Defensa y la Xunta de Galicia firman el protocolo para que las Fuerzas Armadas participen en la campaña contra incendios

MADRID, 18 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Ministerio de Defensa y la Xunta de Galicia aprobaron hoy en Santiago de Compostela el convenio de colaboración para la prevención de incendios forestales durante este verano, que supondrá un año más la participación de las Fuerzas Armadas en labores de prevención y extinción, con un máximo de 75 patrullas terrestres y seis helicópteros en el caso de una emergencia de nivel 3.

Según informó en un comunicado el Ministerio de Defensa, el protocolo fue firmado este miércoles en la ciudad gallega por el director general de Política de Defensa (DIGENPOL), el general de División del Ejército de Tierra Benito Federico Raggio, y el consejero de Medio Rural de la Xunta, Alfredo Suárez.

Defensa no concretó las unidades militares que podrán participar en estas misiones ni el número máximo de militares que tiene previsto destinar a estos cometidos pero sí indicó que el protocolo permitirá la vuelta de las patrullas castrenses por los montes de Galicia para prevenir incendios forestales, "tras los buenos resultados obtenidos durante la campaña de 2007". "El dispositivo, que combinará la disuasión y la capacidad de alerta temprana, contempla marchas y vigilancias diurnas y nocturnas", explicó.

El dispositivo estará basado en el despliegue de patrullas terrestres "sin actuación directa contra el fuego" y complementado, en caso de ser necesario, con medios aéreos de vigilancia y evacuación sanitaria. La entidad de la fuerza a desplegar será graduable y se articulará en tres niveles de intervención, vinculados a la gravedad de la situación.

Defensa informó de que el nivel mínimo, correspondiente a una situación de normalidad, prevé el despliegue de 23 patrullas en vehículo y hasta dos helicópteros de vigilancia durante la campaña. El nivel medio corresponde a una situación generalizada de incendios, declarados por la Xunta de nivel de gravedad potencial dos, en alguna de las provincias gallegas e implicaría tener disponibles 50 patrullas, tres helicópteros de vigilancia y un helicóptero para evacuación sanitaria. El nivel máximo se activaría en situaciones de incendios de gravedad generalizados en varias provincias y elevaría la participación militar hasta 75 patrullas con cuatro helicópteros disponibles para vigilancia y otros dos para evacuación sanitaria.

El Ministerio señaló que la participación de las Fuerzas Armadas en la lucha contra los incendios forestales en labores de extinción y de apoyo se basará en la actuación de la Unidad Militar de Emergencias (UME), "como unidad de primera intervención de las Fuerzas Armadas, la cual podrá recabar e integrar el apoyo de unidades de los tres ejércitos para tareas auxiliares y de apoyo logístico cuando sus capacidades no sean suficientes para hacer frente a la emergencia".

Atendiendo al problema singular que el riesgo de incendios forestales representa para Galicia, la UME destacará en la Escuela Naval de Marín (Pontevedra), con carácter permanente durante toda la campaña contra incendios, una sección perteneciente al quinto Batallón de Intervención en Emergencias, con base en San Andrés de Rabanedo (León), para asegurar un corto plazo de reacción.

Este destacamento dispone de cisternas, autobombas y vehículos especiales de última tecnología para la lucha y prevención de incendios forestales. De ser necesarios recursos adicionales, estos procederían en primera instancia del citado Batallón de León, posteriormente de los otros cuatro Batallones de la UME y, por último, de otras unidades de las Fuerzas Armadas si fuera preciso.

En labores aéreas de extinción, el 43 Grupo de Fuerzas Aéreas del Ejército del Aire continuará operando durante esta campaña los aviones apagafuegos Canadair adscritos orgánicamente al Ministerio de Defensa y funcionalmente al Ministerio de Medio Ambiente. Cuando la UME participe en una operación de emergencia dirigirá la utilización de estos medios. Durante la campaña de 2008 está previsto desplegar en el aeropuerto de Labacolla, en Santiago de Compostela, de uno a tres aviones en función del riesgo de incendios.