Condenan a más de 30 años de cárcel al acusado por el tiroteo del Virgen del Rocío

Actualizado: lunes, 8 octubre 2007 17:03

SEVILLA, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a 30 años y seis meses de prisión al acusado del tiroteo ocurrido el 26 de febrero de 2006 en el Virgen del Rocío, en el que un joven de 27 años, E.S.G., resultó fallecido, tras recibir tres disparos, y su madre herida grave; hechos por los que la Fiscalía reclamaba 42 años y seis meses de cárcel.

Según indicaron a Europa Press fuentes judiciales, el fallo de la sentencia de la Sección Tercera refleja que el procesado, F.C.V., ha sido condenado a la pena de 18 años por un delito de asesinato consumado, a once años por asesinato en grado de tentativa y a un año y medio por tenencia ilícita de armas.

Asimismo, la Audiencia de Sevilla ha absuelto al imputado del segundo delito de asesinato en grado de tentativa en el que estaba acusado de disparar al padre de la víctima y para el que el fiscal solicitaba nueve años de prisión.

Por su parte, la sentencia recoge también que F.C.V. deberá indemnizar a la pareja del fallecido con 99.305 euros y a cada uno de sus cinco hijos menores de edad con 41.377 euros. Además, para el padre de la víctima, el magistrado ha fijado una indemnización de 8.275 euros.

El escrito de acusación del Ministerio Fiscal explicaba que el procesado discutió con la víctima, que tenía cinco hijos menores de edad, en la mañana del 26 de febrero de 2006 en las inmediaciones del Virgen del Rocío, "sin llegar a mayores y marchándose cada uno por su lado".

Sobre las 17.00 horas del mismo día, F.C.V. regresó al hospital, donde se encontraba E.S.G. visitando a un familiar ingresado, y le disparó en tres ocasiones con una pistola. El fiscal expuso que el primer disparo le dañó los genitales y una pierna, el segundo le penetró en el costado y el tercero dañó el corazón y ambos pulmones, por lo que "una hemorragia masiva por rotura cardiaca causó su muerte".

Según la calificación del fiscal, el procesado disparó contra la madre de la víctima, D.G.F., causándole heridas de gravedad que necesitaron de intervención quirúrgica, y contra el padre, M.S.G., que acompañado de su nieta consiguió esconderse tras un macetero, por lo que no fue alcanzado por ninguna bala. Los familiares comenzaron a golpear al procesado para reducirlo, sufriendo éste diversas lesiones.

EL JUICIO.

En la vista oral, que se celebró el 6 y 11 de septiembre en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, la defensa del acusado reclamó la libre absolución y alternativamente un delito de homicidio con la atenuante muy cualificada de drogadicción y la eximente completa de legítima defensa; en cuanto a uno de los delitos de asesinato en grado de tentativa, el que le imputan por el disparo a la madre de la víctima, la defensa reclamó que se considerase un delito de lesiones imprudente; mientras que solicitó la libre absolución del tercero, del que está acusado porque supuestamente también disparó al padre de E.S.G.

El juicio quedó visto para sentencia con la lectura de los informes de cada una de las partes en las que el fiscal se opuso a la petición de legítima defensa, ya que aseguró que "sencillamente fue a hacer pagar la palabra que le había dicho a la víctima en una discusión".

Para el Ministerio Público el argumento esgrimido por el acusado en el transcurso de la víctima "no tiene sentido", pues dijo que "no resulta creíble que una persona acuda con un arma de calibre 45 y con un cargador con nueve balas a ver a su mujer y que casualmente se encuentre allí con la víctima". En este sentido, dijo que "podría haberse defendido de un ejército", dado el tipo de arma y la cantidad de balas que portaba.

Así, concluyó que tampoco existió agresión y forcejeo previo con la víctima por el arma y que como consecuencia del mismo se produjeron los disparos --tal y como señaló el procesado el primer día de la vista oral--, sino que la sucesión de hechos fue "disparo, forcejeo y agresión", por lo que "en ningún caso se puede hablar de defensa propia", sino que "es una persona que fue buscando a otra y le dio tres disparos".

Para ello el fiscal se remitió a la grabación de la cámaras de seguridad del hospital, que fue reproducida en la sala, en la que se ve como un hombre con cazadora oscura --en cuya figura no se reconoció F.C.V.-- se acerca y poco después se observa a "un grupo de gente golpeándole", lo que califico de "lógico" después de lo que había hecho. No obstante, en el vídeo se produce un salto de nueve segundos, en los que suceden los hechos y que no permite ver cómo se produjeron los disparos.

Asimismo, afirmó que el procesado tenía la "intención" de matar también a la madre, a la que le supuestamente le propinó un disparo que le atravesó las dos piernas, y al padre, que se pudo esconder tras un macetero, y que "de no ser porque la pistola se encasquilló hubiera seguido disparando y estaríamos hablando de más crímenes".

UN DISPARO A BOCAJARRO.

Por otro lado, en la sesión declararon los forenses que realizaron la autopsia a la víctima, quienes aseguraron que uno de los disparos, el que le impactó en los testículos, "fue realizado a bocajarro", señalando que el cadáver tenía lesiones en las manos, lo que podría ser "signo de forcejeo", pero no pudieron confirmarlo. En este sentido, uno de los policías que participó en la investigación, que declaró por videoconferencia, destacó que en las manos tenía en las manos restos de disparos.

En la vista también declararon también los expertos de balística, quienes resaltaron la potencia del arma utilizada, de la que dijeron que "la Policía española no la emplea, sólo la norteamericana, porque supera con creces la potencia necesaria para hacer que una persona se detenga".

Así, explicaron que la pistola cuando fue analizada estaba encasquillada y que tenía dos cartuchos en el cargador y uno atorado en la recámara, además de un cargador que contenía nueve. Además, indicaron que por la trayectoria de los disparos uno de ellos se realizó de frente, aclarando que "desde el principio se pudieron realizar desde la distancia".

De igual modo destacaron que en la chaqueta de la víctima se encontraron dos señales más de disparos, pero que estos no llegaron a impactar en el cuerpo de la víctima, sin descartar ni confirmar que se hicieran durante un posible forcejeo entre ambos.

En cuanto a la posible agresión que sufrió el acusado, quien asegura que le pincharon con una navaja, una de las forenses que le exploró descartó que se tratase de una herida punzante, sino de "una contusa" realizada con "algún tipo de arma sin un filo cortante".

Por último, también declaró una perito para acreditar la drogadicción del acusado, que la defensa expuso como una de las atenuantes, quien afirmó que por los análisis efectuados con el cabello del procesado se concluye "que es consumidor de cocaína desde hace años".