Ex ministro portugués de Exteriores cree que la ampliación de la UE dificulta a España estar en el núcleo duro de Europa

Actualizado: martes, 20 noviembre 2007 14:55

BILBAO, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -

El embajador y ex ministro de Asuntos Exteriores de Portugal Antonio Martins da Cruz advirtió hoy de que la ampliación de la Unión Europea a países del centro y norte de Europa ha convertido a España y Portugal en más "periféricos", lo que, a su juicio, significa que "será mucho más difícil" para estos países "estar siempre en los núcleos duros de Europa".

Martins de Cruz participó hoy en el seminario organizado por la Fundación Sabino Arana bajo el título "Europa en la encrucijada: el nuevo Tratado de la Unión", en el que también intervinieron el ex presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, el comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa entre 1999 y 2006, Álvaro Gil-Robles, el vicerrector de Relaciones Internacionales de la Universidad de La Rioja, José Martín y Pérez de Nanclares. El encargado de abrir el evento fue el lehendakari, Juan José Ibarretxe.

Antonio Martins da Cruz señaló como puntos positivos que este Tratado es "un nuevo punto de partida y puede ser el final de la crisis". También destacó la participación, por primera vez, de los parlamentos nacionales "que tienen que ser consultados por el Consejo, la Comisión y el Parlamento europeo, lo que puede significar una tentativa de aproximar Europa a los ciudadanos".

Como aspectos negativos, apuntó la posibilidad de que un país "quede fuera de lo que no le gusta" y advirtió de que "la institucionalización de las cooperaciones reforzadas estructuradas significa una Europa a tres o cuatro velocidades". Asimismo, reiteró, como punto negativo, que "la ampliación de Europa al centro y al norte tornó a España y Portugal más periférico y eso significa que será mucho más difícil para nosotros estar siempre en los núcleos duros de Europa".

Martins da Cruz manifestó también que Europa, sobre todo desde la ampliación de 1972, vive "en una tensión ideológica entre el federalismo y el libre cambio" y afirmó que este nuevo Tratado "es contra el federalismo, por imposición de algunos países".

En ese sentido, advirtió de que, "al ser contra el federalismo, da más poder a los estados centrales y eso, en la proyección que podemos hacer de cómo va a ser aplicado este tratado, puede ser contra las regiones y eso significa que las regiones tienen que encontrar el camino en la floresta del nuevo Tratado para tener un diálogo en Bruselas".

EUROPA: SOCIO CREÍBLE Asimismo, el ex ministro de Asuntos Exteriores de Portugal consideró que "en un mundo globalizado, Europa tiene que afirmarse como un socio creíble, no solamente en el área de la política exterior, sino también para vencer la crisis económica y para poder preservar el modelo social que desarrolló en los últimos años sesenta".

Para Martins da Cruz, el costo de la energía, la valorización del euro, las políticas de emigración, el papel de las regiones, la cohesión económica y social, los cambios climáticos, la crisis financiera, la competencia de los mercados emergentes, las incertidumbres en los Balcanes y en el sur mediterráneo, "son ejemplos de los riesgos y desafíos que la Unión Europea tiene por delante".

Por último, indicó que países como España y Portugal "consideran a Europa como una prioridad en sus políticas". "No hay alternativas en el horizonte europeo. Por eso, la capacidad de influir en soluciones europeas es proporcional a las respuestas a los problemas de nuestras sociedades".

Por su parte, el comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa entre 1999 y 2006, Alvaro Gil-Robles, señaló que lo más importante del nuevo Tratado de la UE es que "hemos salido del impasse que nos había producido el fracaso de la Constitución europea después del referéndum francés y de los Países Bajos".

FORMULA PARA GOBERNAR LA UE AMPLIDA

Asimismo, destacó que "también se consigue una cierta fórmula para gobernar o administrar la nueva UE ampliada, porque antes era imposible con el sistema que teníamos".

En cuanto a los aspectos negativos, Gil-Robles afirmó que el Tratado es "ilegible y es imposible de entender, por lo que no es pedagógico para lo que llamaríamos la mentalidad europea".

En su opinión, hay países "que aprovechan la situación para estar a la carta, lo que es malo". "Yo no sé si realmente hemos salido con una ideología europeísta reforzada o, simplemente, de supervivencia, y no sé si vamos a ser capaces de seguir construyendo el modelo europeo que los fundadores querían", agregó.

Gil-Robles indicó que, desde hace años, la Unión Europea está "confrontada a un proceso de transición interna, en el que se entrelazan una gran diversidad de factores y, entre ellos, la necesidad de dotarse de una estructura adecuada y operativa de las instituciones comunitarias, así como proclamar, sin dejar lugar a dudas, cuáles son los principios y valores a los que han de acomodarse dichas instituciones en su funcionamiento".

A su juicio, "la necesidad de dotar a la Unión Europea de una base sólida de principios rectores de su actuación y no sólo de valores económicos, ha sido la batalla diaria de quienes piensan que es imprescindible actuar en el respeto de valores democráticos y reconocer unos derechos fundamentales de las personas, todo lo cual también forma parte del llamado 'adqui' comunitario".

"Por ello -subrayó-, se ha elaborado la Carta de Derechos Fundamentales, que pasó a ser parte sustancial del fallido proyecto de Constitución Europea y hoy se encuentra también en el Tratado de Lisboa".

Gil-Robles señaló que, de esta forma, "los ciudadanos de la UE serán así protegidos en la elaboración del derecho comunitario, así como en la ejecución del mismo por los organismos de la UE", aunque se preguntó, por otro lado, si "todas las personas en el seno de la Unión gozan por igual de esos derechos" y si "seguirán existiendo bolsas de no-ciudadanos en el seno de países miembros de la UE".

Por otro lado, el vicerrector de Relaciones Internacionales de la Universidad de la Rioja, José Martín y Pérez de Nanclares, señaló como aspectos positivos del Tratado que "saca a la UE del impasse constitucional y de la crisis en la que se encontraba tras el no de los referéndum de mayo y junio de Francia y los Países Bajos y su amparo por la oposición de algunos estados que, aunque habían firmado en octubre de 2004 el tratado constitucional, han planteado, de manera desleal, nuevas exigencias"

Tras destacar también como positivo que "rescata la esencia, la sustancia, de buena parte de los avances y mejoras que tenía el tratado constitucional", señaló como puntos negativos que es "ilegible y opaco" y que "se ha hecho a costa de la transparencia que se pedía en Niza" y el "reguero de excepciones que va a dejando en aspectos fundamentales, como en el espacio de libertades y justicia".

ESTADO Y NACION

Por su parte, el ex presidente de la Generalitat de Catalunya, Pasqual Maragall, destacó como positivo del Tratado que reconoce la pluralidad, aunque consideró negativo que "no insiste bastante en la distinción y la aceptación de que Estado y nación no es lo mismo".

Por ello, señaló la necesidad de que se introduzca en la Constitución europea la distinción entre Estado y nación y añadió que el nuevo Tratado es "muy complicado, por un lado, y por otro, tiene carencias como ésta, ya que las cosas que soluciona las soluciona con un lenguaje bastante obtuso y las cosas sencillas no las toca".