MADRID, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Congreso de los Diputados ha mostrado este martes su apoyo a las demandas de avances democráticos que se están produciendo en varios países árabes como Túnez y Egipto, ha reconocido el "compromiso ciudadano con la democracia" que están protagonizando sus poblaciones y ha apelado al diálogo político para lograr que todos estos movimientos desemboquen en "transiciones pacíficas".
La Cámara Baja se ha pronunciado sobre lo que está ocurriendo en distintos Estados de Asia y África a través de una declaración institucional pactada por todos los grupos parlamentarios a la que ha dado lectura en el hemiciclo el secretario primero de la Mesa del Congreso, Javier Barrero.
Todos los grupos coinciden en que estos países, en especial Túnez y Egipto, están viviendo "un momento decisivo en su historia" y han querido resaltar la "valentía" con que están afrontando este proceso el conjunto de fuerzas políticas, sociales y democráticas de estos territorios y su "determinación" por liderar "la transformación democrática de sus regímenes políticos".
"Son sociedades que reclaman en sus respectivos países un cambio político y aspiran a conseguir en libertad, desde los valores democráticos de pluralismo y tolerancia, el respeto a los Derechos Humanos, el rechazo de la corrupción y la justicia social, condiciones todas ellas que aseguren mejores condiciones de vida, bienestar y oportunidades para sus poblaciones", reza la declaración institucional.
"ELECCIONES LIBRES Y LIMPIAS"
Tras reconocer de "manera solemne" el "fuerte compromiso ciudadano con la democracia" mostrado en esos países, el Congreso ha realizado un llamamiento "al diálogo político para el impulso de una transición pacífica, basada en gobiernos de amplia base, que conduzca a un proceso de reforma democrática en pleno respeto del Estado de derecho, las libertades fundamentales y los derechos humanos, y que permita la celebración de unas elecciones libres y limpias".
Del mismo modo, la Cámara Baja ha llamado a reforzar la cooperación y la solidaridad internacionales, en especial de la europea, para contribuir al progreso y al desarrollo de estas sociedades, así como a la integración y cohesión de los diferentes países de la región, "compartiendo el objetivo de construir estabilidad, paz y prosperidad en toda la cuenca mediterránea".
