BARCELONA, 16 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente en funciones del Principado de Asturias, Francisco Álvarez Cascos, ha asegurado este miércoles que ve motivos políticos en la amenaza del Gobierno de intervenir la comunidad, para "tutelar el proceso de configuración" del nuevo ejecutivo autonómico.
En declaraciones a Cataluña Radio recogidas por Europa Press, ha asegurado que, para que Asturias fuera intervenida, "tendría que cambiar la ley" en España porque la comunidad ha anunciado un superávit de 57 millones de euros y el Gobierno no ha aportado ningún dato económico.
Cascos ha pedido al Ministerio de Haciendo que rectifique su "infame" nota enviada el fin de semana en la que amenazaba con la intervención, y que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pida excusas a los asturianas por causar un grave perjuicio.
Lo ha considerado una irresponsabilidad del Gobierno porque no puede convertirse en "agitador para condicionar las decisiones que se estén tomando para formar alianzas y gobierno" en Asturias.
El presidente ha asegurado que se vive una situación semejante a la de 2011, y que su comunidad ha vivido una "anómala" situación política, con una entente entre los partidos mayoritarios y una parálisis de la atención del Gobierno central.
Álvarez Cascos ha afirmado que es la comunidad con "mayores índices de decadencia", con la población congelada de los últimos diez años y con la tasa de población activa más baja de España.
INFRAESTRUCTURAS
El presidente asturiano ha defendido infraestructuras como el AVE como un elemento vertebrador entre territorios en España, y ha remarcado que si se quiere una España de "dos velocidades y asimétrica" solo se tiene que acudir a criterios económicos de rentabilidad en las inversiones.
Ha considerado la alta velocidad como el "medio de transporte del futuro" en España, debido a las distancias medias entre ciudades adecuadas a este medio, y ha subrayado que la política de infraestructuras es a largo plazo y que mirar solo a corto plazo es de "cortedad de miras".
Ha recordado que en su época de ministro de Fomento apostó por el Corredor Mediterráneo, el tramo internacional Figueres-Perpignan y la Y vasca, y que "jamás" lo hizo por el Corredor Central porque era un proyecto con muchas décadas por delante para ser viable.
A su juicio, se ha acabado la política de invertir en infraestructuras directamente con los presupuestos del Estado, y ha señalado que el sistema concesional es la herramienta "más moderna" para ello.
Sobre la posibilidad de que las comunidades devuelvan competencias, ha subrayado que prefiere un ejercicio responsable de las competencias y rechaza el hecho de que tengan que devolverlas porque "alguien ejerza mal" las suyas.
