MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
El abogado Emilio Cortés, que representó en varios procedimientos judiciales a Juan de Justo, declaró hoy en el juicio del 'caso de los maletines', que se sigue en la Audiencia Provincial de Madrid por los pagos a los ex policías José Amedo y Michel Domínguez en Suiza, que su cliente sufrió "torturas" cuando declaró en enero de 1995 ante el juez Baltasar Garzón, ya que, según su relato, el magistrado quería "convencerle de que tirara más alto e involucrara" en este asunto al ex secretario de Estado para la Seguridad Rafael Vera, de quien había sido secretario personal.
La declaración de Cortés y de otros tres testigos puso fin a la fase de pruebas testificales de la vista, que se reanudará el próximo 13 de julio con la presentación de las documentales. El fiscal Luis Rodríguez Sol acusa a Vera de encargar a su secretario personal, Juan de Justo, una serie de pagos mensuales a las esposas de Amedo y Domínguez para evitar que los ex policías implicasen a miembros a miembros del Gobierno de Felipe González en la trama de los GAL.
También se sientan en el banquillo de los acusados los entonces responsables del Servicio de Información Exterior y de Operaciones del Ministerio del Interior, Félix Hernando y Aníbal Machín, respectivamente, así como Amedo, Domínguez y sus esposas como responsables civiles.
"O ME PONEN QUE SON TORTURAS O LES SUSPENDO"
Durante su declaración, el abogado de De Justo en 1995 y ahora profesor de Derecho Penal en la Universidad de Extremadura aseguró que su defendido sufrió "un interrogatorio duro, desagradable e invasivo" cuando el 9 de enero de 1995 declaró ante Garzón por esta causa. "Si les pongo un caso práctico en junio a mis alumnos, o me ponen que son torturas o les suspendo", resumió.
A preguntas de la defensa y del fiscal, indicó que la declaración de su defendido fue "bastante irregular" porque el magistrado estaba "realmente descompuesto", su teléfono "no paraba de sonar" y recibía notas "permanentemente" del fiscal Pedro Rubira, que "estaba permanentemente entrando y saliendo" de la sala.
En este sentido, apuntó que Garzón le trasladó la posibilidad de que De Justo no fuera a la cárcel a cambio de involucrar a su entonces jefe. "Me dijo que había una posibilidad de que no fuera a la cárcel y me dijo que no fuera tonto (...). Se trataba de convencer a mi cliente para que tirara más alto, si involucraba a Vera iba a salir en libertad", relató. Sin embargo, añadió que De Justo decidió "no actuar así" porque esa declaración era "mentira" y esa actitud hubiera supuesto "una falta de lealtad" hacia Vera.
No obstante, Cortés reconoció, a preguntas del representante del Ministerio Público, que su defendido firmó la declaración ante Garzón a pesar de que "no se decía nada de torturas" e incluso se mostró "de acuerdo" con el contenido del acta. Asimismo, señaló que Vera presentó una denuncia en un cuartel de la Guardia Civil próximo a su domicilio por estos hechos.
SANCRISTÓBAL INTERCEDIÓ ANTE VERA
También declaró ante el tribunal en calidad de testigo Julián Sancristóbal, que fue gobernador civil de Vizcaya entre 1982 y 1984 y director de la Seguridad del Estado entre 1984 y 1986, y fue condenado por el secuestro de Segundo Marey y la malversación de fondos reservados.
El ex dirigente socialista reconoció que habló "en alguna ocasión" con Vera para darle a conocer la "enfermedad" que sufría la mujer de Amedo, María Ángeles Acedo, así como la "difícil situación" económica en que se encontraba mientras su esposo permanecía en prisión. No obstante, indicó que Amedo nunca le pidió "otra cosa" y dijo no recordar que su esposa le refiriera en alguna ocasión que había concertado el cobro de fondos procedentes del Ministerio del Interior.
Preguntado por una declaración judicial en la que afirmó que los ex policías podrían estar cobrando "un millón de pesetas al mes cada uno", aseguró que en aquel momento su testimonio no quedó expresado "con toda nitidez" y se reafirmó en desconcer los supuestos pagos a los ex policías o la existencia de cuentas bancarias en Suiza. "Mantengo que había intercedido (con Vera) pero no en relación con las cantidades que Amedo o su familia podrían estar recibiendo", señaló.
También testificó por videoconferencia desde Fuengirola la ex jefa de Protocolo del Ministerio del Interior Irma Deglané, quien calificó de "rumores" los supuestos pagos que se realizaban a Amedo y Domínguez y aseguró que, durante su declaración ante Garzón en 1995, el magistrado le "grabó" sin contar con su "permiso". Por su parte, el jefe del Gabinete de Información del Ministerio del Interior entre 1987 y 1994, Manuel Ballesteros, indicó que no era frecuente que Hernando y Machín viajaran juntos al exterior, y dijo desconocer que realizaran algún desplazamiento concreto a Ginebra, donde supuestamente se abrieron las cuentas corrientes de Amedo y Domínguez.