Erkoreka se muestra cauto sobre las transferencias y le reta a seguir el "modelo de estabilidad" de Euskadi: "someterse al PP"
MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha mostrado hoy dispuesto a negociar un acuerdo de estabilidad parlamentaria con el PNV y a abrir un diálogo "para el desarrollo del autogobierno" y de las transferencias pendientes, condición que puso hace pocas semanas el presidente de esta formación, Íñigo Urkullu.
"Si hay condiciones para una mayoría estable, le puedo asegurar que me voy a emplear a fondo para intentar conseguirlo, y si es con su partido, mucho más", le ha dicho Zapatero al portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka, durante el Debate del estado de la Nación. Al final de su intervención, el presidente ha dejado clara su oferta "expresa y directa al PNV para el diálogo y los acuerdos".
Erkoreka, en cambio, la ha recibido con frialdad y se ha limitado a asumir "a beneficio de inventario" el ofrecimiento de diálogo sobre autogobierno y transferencias porque, según ha argumentado, ese anuncio ya lo ha hecho más veces Zapatero y "las cosas siguen exactamente igual". Cuando haya "resultados tangibles", ha concluido, se podrán dar más pasos.
La oferta se la ha facilitado a Zapatero el propio Erkoreka reprochándole, en su primer discurso, que haya recurrido a la "geometría variable" para sacar adelante sus proyectos de ley con el apoyo de la izquierda o de la derecha, según cada caso, incluso pactando con el PP en Euskadi para desbancar al PNV del Gobierno vasco.
Eso ha dado pie a Zapatero a decir que le "encantaría" pactar con el PNV, pero Erkoreka, especialmente dolido por el acuerdo PSE-PNV en Ajuria Enea, se ha escudado en éste para no responder a la oferta, y le ha espetado que el Gobierno puede seguir el "modelo de estabilidad" que practica en el País Vasco: pactar con el PP, "someterse a lo que el PP diga" y tener "estabilidad toda la legislatura", ha resumido.
GEOMETRÍA VARIABLE POR "OBLIGACIÓN"
El presidente, sin embargo, ha insistido una y otra vez en que el PSOE recurre a la "geometría variable" por "imperativo" y en que eso el propio Erkoreka "lo sabe muy bien". "No es traición, es obligación, y no es deslealtad, es falta de profundidad en el amor. Si tuviéramos una relación estable, habría necesidad de unas veces requerir el apoyo de unos y otras de otros", ha añadido.
El jefe del Ejecutivo le ha recordado también que la legislatura comenzó con los grupos decidiendo no respaldar su investidura, que salió adelante sólo con los votos del PSOE, y que para pactar hace falta una "voluntad compartida". "A no ser que considere que el Gobierno puede dictar por decreto la estabilidad con el PNV. No, y no le oculto que no me importaría", ha insistido Zapatero.
Y después de la retórica, ha rematado su intervención reiterando la "voluntad decidida" del Gobierno "de llegar a acuerdos y dialogo con PNV", con el "grado de compromiso" al que esté dispuesto no sólo el Ejecutivo central sino también la formación nacionalista.
Eso sí, Zapatero ha reconocido que para ese diálogo hay que tener clara cuál es la responsabilidad de cada uno en el Gobierno central y el autonómico y no ser ingenuos sobre la realidad política en Madrid ni en Euskadi. "Sé que no es fácil, pero sé que merecerá la pena intentarlo", ha insistido.
HABLAR DE LO QUE EL PNV QUIERA
Y para ello, el jefe del Ejecutivo se ha mostrado dispuesto a "favorecer el mejor diálogo político con el PNV" y a abordar los temas que la formación nacionalista "entienda conveniente", con voluntad constructiva.
Como muestra de ello, mientras se alternaba con Erkoreka en la tribuna, Zapatero se ha tomado la molestia de consultar el detalle de los proyectos concretos en los que el peneuvista le ha reprochado incumplimientos --en relación con el puerto de Pasajes o al centro de Espalación de neutrones-- y le ha dado respuestas pormenorizadas y compromisos de resolver los retrasos.
Y como credencial de su empeño en el diálogo, ha proclamado que ha cumplido "absolutamente todos" los compromisos que ha adoptado con el PNV, enumerándolos en su intervención. Según Zapatero, con el anterior lehendakari peneuvista, Juan José Ibarretxe, no se habló de transferencias porque en su "agenda" sólo estaba el cambio estatutario.
Erkoreka, aunque ha rechazado esta tesis, ha admitido que en materia de compromisos concretos los incumplimientos han sido poco numerosos. En todo caso, se ha declarado decepcionado con la intervención del presidente y se ha mostrado convencido de que seguirá buscando mayorías parlamentarias variables.
NADIE HA HECHO UNA REFORMA LABORAL
Durante el rifirrafe con el peneuvista, Zapatero ha aprovechado para rebatir una acusación que también le han echado en cara el PP y CiU, el que haya tardado dos años en hacer la reforma laboral, y se ha preguntado por qué no lo hizo el PP en sus ocho años de Gobierno, cuatro de ellos con apoyo de los nacionalistas.
"Ya está bien de que nos digan que llegamos tarde", ha proclamado el presidente, y se ha preguntado si acaso la reforma laboral "la llevaba todo el mundo en sus programas electorales". "He abordado la economía en el periodo de crisis con el modelo laboral que me encontré", ha insistido.
A Erkoreka, Zapatero le ha reconocido también que en él ha habido "cambio de discurso" --aunque no "borrón y cuenta nueva"-- si se refiere a su reciente insistencia en la austeridad, pero ha recalcado que no es fruto del "cambio ideológico", sino de las circunstancias. "¿Es reprochable eso a quien gobierna? No lo sé, lo reprochable sería que fuese ajeno al contexto?", se ha defendido.
En todo caso, ha asegurado que "todos los indicios" apuntan a que España está en una senda en la que cada día gana "más estabilidad y más credibilidad". Así, el presidente le ha recomendado "prudencia" y "perspectiva" antes de juzgar "desplomado" el proyecto socialista, recalcando que la manifestación de Barcelona no anula el apoyo de su Gobierno a la España plural, ni la huelga general de septiembre borrará todo lo que ha hecho en políticas sociales.
