MADRID, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, defendió hoy en Lisboa (Portugal) la especialización de los fiscales como principal estrategia en la lucha contra la corrupción, y señaló que los efectos de la reciente creación de delegados de la Fiscalía Anticorrupción en aquellos territorios españoles donde estas actividades delictivas tienen una mayor incidencia "ha sido, en un plazo relativamente corto, sencillamente espectacular".
A lo largo de su intervención en las jornadas "Lucha contra la corrupción, una prioridad de la democracia", organizadas por la Asamblea de la República de Portugal, el fiscal general se refirió a la multiplicación de asuntos de corrupción urbanística "investigados y judicializados" en España.
A su juicio, este incremento no es consecuencia de un crecimiento de la corrupción en sí, "como algunos podrían pensar", sino el efecto de una "mayor capacidad de intervención sobre el terreno que la Fiscalía ha sido capaz de desarrollar".
IMPACTO EN LA CIUDADANÍA.
Según Conde-Pumpido, el goteo permanente de imputaciones y acusaciones contra personas públicas y privadas implicadas en esta clase de delitos ha contribuido, de forma "irreversible", a impactar en la opinión pública y a formar la conciencia ciudadana, puesto que desde la Fiscalía se está transmitiendo "la imagen y el mensaje de que la Justicia reacciona, y lo hace con rigor y contundencia".
Recordó que cuando él accedió al cargo tomó la decisión de nombrar fiscales delegados Anticorrupción en todos aquellos territorios en los que las actividades delictivas tenían mayor incidencia, "donde la especulación urbanística se entrecruza con el reciente establecimiento de organizaciones de corte mafioso, de procedencia básicamente extranjera, que actúan en diversos ámbitos, desde el blanqueo de dinero hasta el tráfico de personas, y por supuesto la explotación laboral y sexual de inmigrantes".
El fiscal general apuntó que la corrupción es un "cáncer" para la economía de cualquier sociedad, puesto que genera competencia desleal "que a su vez aboca al deterioro de la calidad de los bienes y servicios, la descomposición del mercado laboral, que lleva a la precariedad, inseguridad y explotación de los trabajadores y, junto a todo ello, el fraude tributario y de los sistemas de seguridad social".
Por ello, "si el corruptor logra su propósito y no obtiene una respuesta legal contundente, el sistema democrático quiebra en su esencia", y el Estado de Derecho "se convierte en una mera apariencia que, paradójicamente, termina sirviendo sólo para dar cobertura a quienes buscan en él la manera de simular que sus actividades son formalmente lícitas".
Conde-Pumpido afirmó que tanto Portugal como España mantienen "ese horizonte de corrupción generalizada" relativamente lejano, si bien hay que insistir en la especialización de policías, jueces y fiscales para luchar de forma eficaz contra los delincuentes organizados.
ANTICORRUPCIÓN TRAS LOS ESCÁNDALOS.
Recordó que la Fiscalía Especial Anticorrupción fue creada por el Parlamento español en 1995, "al hilo de una serie de escándalos económico-políticos", con competencia en todo el territorio nacional. Su puesta en marcha, según el fiscal general, anticipó en cinco años las recomendaciones al respecto del Comité de Ministros del Consejo de Europa.
Comentó que, no obstante, al principio Anticorrupción fue concebida como un órgano con sede en Madrid y con un número limitado de miembros y de medios, y que "una gran presión política y mediática, fruto de la propia naturaleza de los asuntos de los que conoce", llegó incluso a amenazar con la disolución de este órgano.
"Por eso, desde mi primera declaración pública -sostuvo Conde-Pumpido-, al acceder al cargo de fiscal General del Estado, me comprometí con la revitalización y el reforzamiento de la Fiscalía Anticorrupción y, en general, a la lucha contra la corrupción económica y política, venga de donde venga".
