutuos".
Tras el discurso del Rey, que fue posterior al del decano del cuerpo diplomático en España y nuncio apostólico, Manuel Monteiro de Castro, a la prensa se le impidió acceder, como venía siendo tradicional, al cóctel que se ofrece a los diplomáticos en el Palacio Real y que en esta ocasión representaban a más de 100 países distintos.
Un portavoz de la Casa Real presentó a los periodistas una serie de argumentos para justificar tal decisión que, dijo, partió de "la Casa del Rey". En primer lugar, se refirió al hecho de que las próximas elecciones generales ya estén convocadas, por lo que la Casa del Rey no considera oportuno que se formen los habituales 'corrillos' de la prensa con el Rey y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
En segundo lugar, subrayó que el acto es una recepción al cuerpo diplomático, y no a la prensa, y por último se refirió a que no es habitual en otros países con monarquía que en este acto se invite también a la prensa.
EL NUNCIO DESTACA EL PRESTIGIO DE LA CORONA
De otro lado, el nuncio consideró que la reciente y "emotiva" visita del Rey a Afganistán para felicitar las fiestas navideñas a las tropas españolas, "así como otras muchas actuaciones han colocado a la Corona española en los más altos lugares del prestigio y popularidad nacional e internacional".
Monteiro de Castro destacó el esfuerzo de España y su Gobierno para "fomentar el desarrollo y la cooperación entre todos, muy particularmente a favor de los países más necesitados" y deseó el fin de "la lacra del terrorismo" que sufre España .
El nuncio aprovechó para felicitar, en nombre del cuerpo diplomático acreditado en España, al Rey con motivo de su reciente 70 cumpleaños.