Condenados a 13 y 5 años de prisión los acusados de matar a su 'camello' en El Empalme

Actualizado: jueves, 8 febrero 2007 16:38

Juan Carlos U.L. fue el autor material del homicidio mientras que Elisa R.G. actuó como cómplice

SANTANDER, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria ha condenado a Juan Carlos U.L. a 13 años de prisión por el homicidio de Rogelio Valdés, quien les abastecía de drogas, cerca de la gasolinera de El Empalme (Peñacastillo), mientras que Elisa R.G. deberá de cumplir cinco años de cárcel en calidad de cómplice del otro procesado, autor material de las cuchilladas. Además, indemnizarán conjuntamente con 120.000 euros a los herederos de la víctima.

En la sentencia, el presidente del Tribunal, Esteban Campelo Iglesias, ha tenido en cuenta el carácter de reincidente de Juan Carlos U.L. -condenado en 1991 a 12 años de cárcel por la muerte de Francisco J. Prellezo en la calle de Río de la Pila- mientras que a la mujer le ha aplicado la atenuante de confesión, ya que incriminó al otro acusado ante la Policía y relató dónde habían escondido el cuchillo.

En la sentencia se recoge el veredicto de culpabilidad emitido el pasado 23 de enero por un jurado popular, que aprobó por unanimidad que el 24 de junio de 2005, sobre las 6.30 horas, Juan Carlos se desplazó en su vehículo a las inmediaciones de la gasolinera de El Empalme para comprar droga a Rogelio Valdés, de raza gitana y de 38 años de edad.

Entonces, se inició "un forcejeo" entre ambos hombres, resultando Juan Carlos con un arañazo de tres centímetros en la mano derecha. En el transcurso de la reyerta, y mientras la víctima estaba "en el asiento del conductor de su vehículo", Juan Carlos esgrimió un cuchillo de "más de 20 centímetros de hoja", con el que, tal y como consideraron probado 8 miembros del jurado frente a uno, le asestó "dos puñaladas en el tórax, ocasionándole instantes después la muerte como consecuencia de una hemorragia aguda".

Hubo también unanimidad al considerar que Juan Carlos "era consciente de lo que estaba haciendo", pese a haber consumido drogas esa noche y que, por tanto, "quería causar la muerte de Rogelio".

Respecto a Elisa R.G., el jurado decidió por siete votos frente a dos que no está probado que le entregara el cuchillo a Juan Carlos, aunque sí consideran cierto, por unanimidad, que el último número que marcó Rogelio minutos antes de morir fue al teléfono de la acusada.

Tampoco quedó probado que Elisa acompañara al otro procesado hasta El Empalme la noche de autos, ni que permaneciese en un coche esperando a Juan Carlos para huir juntos, tal y como defendía el fiscal.

Sí en cambio quedó probado, por unanimidad, que una vez en el apartamento de la calle Alta, la mujer ayudó a Juan Carlos a "romper la punta del cuchillo, rociarle con Volvone y envolverle", deshaciéndose luego del arma por la ventana.

Es por ello que siete miembros del jurado frente a dos concluyeron que Elisa R.G. colaboró "aunque no de forma necesaria" en que Juan Carlos "causara la muerte a Rogelio Valdés". También quedó probado que Elisa era drogadicta, aunque "era consciente del alcance de su conducta y de sus consecuencias".

DECLARACIONES INCRIMINATORIAS

Para el veredicto de culpabilidad de Juan Carlos U.L. se tuvo en cuenta la declaración de Elisa R.G., quien el 26 de junio de 2005 declaró ante la Policía que el otro acusado, conocido como 'El Hippy', "tuvo una movida con el gitano, debido a que había querido quitarle la droga al referido Gelo".

Otra de las declaraciones clave fue la de un toxicómano que conocía a los dos acusados, quien aseguró que sabía "que fue Juan Carlos el que mató a Gelo y fue el solo" y que "se enteró que había matado a Gelo al día siguiente, porque se lo dijo Elisa" con la siguiente frase: "el hippy ha matado a Gelo por dos gramos".

Respecto a Elisa R.G., uno de los toxicómanos que se encontraban en el piso de la calle Alta donde se reunían para drogarse, declaró en el juicio que "escuchó una conversación entre Elisa y Carlos diciendo que querían atracar al 'Gelete'".

Además, el último teléfono que marcó Rogelio antes de morir era el de Elisa, por lo que se la considera cómplice del delito de homicidio.