(Ampl.) La Audiencia Nacional absuelve por prescripción al primer etarra juzgado tras el alto el fuego

MADRID, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -

La Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Nacional absolvió hoy por prescripción al presunto miembro del "comando Donosti" Carmelo Laucirica del delito de amenazas terroristas no condicionantes del que estaba acusado por el envío de una carta en la que responsabilizaba de la política de dispersión de presos a la concejal del PP de Llodio (Alava) Rosa María Torres. Se trata del primer juicio contra un miembro de ETA que se celebra tras el alto el fuego permanente anunciado la semana pasada por la banda terrorista.

Al comenzar el juicio, el abogado defensor, Alfonso Zenón, pidió plantear una cuestión previa relativa a la prescripción del delito de amenazas terroristas imputado, ya que el envío de la carta se produjo en enero de 1999 y la acción no se dirigió contra Laucirica hasta agosto de 2005. Unos meses antes, en marzo, había sido detenido por integración en el "comando Donosti" de ETA y otros delitos terroristas.

El letrado empezó su alegación diciendo que quería expresar un deseo compartido por muchos: "El deseo de que en esta nueva etapa estemos verdaderamente ante el principio del final. El deseo de que éste sea el primero de los últimos juicios que se siguen en la Audiencia Nacional contra militantes vascos".

Explicó que Laucirica está acusado de mandar la misiva por la misma dispersión de presos que sufre él mismo, que es de Barakaldo y se encuentra internado en la cárcel madrileña de Soto del Real. Agregó que el envío se hizo en enero de 1999, cuando ETA se encontraba en otro alto el fuego.

Al pedirle el presidente del tribunal, Fernando Bermúdez de la Fuente, que se centrara en la cuestión previa alegada, Zenón recordó que el procedimiento judicial por el envío de la carta no se había producido hasta seis años después de ser cometido el delito, cuando la prescripción de este delito, considerado menos grave, es de tres años.

APOYO DEL FISCAL.

El fiscal de la Audiencia Nacional Luis Barroso dijo que "efectivamente" los hechos estaban prescritos, porque se produjeron con anterioridad a la reforma del Código Penal de diciembre de 2000, cuando se estableció una prescripción de quince años al ser un delito que acarrea inhabilitación absoluta. La Fiscalía solicitaba un año y nueve meses de cárcel para Laucirica por el envío de la carta a la condejal de Llodio.

Tras una corta deliberación, el presidente del tribunal confirmó que los hechos habían prescrito, porque el procedimiento contra el acusado se produjo en agosto de 2005, seis años después de que enviara la carta, por la que ahora se le juzgaba. Bermúdez de la Fuente explicó que por el principio de aplicar la legislación más beneficiosa para el reo, no se le podía aplicar la reforma del Código que amplió el plazo de prescripción del delito, ya que es posterior a la comisión del mismo.

En este sentido, fuentes del tribunal explicaron que nadie se había dado cuenta hasta el mismo momento de la celebración de la vista oral de que los hechos estaban prescritos. "La prescripción es apreciable de oficio y alegable en cualquier momento del procedimiento", lo que en este caso no había ocurrido ni siquiera por parte de la defensa, indicaron las mismas fuentes.

EN DOS DÍAS, SIN CAMBIOS.

Aunque al terminar el juicio, ni la víctima ni los representantes del PP vasco que la acompañaban, como el concejal Santiago Abascal y el parlamentario Carlos Urquijo, quisieron hablar, mientras esperaban que comenzara, Rosa María Torres se refirió al alto el fuego de ETA diciendo que "en dos días y medio" no había notado ningún cambio.

La edil de Llodio dijo que quería que las cosas cambiaran, pero hace falta tiempo para comprobar qué ocurre, porque la tregua de ETA "es un caramelo muy bonito" y la de 1998 "no sirvió para nada". Señaló que ella sigue adoptando las mismas medidas de seguridad que antes del alto el fuego y va acompañada por dos escoltas.

Torres pidió que las concesiones que se hagan a ETA sean "contaditas", porque las víctimas han sufrido mucho, y "no sólo los cargos públicos", precisó.