La Audiencia Nacional condena a 17 años y medio a Vicario Setién por el secuestro de Delclaux en 1996

Actualizado: lunes, 28 mayo 2007 16:41


MADRID, 28 May. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Nacional ha condenado a 17 años y medio de prisión a los miembros de ETA Gregorio Vicario Setién, "Santi", y José Ordóñez Fernández, "Josu", por su participación "directa, material y voluntaria" en el secuestro el 11 de noviembre de 1996 del industrial vasco Cosme Delclaux, quien permaneció retenido durante 232 días en el mismo zulo en el que estuvo encerrado el empresario José María Aldaya, ubicado en una nave industrial en Irún (Guipúzcoa).

En una sentencia hecha pública hoy, la Sección Segunda de lo Penal condena a los etarras como autores de un delito de secuestro terrorista y les obliga a indemnizar con 250.000 euros al propio Delclaux por los daños morales derivados del secuestro y con 6.010.121 euros al padre de la víctima, Álvaro Delclaux, por el importe del rescate satisfecho.

Además, los etarras no podrán acudir a Zamudio (Vizcaya), localidad en la que Cosme fue secuestrado cuando salía de su trabajo en el Parque Tecnológico, así como al lugar en el que resida Delclaux durante un periodo de 10 años, una vez que ambos sean excarcelados.

El tribunal destaca que el secuestro de Delclaux se ejecutó por miembros de ETA "en función de su condición de miembro perteneciente a una familia de alta posición económica, en una acción encuadrada en el proyecto de ataque contra el sistema político-social establecido en la Constitución para la ruptura del Estado".

El SECUESTRO DE DELCLAUX

La sentencia considera probado que Vicario Setién y Ordóñez realizaron seguimientos y comprobaciones sobre los horarios, hábitos, itinerarios y costumbres del empresario, siguiendo instrucciones de la dirección de la organización terrorista.

En la tarde del 11 de noviembre de 1996, Delclaux fue interceptado cuando se disponía a entrar en su coche y, tras exhibírsele un arma, los terroristas le pidieron las llaves de su vehículo, le introdujeron en el mismo, le cubrieron la cabeza con una capucha negra y le condujeron a un lugar donde les esperaba Ramada para trasladarle al lugar donde permanecería 232 días encerrado.

Según la sentencia, ETA reclamó a la familia de Delclaux, en una carta que contenía una bala, 2.500 millones de pesetas (15 millones de euros) a cambio de su libertad. Finalmente, dieron 6.010.121 euros en dos pagos, pero la banda terrorista, al paso de los años, reclamó intereses a la familia.

Una vez efectuados los pagos, el empresario fue liberado el 1 de julio de 1997, cuando los terroristas le dejaron atado a un árbol en el término municipal de Elorrio (Bilbao). Atrás dejaba un habitáculo que tenía unas dimensiones de 90 centímetros de ancho por 3 metros de largo y una altura de 1.94 metros, sin ventilación ni comunicación alguna con el exterior.

Delclaux permaneció en ese agujero durante 232 días, iluminado con una bombilla. Dispuso de un colchón, una pequeña mesa, una silla y un water higiénico y se le proporcionaban tres comidas al día. El zulo se ventilaba una vez al día con un ventilador eléctrico y se mantenía conectada una radio mal sintonizada de forma permanente.

MAQUINILLA DE AFEITAR

Unas de las pruebas para sustentar la condena impuesta a Vicario Setién es una maquinilla de afeitar que se encontró en el zulo con el perfil genético del etarra. Se trata de la misma que en su día no se aportó en el juicio por el secuestro de Aldaya, lo que llevó a su absolución. En aquella ocasión, ni el fiscal Ignacio Gordillo ni la Asociación Víctimas del terrorismo (AVT), peronada como acusación popular, aportaron como prueba el informe pericial que daba constancia de que el ADN de la maquinilla coincidía con el del etarra.

Asimismo, la Sala hace alusión al testimonio "sereno" del empresario en la vista oral, quien relató, a escasos metros de sus captores, la forma en la que resultó abordado cuando salía de su trabajo y cómo los etarras le anunciaron hasta en tres ocasiones que iba a salir, hasta que por fin, el día de su liberación le comunicaron "ya está", sedándole de nuevo e introduciéndole en un maletero.

El tribunal ha valorado también las declaraciones policiales prestadas por los ya condenado por estos hechos, Francisco Ramada, la persona que construyó el zulo, y Sagrario Yoldi, quienes identificaron a los miembros liberados del comando encargado del secuestro e hicieron un croquis a mano alzada sobre el lugar donde se ubicaba el zulo, tras ser expulsados de México a España.