El jefe del aparato logístico está acusado de participar en siete asesinatos y un secuestro antes de huir a Francia y Centroamérica
MADRID, 26 Jul. (EUROPA PRESS) - La operación policial contra el aparato logístico de ETA se inició esta mañana al salir de la vivienda de Rodez (Aveyron) la pareja sentimental formada por Iker Iparragirre y Galder Bihotz Cornago. El arresto de Juan Cruz Maiza Artola tuvo que esperar hasta que llegó la orden judicial que permitía a los agentes entrar en la vivienda, informaron a Europa Press fuentes de la lucha antiterrorista.
El registro del piso se prolongaba a primera hora de esta tarde con la confianza de que Maiza Artola escondiese en él información sobre el aparato logístico, del que era máximo responsable, según Interior. La vivienda era vigilada desde hace dos semanas por los agentes de la Comisaría General de Información, precisaron las fuentes consultadas.
MAIZA, DE CENTROAMÉRICA A FRANCIA.
Maiza está considerado como responsable del aparato logístico de ETA desde 2001. En su historial criminal figuran siete asesinatos perpetrados por la banda durante los años 80 y en un secuestro. Alias 'Pintxo', 'Patxi' y 'Gurutz', Maiza Artola es un veterano activista de ETA que representa el enésimo caso de etarra que tras huir de España y pasar a Francia, ha residido durante un tiempo en la retaguardia de Centroamérica para después reincorporarse a la dirección de la banda.
Nacido hace 56 años en Echarri-Aranaz (Navarra), fue condenado en rebeldía en 2006 a nueve años de cárcel por el Tribunal de París por su responsabilidad de la reserva de ETA en la región de Burdeos y el papel de jefe de logística de ETA desde 2001. Sus huellas fueron encontradas en el "zulo Chernobil" y en otros tres descubiertos en octubre de 2004 en el suroeste de Francia.
Se le relaciona además con varios asesinatos perpetrados en Vizcaya y Navarra a lo largo de la década de los 80. Así, pudo haber participado en el atentado del 2 de julio de 1984 en Vizcaya que acabó con la vida de Alberto Aznar Feix, teniente Coronel retirado del Ejército, así como en los del teniente de Infantería Juan Enríquez Criado, el subteniente Francisco Javier Fernández y el cocinero del acuartelamiento al que pertenecían, Luis Alberto Asensio Pereda, en Galdákano (Vizcaya) tras estallar un coche bomba al paso de un convoy militar.
En 1985 y en compañía de la etarra María Mercedes Galdos Arsuaga, 'Vitori', detenida en marzo de 1986, habría participado en otras tres asesintos. Así, ambos fueron identificados como los autores del atentado contra una furgoneta el 30 de mayo de 1985 en el que perdieron la vida el agente del Cuerpo Nacional de Policía Francisco Miguel Sánchez y un estudiante, Alfredo Aguirre Beascoaín, de tan sólo 14 años.
También se les acusó de haber participado en el asesinato, también en la capital navarra, del general de la Guardia Civil retirado Juan Atares Peña, el 23 de diciembre de ese mismo año.
En enero de 1982, habría participado, junto a los etarras Alfonso Echegaray y José Ramón y José María Lete, en el secuestro del industrial vizcaíno José Lipperheide Henke, quien fue liberado tras 15 días de cautiverio y tras el pago de 150 millones de las antiguas pesetas en concecto de rescate.
La orden del secuestro de Lipperheide --que fue retenido en el mismo 'zulo' en el que la banda ocultó al empresario y directivo del Athletic de Bilbao Juan Pedro Guzmán Uribe, así como al ingeniero de la central nuclear de Lemóniz, José María Ryan, a quien ETA asesinó tras someterlo a la tortura del secuestro y en el que también se relacionó a Maiza-- les fue dada a Maiza y a sus compinches por el entonces cabecilla del 'aparato militar' Santiago Arróspide Sarasola, 'Santi Potros'.
IPARRAGIRRE, HUIDO DESDE 2005.
Otro de los detenidos, Iker Iparraguirre Galarraga logró huir el 9 de febrero de 2005 cuando agentes de la Comisaría General de Información acudieron a practicar su arresto a la localidad guipuzcoana de Azpeitia. En esa misma operación se practicaran catorce arrestos en País Vasco, Navarra, Cádiz y Valencia en una operación contra la estructura operativa de ETA.
Iparraguirre y el resto de detenidos en esa ocasión habrían desarrollado labores orgánicas en la estructura operativa de ETA, ejerciendo también su actividad criminal para el "asentamiento" de los comandos armados. Además, algunos de ellos elaboraban informaciones sobre potenciales objetivos para cometer atentados, entre ellos miembros del Cuerpo Nacional de Policía y de diferentes cargos políticos como potenciales objetivos de la banda terrorista.