MADRID, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -
Ramón Hermosilla, abogado de Alberto Cortina y Alberto Alcocer, afirmó hoy ante la Audiencia Provincial de Madrid que en todo momento actuó bajo las órdenes de sus clientes durante sus contactos con los presuntos falsificadores de la carta con la que pretendieron incriminar a sus socios de Urbanor y conseguir que el Tribunal Supremo revisara su condena por estafa en la venta de los terrenos donde se sitúan las torres KIO.
Hermosilla añadió que sus clientes estuvieron siempre informados de los pasos seguidos por él antes y después de la aparición de la carta, mediante la denuncia presentada por la acusada Glória Álvarez ante la Fiscalía General del Estado el 9 de abril de 2003, tres semanas después de la sentencia condenatoria del Alto Tribunal de 14 de marzo de dicho año. Álvarez alegó que era una carta anónima que alguien había depositado en su buzón.
El abogado está acusado junto a 'los Albertos', el también letrado de los empresarios Ignacio Peláez, Álvarez y los hermanos Javier y José María Arnáiz de delitos de falsedad en documento privado, estafa procesal y denuncia falsa cometidos mediante un presunto plan para conseguir la absolución de Cortina y Alcocer en Urbanor.
"El encargo no me gustó, pero decidí hacerlo en cumplimiento de mi obligación profesional", declaró Hermosilla. El abogado explicó que el 21 de marzo de 2003 Cortina le "encargó" que se pusiera en contacto con José María Arnáiz tras entregarle una carta remitida por éste al presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, donde le instaba a hacer de intermediario con 'los Albertos' para ofrecerles una posible prueba que demostraría su inocencia en el 'caso Urbanor'.
El abogado relató cómo sus contactos con los Arnáiz, en los que "no se mencionó a Gloria", culminaron con la firma ante notario y por separado del contrato de 27 de marzo de 2003, en el que los empresarios se comprometían a pagar 4,5 millones de euros, correspondientes al 20% de la indemnización por el 'caso Urbanor', en caso de absolución, por la búsqueda de pruebas "lícitas" exculpatorias.
"NO HABÍA RIESGO".
"No existía riesgo alguno de que estos señores hicieran nada raro porque el pago estaba sometido a la absolución", apuntó Hermosilla, quien después afirmó que "nunca hizo caso" a ninguno de los faxes que los hermanos Arnáiz le enviaron con información sobre sus investigaciones porque acabó "harto" de que le pidieran dinero.
El abogado reveló que se enteró de la existencia de la supuesta carta falsa el 10 de abril de 2003, cuando José María Arnáiz le mandó un fax con la denuncia y el documento presentado por Álvarez, y que en ese momento relacionó a Glória con los Arnáiz e intuyó que podía haber alguna "manipulación".
Hermosilla explicó que cuando el Juzgado de Instrucción número 11 de Madrid comenzó a investigar la procedencia y veracidad de la carta, el caso pasó a manos del abogado, también imputado, Ignacio Peláez, que él entregó toda la documentación y no volvió a contactar con Álvarez ni los Arnáiz.
Los socios de 'los Albertos' en Urbanor, el arquitecto Pedro Sentieri y el constructor Julio San Martín, estuvieron imputados en este proceso por denuncia falsa hasta que la Guardia Civil determinó que la carta era falsa.
En la carta, con fecha de 2 de octubre de 2000, el arquitecto Pedro Sentieri le daba instrucciones al constructor Julio San Martín para que ocultara al tribunal que iba a juzgar el 'caso Urbanor' que conocía la existencia de precios diferentes en la venta de los terrenos de Urbanor a la sociedad kuwaití KIO.
