Los dos policías que robaron 20 kilos de cocaína en Jefatura de Valencia cumplirán 10 y 12 años de prisión

Actualizado: domingo, 20 julio 2008 14:37

VALENCIA, 20 Jul. (EUROPA PRESS) -

La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a una pena de 10 y 12 años de prisión a los dos policías en activo que robaron en la noche del 29 de julio de 2006 un total de 20 kilogramos de cocaína en la Jefatura Superior de Policía de Valencia para luego venderlos. Además, cada uno deberá pagar una multa de dos millones de euros por estos hechos, según consta en una sentencia consultada por Europa Press.

El tribunal considera probado que uno de los agentes, el de Valencia, M.G.T, fue "sin duda alguna" el inductor e ideólogo del delito, y arrastró al otro policía, de Alcorcón, J.L.A.G, a cometerlo. En sus declaraciones ante el magistrado, mientras el primero negó todos los hechos y aseguró que era víctima de una "venganza", el segundo reconoció lo que se le imputaba y aseguró que todo estaba planeado.

Sin embargo, el tribunal condena a ambos y estima que el primer policía dijo varias contradicciones, ya que, por un lado, aseguró que el otro agente "era muy amigo suyo" y, que al mismo tiempo, afirmó que lo estaba implicando en este caso por "una venganza relacionada con un asunto de faldas". También cree probado que pudo ver el contenido de la furgoneta que ingresó en Jefatura, con un cargamento de más de 500 kg de cocaína intervenido en el Puerto de Valencia, y conocía que, por falta de seguridad, tenía al alcance la droga y que era fácil cogerla.

Afirma que el policía llamó a su amigo, le contó lo que podían hacer y le pidió que fuera a Valencia con el uniforme, que él le permitiría el paso para coger la cocaína. Esta afirmación desmonta el argumento mantenido por el agente, que dijo que su amigo "apareció por sorpresa". Según el tribunal, el policía de Madrid "no podía saber que la furgoneta seguía en el patio, ya que no debía estar tanto tiempo allí, y que estaba abierta y que la droga era accesible", de no ser que se lo hubiera comunicado su compañero.

Así, mantiene que es este agente el que "rápidamente, pensado y hecho", urde un plan para el que necesita un compinche, y piensa en su amigo, con quien mantiene una continua comunicación telefónica desde que acepta la idea. Además, tiene en cuenta que las cámaras graban la "amplia sonrisa" del procesado mientras habla por teléfono una vez culminado el plan, lo que "elimina de plano el choque que éste dice que le había producido la presencia de su amigo".

El tribunal tampoco tiene en cuenta el argumento de la defensa del agente de Valencia, que expone que su representado sabía que la Jefatura estaba vigilada por cámaras de seguridad y que, sin embargo, no se llevó las cintas. El magistrado entiende que el plan "si no perfecto, no era malo", ya que se contaba con lo "desastroso" de la situación de la furgoneta y la droga, y "lo normal, era que no se echasen en falta unos pocos kilos de droga, con lo que nadie iba a mirar las cintas, que iban a ser borradas o regrabadas".

También considera probado, tal y como argumentó en su versión el otro policía implicado, que la droga sustraída, dispuesta en dos tablas de 10 paquetes de un kilo cada una de ellas, las escondió en el trastero de su padre de Alcorcón, y que, al día siguiente, el agente de Valencia se trasladó hasta su domicilio de Madrid para acordar las gestiones relativas a la venta de la sustancia.

Tras ello, el 10 de agosto, el policía residente en Madrid contactó con un portero de discoteca, al que le entregó tres paquetes sustraídos que contenían tres kilos de cocaína para que los vendiera por una cantidad cercana a los 33.000 euros. Paralelamente, mantenía contactos con otras personas para vender el resto.

Sin embargo, no consiguieron deshacerse de la mercancía, y los días 17 y 18 de agosto ambos fueron detenidos y se recuperaron 17 paquetes de cocaína sustraídos que estaban escondidos en el trastero de uno de los policías, quien comentó a sus compañeros que los otros tres paquetes los tenía el portero de una discoteca.

Entonces, los agentes se desplazaron hasta el domicilio de esta tercera persona implicada, donde intervinieron el resto de la droga sustraída, además de una báscula de precisión y 700 euros en efectivos que procedían de esta actividad ilícita. El total de la cocaína podría haber alcanzado el valor de 589.397,20 euros en su venta por kilos, 1.048.973,35 euros en su venta por gramos y 1.327.637 euros en su venta por dosis.

Por todo, el tribunal condena al policía de Valencia, inductor del plan, a una pena de 12 años de prisión, y a otros 10 años a su compañero de Madrid. Asimismo, condena a nueve años y un día de cárcel al portero que intentó vender la droga, y a que pague una multa de 600.000 euros.