Condenan a dos italianos a 4 años de cárcel y 6 millones de euros cada uno por transportar 2.590 kilos de hachís

Actualizado: sábado, 28 enero 2006 12:38

MALAGA, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a dos italianos a cuatro años y medio de cárcel y al pago de seis millones de euros de multa, a cada uno, por transportar en la embarcación de uno de ellos 2.590 kilos de hachís recogidos en alta mar.

Los hechos sucedieron el 24 de octubre de 2004 cuando los procesados, con iniciales F.C. y D.C., junto a un tercer hombre, español, que resultó absuelto, viajaban en el barco 'El diputao', propiedad del primero, que navegaba sin luces hasta aproximarse a la costa.

Según la sentencia de la Sección Segunda a la que tuvo acceso Europa Press, se declara probado que en la embarcación había 85 fardos, que habían sido trasladados en alta mar desde una patera por individuos "de aspecto árabe", y que contenía dicha cantidad de hachís, con un valor aproximado de 3,6 millones de euros.

Además, los agentes intervinieron 930 euros en poder de uno de ellos, cuatro teléfonos móviles, una linterna, sonda, equipo de navegación y dos GPS. Esta embarcación y otra, con nombre 'Lucerna', que, posteriormente, fue intervenida, fueron adquiridas por F.C. para dicha actividad ilícita.

Las defensas de los dos acusados solicitaron la nulidad de entrada y registro del barco, pero la Sala no la admitió, al establecer que de la prueba practicada se desprende que dicha embarcación tenía un pequeño camarote totalmente lleno de fardos, en la que sólo había dos sillones, lo que, según concluyen, "no implica en absoluto que fuera un domicilio ni, además, consta que su dueño viviera allí".

Asimismo, se determina también que los bultos se encontraban "por todas partes", incluso en la cubierta fuera del puente y en todo el interior. Por esto, los agentes interpretaron, "acertadamente", según precisa el Tribunal, que se trataba de tráfico ilícito y detuvieron a sus ocupantes. Así, entienden que los agentes, tanto de la Guardia Civil como de Aduanas, declararon en el juicio con "toda convicción y detalle".

En este sentido, en la sentencia se explica que los funcionarios que siguieron la embarcación pudieron ver "cómo viajaba sin luces procedente del sur, es decir, de alta mar, lentamente y con la línea de flotación muy baja, hasta que a una milla de la costa encendieron las luces y se dirigieron al puerto".

El dueño del barco se negó a contestar al fiscal y manifestó a su defensa que la nave era realmente su domicilio; mientras que el otro expresó que subió a la embarcación para comer un bocadillo, tras lo que se quedó dormido, por lo que aseguró ignorar todo lo demás que ocurriera en el interior.

Por contra, la Sala no llega a la conclusión de que el tercer acusado, J.C., tomase parte directa en el alijo, "pese a las fundadas sospechas". Este dijo en su declaración, "coherente y colaboradora", que fue invitado a subir al barco, posiblemente para ver si existía algún fallo en los motores, porque era mecánico, describiendo cómo los bultos fueron subidos desde una patera.