La Almudena está instalando un "protocolo de seguridad", pero "no estaban funcionando" cámaras de vigilancia

Actualizado: jueves, 7 febrero 2013 20:28

Las primeras hipótesis policiales apuntan a un grupo radical anarquista sin descartar la posibilidad de "un desequilibrado" en solitario


MADRID, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -

La catedral está en un proceso de instalación de un protocolo de seguridad para grandes eventos, pero no había cámaras funcionando en el interior del templo en el momento en el que alguien accedió y colocó un artefacto explosivo junto a uno de los confesionarios, según ha explicado el responsable de la catedral.

"Cámaras internas de momento no, hay un protocolo de seguridad que se está haciendo, se está justamente poniendo para los grandes momentos, pero cámaras en lo que es la zona del templo en este momento no estaban funcionando", ha explicado el canónigo de la catedral Jesús Junquera en declaraciones de a los medios de comunicación.

Este sacerdote fue preguntado acerca de la existencia de cámaras de seguridad que hubiesen podido detectar al autor de la colocación de este artefacto cargado con 200 gramos de pólvora y un kilo de clavos a modo de metralla que fue desactivado por los TEDAX de la Policía Nacional.

Por su parte, la Policía ya ha iniciado sus pesquisas para esclarecer la autoría de lo sucedido. Según han informado a Europa Press fuentes de la investigación las primeras hipótesis apuntan a un grupo radical anarquista, si bien no se descarta la posibilidad de que se tratase de un "desequilibrado" que actuase en solitario.

La Policía lleva desde hace tiempo un control sobre diversos grupos anarquistas y antisistema radicales dispuestos a aprovechar la crisis para actuar con actos violentos. Según han detectado los expertos en Información de la Policía, este tipo de movimientos extremistas buscan organizarse mediante la realización de las llamadas acciones directas y la localización de nuevos objetivos.

Según estos trabajos policiales a los que ha tenido acceso Europa Press, los agentes son conscientes de que por el momento no se han producido actos de envergadura, pero se trabaja sobre la posibilidad de que puedan darse casos en el futuro. En ese sentido, tienen un control de las acciones de baja intensidad registradas hasta ahora por distintas organizaciones, principalmente en Madrid y Cataluña.