MADRID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Congreso, Manuel Marín, se vio obligado esta tarde a recordar a los diputados que el hemiciclo "no es una taberna", ante el alboroto que se creó durante la réplica del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, al líder del PP, Mariano Rajoy, en el debate sobre las obras del AVE en Barcelona.
La advertencia llegó justo cuando un nutrido grupo de diputados del PP comenzaron a corear "¡Barcelona, Barcelona!" exigiendo a Zapatero que centrará el debate en los problemas surgidos en esa comunidad y dejara de repasar las dificultades a las que tuvo que hacer frente el Gobierno del PP en otros tramos de la Alta Velocidad.
"No puedo consentir que se dirijan ese tipo de expresiones de escaño a escaño. ¡Esto no es una taberna!", advirtió Marín reclamando "un mínimo de decoro" y pidiendo que se respetase el derecho de Zapatero a "expresarse tranquilamente".
Las intervenciones desde la bancada 'popular' fueron constantes desde que Zapatero subió por segunda vez a la tribuna. De hecho, antes de reprender a los diputados por su 'tabernil' comportamiento, el presidente ya había realizado otras tres llamadas de atención.
Marín se había dirigido, en concreto, a dos diputadas del PP: a la gallega Ana Belén Vázquez le rogó que dejase "de gritar" y, poco después, avisó a la vasca María Eugenia Martín Mendizábal de que era "innecesario" hacer "ese tipo de agravios" porque se exponía a que el presidente le pidiera "explicaciones".
También se escucharon 'dedicatorias' para la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, que seguía el debate junto a la vicepresidenta primera, Maria Teresa Fernández de la Vega, en el escaño del banco azul que tiene reservado el vicepresidente económico, Pedro Solbes.
Una diputada 'popular', que periódicamente le pedía a Alvarez que no se riese, mencionó en varias ocasiones las "chuletas" que la ministra le habría pasado a Zapatero para su intenveción.
LOS "MALETINES" DEL AVE.
Zapatero soliviantó también a los 'populares' al asegurar que Alianza Popular, que marca original del PP, se opuso a la puesta en marcha de la Alta Velocidad en 1992. Un diputado del Grupo Popular sacó a colación "los maletines" de las comisiones de entonces y otros aplaudían con sorna por la mención a AP.
Al final de la prolija intervención de Zapatero, desde la bancada 'popular' se oyeron voces preguntándose retóricamente si finalmente la titular de Fomento iba o no a dimitir. "¿Pero, al final, va a dimitir la ministra o no?", señalaban de modo irónico.
Después, durante la intervención de Rajoy, se escucharon risas en las filas socialistas cuando el líder de la oposición recordó la cifra que un diputado de CiU dio recientemente de la inversión del PP en Cataluña, ya que se refirió a él como el portavoz de la Comisión de "Carreteras".
