AMPL.- Acusado de matar a su tío en Gran Canaria dice que no quería hacerlo y niega ser un "psicópata" y "asesino"

Europa Press Nacional
Actualizado: lunes, 9 marzo 2009 16:45

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA 9 Mar. (EUROPA PRESS) -

Un hombre acusado de matar a su tío el 12 de octubre de 2007 en la capital grancanaria al golpearle con un martillo en la cabeza y asestarle dos puñaladas aseguró hoy durante el juicio, celebrado con tribunal de jurado en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas, que no quería matarle y manifestó que no era ni un "psicópata" ni un "asesino".

"Reconozco que hice una cosa mal y me parece justo que pague en la cárcel. Las discusiones no eran motivo para matar a mi tío", afirmó J.M.C.P., para quien la Fiscalía rebajó la pena solicitada de 17 a 12 años de cárcel por un presunto delito de asesinato, mientras que la defensa se adhirió a lo solicitado por el Ministerio Público al considerar que existen las circunstancias atenuantes de alteración psíquica relacionada con su difícil situación familiar y sufrir un trastorno de control de los impulsos que le ocasiona una disminución moderada "pero con cierta importancia" de sus capacidades volitivas, por lo que precisa de tratamiento psiquiátrico ambulatorio, según los peritos.

El acusado afirmó que estaba "harto" de las discusiones con su tío --quien padecía esquizofrenia--, con el que convivía en la avenida Primero de Mayo desde hacía 5 años y de quien dependía económicamente al carecer de trabajo. De hecho, alegó sufrir una depresión y beber a menudo alcohol por este motivo.

Durante el juicio, la tía del procesado manifestó que su sobrino era "cariñoso de toda la vida y todo amor". Igualmente, su hermana, que vivía en la misma casa, dijo que J.M.C.P. es una "gran persona" y que "siempre lo será, al margen de lo que hizo porque no estaba en sus cabales" el día de los hechos. "Mi hijo es un pan bendito", apostilló, por su parte, la madre del acusado.

"TENDRÉ QUE PAGARLO"

"No digo que sea una maravillosa persona, cometí un hecho mal y tendré que pagar por ello, pero no quiero que se diga que soy un psicópata y un asesino porque no lo soy", aseveró contundente J.M.C.P..

"En ese domicilio ni él ni mi hermana ni yo estábamos viviendo como una familia normal. No sé qué fue lo que me pasó, no sé lo que hice", añadió el acusado, que admitió que el 12 de octubre de 2007, sobre las cinco de la madrugada, llegó al domicilio cuando su tío estaba durmiendo en la habitación y, en un momento determinado, cogió un cuchillo de cocina de 29 centímetros de longitud que se hallaba en un armario y cogió del mueble de la televisión un martillo, con los que se dirigió a la habitación de su tío.

Una vez en el interior, sin encender la luz, se acercó a la cama donde estaba acostado su tío y sin mediar palabra y de forma sorpresiva e inesperada se colocó frente a frente y le asestó con el martillo un golpe en la cabeza. Su tío trató de incorporarse y en ese momento, el procesado le asestó de forma rápida y directa una primera puñalada con el cuchillo debajo del esternón.

En ese instante la víctima trató de repeler la agresión con el antebrazo y la mano derecha y cuando estaba ya caído en la cama, el acusado le asestó una segunda puñalada en el cuello cortando la yugular y la carótida en todo el diámetro con cuatro cortes. Tales heridas le ocasionaron un shock hipovolémico a su tío que le provocaron el fallecimiento, confirmaron los médicos forenses.

A continuación, J.M.C.P. relató que encendió la luz, dejó la camiseta que llevaba puesta y el martillo en el cuerpo de su tío y se dirigió al baño con el cuchillo donde se lavó las manos, su cuello y el cuchillo y envolvió éste en papel higiénico. Seguidamente se fue a la cocina, donde guardó el cuchillo dentro de un cubo de basura.

El ruido despertó a su hermana, que, sin abrir la puerta de su habitación, le preguntó a su hermano qué había pasado. Él contestó que había matado a su tío, le pidió dinero y salió de la casa. En la calle llamó a un amigo suyo y le dijo que había matado a su tío, y estuvo en diversos bares de la ciudad hasta que, sobre las 08.10 horas, se personó en la Jefatura Superior de Policía de Canarias y confesó el asesinato.

"YO QUERÍA A MI TÍO"

El acusado manifestó que debido a las continuas discusiones familiares "incluso" se le "pasó por la cabeza muchas veces" suicidarse. "Yo intentaba poner paz en medio de las discusiones entre mi hermana y mi tío", aseguró. Insistió en que su participación en las disputas era de "mediador" aunque "al final" él también discutía "por la impotencia que sentía porque así no se podía vivir".

"La mayoría de las discusiones es porque mi hermana era muy nerviosa y muy maniática de la limpieza y mi tío era muy descuidado y siempre había insultos y amenazas entre ambos", añadió el acusado, que señaló que a él no le "gusta la violencia".

"Yo no quería matar a mi tío, yo le quería e incluso antes de salir de copas le dejé echo un potaje de lentejas. Reconozco que hice mal y me parece justo que pague en la cárcel, pero mi intención no era matarle", apuntó el acusado, que hizo hincapié en que "en prisión los funcionarios han depositado confianza" en él y tiene trabajo.

"NO ME CREO LO QUE ACABO DE HACER"

Por su parte, su hermana señaló que su hermano le dijo: "tranquilízate que maté a Paco, le pegué un martillazo y le clavé un cuchillo". "Él cuando vio lo que hizo iba de un lado a otro de la casa en estado de shock como cuando uno despierta de una pesadilla y gritando: "No me creo lo que acabo de hacer"", explicó la mujer. "Se notaba que tenía alcohol encima cuando me lo dijo", recalcó, al tiempo que comentó que su hermano no tomaba medicación pero estaba "depresivo" y "bebía alcohol a diario".

Manifestó que J.M.C.P. estaba "fuera de sí" tras lo ocurrido y "en ese momento no era él". Esperó que su hermano se fuera de la vivienda "por miedo" y llamó a su madre.

La tía del acusado aseguró llorando que su sobrino es "muy querido, intachable de bueno y cariñoso de toda la vida". "Yo no soy médico pero le veía muy nervioso y desorbitado, nunca me faltó el respeto y era todo amor", reiteró. La madre de J.M.C.P. apuntó que la víctima "quería mucho" a J.M.C.P., a quien "quería como un hijo". Tanto ella como el otro hermano del fallecido rechazaron recibir la indemnización que pudiera corresponderles.

También prestaron declaraciones el amigo del acusado y dueños de bares que indicaron que "no estaba borracho". Igualmente, comparecieron diez agentes del Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía y policías locales que intervinieron en el caso.

En concreto, un policía nacional manifestó que de camino a los calabozos el acusado le confesó "espontáneamente que había matado a su tío porque estaba harto". "Estaba bastante nervioso y daba olor a bebida, sudor y tabaco, pero no estaba ebrio", opinó. Según el agente, el acusado "decía que eso tenía que terminar así por continuas discusiones porque su tío era esquizofrénico y era la única forma que había para que terminara la problemática de la casa".

Los peritos ratificaron sus informes e insistieron en que la agresión fue "rápida y directa". Una de los médicos forenses señaló que los informes psiquiátricos y psicológicos del acusado determinaron que sufre "un trastorno en el control de los impulsos".

Describieron al procesado como "una persona retraída, con inteligencia baja y gran cantidad de problemas familiares y sociales", que se suma a que ese día había ingerido bebidas alcohólicas. "Tenía escasos recursos afectivos para responder a situaciones que le causan angustia o ansiedad", advirtieron.

Por todo ello, la fiscal María Pilar Rodríguez modificó sus conclusiones al tener en cuenta los informes periciales y solicitó para el procesado 12 años de prisión, privación del derecho a la tenencia y porte de armas por el tiempo de la condena, así como tratamiento psiquiátrico ambulatorio durante 12 años, peticiones a las que se adhirió la letrada de la defensa, Isora Roca.

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