BARCELONA 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
La defensa de uno de los dos jóvenes condenados a 17 años de cárcel por asesinato con alevosía tras apalear y quemar viva a una indigente en un cajero de Barcelona en diciembre de 2005 presentó hoy un recurso ante la Audiencia de Barcelona y que terminará en los próximos días en el Tribunal Supremo (TS). El letrado considera que la sentencia fue "parcial" e "injusta".
Según explicó a Europa Press el abogado de Ricard P.B., Juan Antonio del Moral, en su recurso solicitan al Supremo que considere el delito como homicidio por imprudencia grave y no asesinato, como lo consideró la Sección Décima de la Audiencia.
Además, el letrado considera que en su sentencia, los magistrados no tuvieron en cuenta la totalidad de la declaración testifical del menor ya condenado por los mismos hechos. Según él, los hechos probados por la sentencia se basan en parte del relato del menor, pero no tiene en cuenta que el mismo menor dijo que incendiaron el cajero sólo para "asustar" a María Rosario E.P.
Además, según el mismo abogado, el tribunal no "motivó" el hecho de dar por válida la versión del menor en cuanto al relato cronológico de los hechos, pero "omitió lo fundamental, la intencionalidad". "Es parcial e injusto, ya que no valora en conjunto la prueba", opinó el letrado, lo que deja a su cliente "en plena indefensión".
La abogada del otro joven condenado, también explicó a Europa Press que su recurso lo presentará entre mañana y el jueves, cuando termina el plazo estipulado legalmente.
Los dos jóvenes procesados por apalear y quemar viva a una indigente en un cajero de Barcelona en 2005 fueron condenados la semana pasada a 17 años de prisión cada uno por un asesinato con alevosía y otro de daños, así como a indemnizar a la familia de la víctima con 46.000 euros y a La Caixa con 26.719 euros por los desperfectos ocasionados.
Según la Sección Décima y como se puede ver en el vídeo de seguridad del cajero, la agresión se inició entre las 1.38 y las 1.44 horas del 16 de diciembre de 2005, cuando Ricard P.B. y Oriol P.S. lanzaron varios objetos, como una naranja y una botella de plástico, a María Rosario E.P., que se había refugiado en un cajero de la calle Guillem Tell para pasar la noche.
Tras un breve forcejeo, la mujer logró cerrar el pestillo, pero volvieron más tarde acompañados del menor J.J.M.R. --ya condenado a ocho años de internamiento--, y "urdieron una trampa" para lograr que les abriera la puerta. El joven, al que la víctima no conocía, le pidió que le abriera para extraer dinero y María Rosario E.P. accedió.
Los acusados --que durante el juicio pidieron perdón a la familia de la fallecida y dijeron que sólo querían darle "un susto"-- y el menor entraron con "objetos contundentes" como tubos de cartón rígido y duros que encontraron en un saco de escombros cercano y golpearon a la mujer "repartiéndose entre sí los alternativos papeles agresores" hasta que salieron instantes más tarde.
Sobre las 4.10 horas, los tres regresaron con un bidón --en el que había "como mínimo" cinco litros de disolvente--, que cogieron del andamio que cubría el inmueble, que estaba siendo restaurado, y que olieron "para confirmar la certeza de la clase de sustancia de que se trataba".
Ricard P.B. entró fumando en el cajero junto al menor J.J.M.R., quien portaba el bidón, y Oriol P.S. se quedó fuera sujetando la puerta abierta, "garantizando así la inmediata huida". Mientras, J.J.M.R. empezó a verter "a escasa distancia" parte del líquido, pero, como la garrafa pesaba, "se le venció" y se derramó "su contenido casi por completo". Ricard P.B. esperó a tirar la colilla hasta que el menor llegó a la puerta.
En las imágenes del vídeo, puede verse a los acusados "sonrientes" tras la potente deflagración y abandonando el lugar sin auxiliar a la víctima ni llamar a los servicios de emergencias, que llegaron minutos más tarde y encontraron a la mujer aún con vida.
María Rosario E.P. fue trasladada al Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, donde murió el sábado por la mañana de un fallo multiorgánico, causada por las quemaduras de segundo y tercer grado que sufría en el 65% de su cuerpo --brazos, piernas, cuello, cráneo, tórax, espalda, glúteos y zona genital-- y por tener la cara totalmente quemada. También presentaba contusiones y hematomas.