BARCELONA 11 May. (EUROPA PRESS) -
El Juzgado de lo Social número 19 de Barcelona ha condenado a la empresa Doga S.A. a pagar 187.000 euros a un trabajador en situación de incapacidad laboral permanente desde marzo de 2010, por las inhalaciones de productos tóxicos que sufrió desde su puesto de trabajo, como estampador en una empresa de accesorios y compenentes de vehículos.
La sentencia, obtenida por el Col·lectiu Ronda y a la que ha tenido acceso Europa Press, reconoce que el trabajador inhaló y absorbió a través de la piel diferentes tipos de aceites y lubricantes, durante cuatro años, que le han dejado secuelas en forma de síndorme de fatiga crónica, hipersensibilidad química y ambiental múltiple, fibromialgia, un trastorno ansioso depresivo y una rinitis y urticaria crónicas.
El empleado ya vivió distintas situaciones de incapacidad temporal a lo largo de 2008, momento en el que le fue entregada una mascarilla que, pese a ser adecuada para las partículas líquidas y sólidas, no lo fue para hacer frente a los gases y vapores que inhaló.
La sentencia también apunta a que el uso de guantes, otra de las medidas de prevención de riesgos laborales, no fue suficiente, ya que el uso diario provocaba que éstos se humedecieran de aceites y acabaran rotos, permitiendo que las sustancias tóxicas llegaran a contactar con sus manos.
El Col·lectiu Ronda ha señalado en un comunicado que el síndrome de sensibilidad química múltiple es una enfermedad de carácter permanente, provocada por la exposición continuada a agentes tóxicos, que podría afectar a un 12% de la población en España.