Coalición Española exige al Gobierno voluntad política para cumplir los compromisos internacionales sobre niños soldado

Actualizado: domingo, 11 febrero 2007 14:40

Destin, ex niño soldado en la República Democrática del Congo: "Me gusta la mecánica y puedo enseñar a quienes vengan al centro"

MADRID, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -

Con motivo del Día Internacional contra el uso de niños y niñas soldados, la Coalición Española exigió hoy al Gobierno "voluntad política" para cumplir los compromisos internacionales asumidos en materia de protección de los menores contra su reclutamiento por parte de grupos y fuerzas armadas, así como el apoyo de iniciativas para luchar contra la impunidad de los reclutadores.

En una entrevista concedida a Europa Press, la portavoz de Entreculturas, Valeria Méndez, organismo perteneciente a la Coalición Española, llamó al Gobierno español a hacer realidad los acuerdos alcanzados en la Conferencia de París, que tuvo lugar el día 5 y 6 de febrero, para la protección de los niños del reclutamiento ilegal por grupos armados.

"Existe un marco legal y jurídico para la protección de estos niños --Convención de los Derechos del Niño de 1989 y el Protocolo Internacional de 2002 contra el reclutamiento de menores-- y aunque cada vez esta problemática se refleja más en la agenda política, creemos que falta voluntad política para llevarlo a cabo", señaló Méndez.

Por ello, no consideró suficientes los "avances" que ha habido hasta hoy en este sentido y subrayó que todavía hoy existen en torno a 250.000 menores que trabajan para grupos armados en el mundo, tanto luchando en el frente como realizando otro tipo de tareas como el transporte de armas o la mensajería, según el último informe de la ONU de 2006.

En este punto, Méndez quiso hacer hincapié en que casi la mitad de estos menores son niñas que, además de ser explotadas por las milicias igual que el resto, son sometidas en muchas ocasiones a violaciones y abusos sexuales por los militares. "Suelen pasar desapercibidas pero suponen el 40 por ciento de los menores y son las grandes olvidadas", lamentó.

La Coalición Española para acabar con la utilización de niños y niñas soldados se creó en 2003 y unió a varias organizaciones no gubernamentales para promover el desarme, la desmovilización, la rehabilitación y la reintegración de los niños soldado en sus comunidades: Fundación el Compromiso, Alboan, Servicio Jesuita a Refugiados, Amnistía Internacional, Save the Children y Entreculturas.

MÁS DE 100 NIÑOS REINSERTADOS.

La Coalición Española trabaja en colaboración con organismos no gubernamentales internacionales y locales para liberar a los niños y niñas de las milicias en países en conflicto, a los que tratan de buscar alternativas que ayuden a su integración en la comunidad a través de talleres formativos.

La directora del proyecto de Desmovilización y Reinserción de Niños Soldados en Uvira (República Democrática del Congo), Nicole Nuts, señaló a Europa Press que su centro ha logrado rehabilitar a unos 130 niños desde que la iniciativa se puso en marcha hace 11 meses. "Pero aún queda mucho trabajo por hacer", remarcó, tras indicar que todavía hoy unos 30.000 niños siguen en manos de las milicias.

Nuts explicó que su principal labor es buscar un futuro a los niños que escaparon de las milicias, bien tras muchas conversaciones con los mandos o bien por sus propios medios, y prestarles todo el apoyo que está en sus manos. "Sobre todo, nos ocupamos de los casos más difíciles que son niños huérfanos o niños que o pueden ser atendidos por sus familias por falta de recursos", indicó.

Los niños que son acogidos en la casa de acogida de Kivi Sur suelen pasar una media de tres meses hasta que superan su pasado y encuentran un camino para su futuro. Sin embargo, Nuts señaló que este periodo varía mucho en función de las circunstancias personales, e igual pueden permanecer allí tres semanas que seis meses.

"Cuando un niño llega a la casa de acogida, primero tratamos de buscar a su familia y de conocer su situación personal. Les escuchamos, hablamos de pasado y de futuro, sobre volver al colegio o aprender un oficio", relató Nuts.

En la casa de acogida de Kivi Sur trabajan, además de la directora del proyecto, otros 17 congoleños que atienden diariamente las necesidades de los niños soldados. En principio, esta iniciativa durará hasta mediados de 2008 y su continuidad, según expuso Nuts, dependerá de los medios con los que cuenten.

En este contexto, lamentó otras se hayan visto obligadas a cerrar por falta de medios y manifestó su deseo de abrir una nuevo centro 100 kilómetros al sur de Kivi, donde su equipo ha comprobado que hay cientos de niñas en manos de las milicias.

A pesar de las dificultades y de la situación que actualmente vive el país, se mostró optimista sobre el devenir del país y afirmó que entre los congoleños hay esperanza en que la paz se consolide. Sin embargo, lamentó que para el recién formado Gobierno aún no sea una prioridad la liberación de los niños soldados.

DESTIN: "QUIERO SER MECÁNICO"

Uno de estos niños liberados fue el congoleño Destin Maliyamungu que desde hace una semana se encuentra en España para acompañar a la directora de la casa de acogida en Kivu Sur en una gira por varias ciudades españolas, donde relatará sus vivencias para sensibilizar a la ciudadanía sobre la problemática de los niños soldados. Hoy relató a Europa Press su vuelta a la vida social tras dos años con las milicias.

Destin vivía con su familia en una localidad del Kivu Sur cuando unos militares del Grupo Mai Mai se presentó en su casa y pidieron que saliera a por leña. Tenía 14 años y nunca volvió a su casa. Le llevaron a un bosque cercano con otros tantos niños donde les obligaban a situarse en la primera línea de las expediciones del terreno que marcarían futuras estrategias militares.

Dos años después, su hermano mayor, que también se encontraba con él en el campamento, le habló de la casa de acogida del Kivu Sur y le ayudó a escaparse una noche con otros cinco compañeros. Allí pasó tres meses y durante ese tiempo se formó como mecánico. Hoy vive con su abuela y sonríe cuando habla de que en el futuro continuará en el mismo taller de mecánica donde aprendió.

"Me gusta la mecánica, sé que puedo hacerlo bien y puedo enseñar a otros niños que lleguen al centro", manifestó. Destin afirma que pasó momentos "muy duros" durante su estancia en el bosque. No obstante, hoy afirma que está contento y recuerda con agrado el tiempo que vivió en la casa de acogida.