Condenado a 15 años de cárcel por matar al amigo de un hombre que les debía dinero

Audiencia de Barcelona
JUSTICIA
Actualizado: miércoles, 16 enero 2013 14:54

BARCELONA, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia de Barcelona ha condenado a Francisco Javier H.A. a 15 años de cárcel como coautor y cooperador necesario de asesinato por matar a tiros a un hombre, amigo del que buscaba para vengarse, en un bar de Sant Pere de Riudebitlles (Barcelona).

Además, Francisco Javier H.A. tendrá que indemnizar a la madre de la víctima con 60.000 euros por daño moral y a la hija con 100.000 por el mismo supuesto, según la sentencia.

El 28 de febrero de 2010, el condenado y su sobrino --entonces menor de edad y que ya fue juzgado por un tribunal de menores-- se dirigieron a un bar para dar un escarmiento a un joven que les debía dinero y que, según ellos, les había faltado al respeto: "Le buscábamos porque a mi no me vacila nadie", declaró el condenado en el juicio.

Al no encontrarlo y tras increpar al dueño del bar, se acercaron a un amigo del hombre que querían matar --que estaba sentado en una de las mesas-- para preguntarle dónde estaba su amigo.

A falta de respuestas satisfactorias, le ordenaron que saliera a la calle con ellos, por lo que le "empujaron y golpearon en la cara" hasta que se escapó y se encerró en la cocina, según la sentencia.

Tras salir, la víctima se dirigió a la calle, donde fue seguida por los dos agresores que le dispararon dos veces hasta causarle la muerte inmediata por hemorragia e insuficiencia respiratoria.

INCRIMINÓ A SU SOBRINO

Según la sentencia, el juez no ha considerado creíbles las afirmaciones de Francisco Javier H.A., quien en el juicio acusó a su sobrino de haber disparado con otro revólver a la víctima, pues los testigos declararon no haber visto al menor con ninguna pistola, pero sí al acusado.

Pese a esto, el jurado ha asumido que tanto Francisco Javier H.A. como el menor actuaron "de forma conjunta, concertada e igualmente eficaz", entendiendo que cualquiera de los dos pudo disparar la única arma de fuego que los testigos afirman que existió.

Los testigos también han sostenido que era el condenado "quien llevaba la voz cantante" y quien reiteradamente estuvo amenazando con destrozar el bar y empezar un tiroteo si no le decían dónde se había escondido la víctima.