BARCELONA 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia de Barcelona ha condenado a 34 años de cárcel a Francisco M.R., después de que un jurado popular le declarara culpable de degollar y apuñalar 22 veces a una vecina para robarle en febrero de 2006 en Mataró (Barcelona), aunque sólo cumplirá un máximo de 30 años.
Su pareja ha sido condenada a 10 años de cárcel después de que el jurado la declarada culpable de robo e incendio y la absolviera del delito de asesinato. Los dos condenados deberán hacer frente solidariamente a una indemnización de 420.000 euros para los hijos y hermanos de la víctima. El hermano del principal acusado fue absuelto después de que la Fiscalía retirara los cargos.
La Fiscalía pedía inicialmente 41 años de prisión para Francisco M.R. y su compañera Mónica A.B., y 36 para el hermano de Francisco, David, por los delitos de asesinato con ensañamiento y alevosía, robo con violencia, robo con fuerza, incendio y una falta de lesiones. Además, pedía una indemnización de casi 400.000 euros para los familiares de la víctima.
Según la sentencia de la audiencia, ha quedado probado que la noche del sábado 18 de febrero de 2006, Francisco M.R. y Mónica A.B., de 34 y 35 años, que estaban en su casa junto al hermano de Francisco y su novia, decidieron robar en el domicilio de una vecina suya, Patrocinio H.O., alcohólica de 53 años que vivía sola por ser viuda.
Para hacerlo, Mónica aprovechó que había limpiado su casa en alguna ocasión, para entrar en el domicilio de la mujer con la excusa de que quería un limón.
Su novio se esperó escondido en el rellano y entró en el piso después de que Mónica dejara entreabierta la puerta. Con un cuchillo de cocina y la cara tapada con una braga amenazó a la mujer reclamándole todos los objetos de valor, mientras su novia simulaba no conocer al ladrón, haciéndose pasar también por víctima.
Instantes después, Francisco la acorraló en su dormitorio y ya con la ayuda de Mónica ataron de manos a la víctima. Al negarse a colaborar, Francisco clavó el cuchillo varias veces en la pierna de la mujer, que finalmente reveló el lugar donde guardaba los objetos de valor y el número secreto de su libreta de ahorros.
Mónica acudió a un cajero donde sacó 100 euros de la cuenta de la mujer, aunque en intentos posteriores no lo consiguió y regresó al domicilio.
Patrocinio se dio cuenta de que su atacante era vecino suyo y de que Mónica también colaboraba. Por ello, Francisco M.R. decidió matarla para que no les delatara y, aunque Monica A.B. "no participó en la decisión", si la alentó, según la sentencia. El condenado degolló a la mujer, que seguía atada, y le clavó 22 puñaladas más en la espalda.
Los dos procesados registraron entonces el piso y se llevaron los objetos de valor, principalmente joyas. Para intentar hacer desaparecer pruebas de su delito, rociaron el dormitorio con colonia y le prendieron fuego. El incendio afectó a la vivienda y al resto del edificio, y uno de los vecinos tuvo que ser atendido por intoxicación a causa del humo.
Dos días después, Mónica intentó varias veces sacar dinero de las cuentas de Patrocinio, aunque no lo consiguió. Un día más tarde los tres fueron arrestados por los Mossos d'Esquadra.
El jurado tuvo en cuenta el atenuante de drogadicción para Francisco M.R --aunque consideró que "tan solo afectó levemente su estado mental"-- así como la atenuante de confesión para Mónica A.B., que se dirigió, antes del inicio de la investigación, a una comisaría para explicar lo sucedido.