Cuatro exconsejeros de Caja Madrid declaran que fueron informados de las preferentes después de su emisión

Actualizado: martes, 4 marzo 2014 19:01

El exalcalde de Móstoles por el PSOE defiende que con Blesa las preferentes nunca crearon "alarma social"

MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -

Cuatro antiguos miembros del Consejo de Administración de Caja Madrid han declarado ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu que fueron informados de la emisión de preferentes de 2009, que alcanzó los 3.000 millones de euros y dejó sin sus ahorros a cientos de pequeños ahorradores, después de que la Comisión Ejecutiva aprobara su lanzamiento, informaron fuentes jurídicas.

Así se han pronunciado José Manuel Fernández Norniella, vicepresidente de Caja Madrid y exsecretario de Estado de Comercio con el PP; José María Arteta, exalcalde de Móstoles por el PSOE; Rodolfo Benito, representante de CCOO; y Jesús Pedroche, expresidente de la Asamblea de Madrid también por el PP. Todos ellos han comparecido como querellados en la pieza separada del 'caso Bankia' en la que se investiga el plan de ideación de las preferentes de las siete cajas de ahorro que formaron esta entidad.

Arteta ha concretado que en la reunión del 20 de abril de 2009 el director general financiero de Caja Madrid, Ildefonso Sánchez Barcoj, comentó la posibilidad de emitir 5.000 millones en preferentes y, una semana después, la Comisión Ejecutiva aprobó que el producto, que fue lanzado formalmente por Caja Madrid Finance Preferred, contaría con la garantía de la entidad.

El Consejo de Administración, formado por 20 vocales, no fue informado hasta el 18 de mayo, en el que la emisión de preferentes se trasladó como "un hecho resuelto", en palabras de Arteta. Esta misma expresión ha sido utilizado por Rodolfo Benito, quien ha apuntado en la misma línea que Arteta que las preferentes emitidas en 2004 "no dieron ningún problema".

El exalcalde socialista también ha señalado que la Comisión de Control, que estaba presidida por el 'popular' Pablo Abejas, era el órgano que tenía la función de ejercer la "vigilancia financiera" en la entidad y estaba habilitada para suspender sus acuerdos si suponían un perjuicio para los impositores y los clientes.

En todo caso, ha defendido que durante el mandato de Miguel Blesa las participaciones preferentes nunca crearon "alarma social" y siempre ofrecieron a los compradores los réditos que se habían prometido. En 2009 se llevó a cabo la emisión, según ha dicho, para "fortalecer" los recursos propios de la entidad en un contexto de "crisis internacional".

NO HUBO SIGNOS DE DETERIORO

Los cuatro comparecientes han coincidido en señalar que durante los años 2008 y 2009 los miembros del Consejo de Administración de Caja Madrid nunca tuvieron constancia de que existieran signos de deterioro en la entidad, ya que los informes eran tranquilizadores y el primer ejercicio se cerró con unos beneficios de 800 millones de euros.

También han defendido que las cuentas de 2008, 2009 y 2010 contaron con el aval de la auditora Deloitte y que la caída de beneficios experimentada en esos dos primeros ejercicios --de 359,7 millones de euros a 180,4-- tampoco les hizo pensar en un deterioro de la situación de la entidad.

Todos ellos han coincidido en señalar en que confiaban en que la dirección de Caja Madrid tuviera en cuenta las recomendaciones del Banco de España, que alertó desde 2006 de la sobreexposición inmobiliaria y los riesgos crediticios.

Norniella, por su parte, ha puesto de manifiesto que, "a título personal", supervisó el folleto de emisión de preferentes y comprobó que era correcto. Además, ha asegurado que se preocupó por la bajada de la calificación crediticia de la caja por parte de la agencia Moody's y tuvo conocimiento de que se había dado orden a las sucursales de que se informara de este bajada del 'rating'.

Pedroche ha apuntado que, aunque los informes del Banco de España reflejaban la existencia de un alto riesgo de morosidad e incidían en la poca fiabilidad de los créditos hipotecarios concedidos por los Agentes de Propiedad Inmobiliria (API), no existía "ninguna preocupación" al respecto por parte de la dirección de la caja.