El autor de la denuncia anónima sostiene que le dijeron que Villarejo era "intocable" porque "hacía trabajos sucios para la cúpula"
MADRID, 28 Abr. (EUROPA PRESS) -
El que fuera jefe de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) José Luis Olivera ha asegurado este jueves, durante el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional por los negocios privados de José Manuel Villarejo, que el comisario usó sus empresas para dar cobertura a operaciones policiales, entre las que ha citado 'Malaya', aseverando asimismo que "todos" los mandos policiales lo conocían "perfectamente".
"Esas eran las funciones que se le iban encargando. Donde tú no podías llegar como policía, él con esa estructura (empresarial) sí que podía", ha dicho Olivera, matizando que en su caso siempre consultó la intervención de Villarejo y su entramado societario, CENYT, "con el juez y el fiscal" pertinentes.
De esta forma, ha venido a respaldar la tesis defendida por el ahora comisario jubilado, el cual sostiene que era un agente de Inteligencia que trabajaba para Policía Nacional y CNI y usaba CENYT como tapadera. El fiscal anticorrupción Miguel Serrano ya fijó en las primeras sesiones del juicio que, aunque eso fuera así, lo "intolerable" es que se lucrara con ello.
El ex jefe de la UDEF ha contado que conoció a Villarejo en el año 2000 porque el entonces comisario general de Policía Judicial, Jesús Espigares, se lo presentó en una comida. "Es una persona que está excedente en el cuerpo (policial) y que colabora con nosotros, lo utilizamos en distintas operaciones", le habría indicado.
Según Olivera, Espigares le transmitió que debía trabajar con Villarejo porque en ese momento estaban inmersos en "una operación muy importante", que resultó ser la detención del narcotraficante gallego Laureno Oubiña en Grecia, y que debía verse con él "fuera de dependencias policiales --porque él no entra en dependencias policiales--", lo cual le "extrañó muchísimo", pero acató la orden.
Se vio con Villarejo en "bares, cafeterías y restaurantes" varias veces hasta que un día Olivera descubrió por casualidad que el comisario no estaba en excedencia sino que seguía en activo. "Es un funcionario que está cubierto, que está liberado, que tiene una serie de empresas y colabora con nosotros. Está todo claro. Tú, a trabajar con él", le habrían contestado al pedir explicaciones.
Olivera ha precisado que le consta que Villarejo usó sus empresas en al menos dos ocasiones. Una fue la 'Operación Malaya', donde el comisario habría acudido al Registro de la Propiedad de Málaga a obtener unos datos sobre Juan Antonio Roca, uno de los principales investigados entonces, usando como tapadera "una ONG". "Si hubiéramos llegado con un oficio policial o judicial, la 'Operación Malaya' se hubiera ido al traste", ha enfatizado.
En una segunda ocasión, ha añadido, se le requirió para que verificara nuevamente si un "responsable político" tenía un determinado inmueble. De acuerdo con Olivera, Villarejo fingió que quería comprar la casa. "Y tragaron el anzuelo porque incluso esa inmobiliaria fue luego a Torre Picasso a ofrecerles pisos", ha comentado.
Olivera ha señalado igualmente que él mismo acudió en un par de ocasiones a las oficinas de Torre Picasso, sede de CENYT, para reunirse con personas que estaban dispuestas a ofrecer información a la Policía Nacional.
"TODOS" LOS DAO LO CONOCEN "PERFECTAMENTE"
Además de esas dos operaciones, ha mencionado una tercera en la que a Villarejo "se le ordenó que se infiltrara" en una banda de traficantes de armas ucranianos, un operativo que dirigió él, no como jefe de la UDEF sino de la Brigada Central de Estupefacientes (UDYCO), y Florentino Villabona, que en esa época era el responsable provincial de Málaga.
La defensa del comisario ha incidido en este asunto por cuanto Villabona ha declarado esta misma semana en el juicio que "nunca" le ha dado una orden a Villarejo, ni como comisario provincial ni como responsable de la Dirección Adjunta Operativa (DAO), cargo que ocupó en 2017.
"¿Que si la situación de Villarejo era conocida? Indudablemente, por todos los mandos", ha afirmado Olivera, concretando que Villarejo "estaba a las órdenes de los DAO" y éstos "conocen perfectamente (...) que tenía una estructura empresarial y que se utilizaba en determinadas ocasiones". "Todos, y el que diga que no, no dice la verdad", ha rematado.
EL DENUNCIANTE ANÓNIMO, UN EX COLABORADOR DEL CNI
Este jueves también ha comparecido como testigo David Rodríguez Vidal, que se ha identificado como un antiguo colaborador de CNI y Policía Nacional con empresas dedicadas a la formación en "contrainteligencia", y que ha reconocido que fue quien redactó y envió en 2017 a la Fiscalía Anticorrupción la denuncia anónima de la que partió el 'caso Villarejo'.
Rodríguez Vidal, que dice haber trabajado con el CNI hasta 2013, ha explicado que, aunque la elaboró y entregó él, el verdadero denunciante era Francisco Menéndez, un empresario que había estado implicado en una "trama" relativa a la entrada y salida de ciudadanos ecuatoguineanos del aeropuerto madrileño de Barajas de la que también habría participado Villarejo.
Según Rodríguez Vidal, un socio suyo que era inspector de Hacienda le presentó a Menéndez. El empresario quería que le ayudara a desbloquear 7 millones de euros que Seychelles había embargado a uno de sus clientes ecuatoguineanos. Le dio un presupuesto pero no lo aceptó por lo que no llegó a establecer con él una relación de cliente, ha puntualizado.
No obstante, mantuvieron la relación y por el "resquemor" de Menéndez hacia Villarejo, le empezó a facilitar información. Rodríguez Vidal ha justificado que, por "deformación profesional", se la trasladó a sus contactos en la Policía Nacional, que no estaban interesados. Lo comentó también con un comandante de la UCO de Guardia Civil al que conocía de conferencias, y éste sí mostró interés.
"Me convenció, me soltó un discurso sobre el bien y el mal, y le dije: 'Venga, vamos a hacer algo'", ha recordado, apostillando que pensó que Menéndez podía animarse a cooperar porque podía ayudarle a evitar la cárcel por el delito fiscal por el que se le estaba investigando. El guardia civil habría hecho de "intermediario" con Anticorrupción y los fiscales Manuel Moix e Ignacio Stampa le habrían trasladado que necesitaban una denuncia.
Menéndez en un principio accedió, pero en el último momento "se volvió atrás" porque "tenía miedo". "Su abogado le decía que le iban a atropellar", ha ilustrado. Por eso, Rodríguez Vidal decidió escribir él mismo la denuncia, aportando la documentación que el empresario le había ido facilitando, ha argumentado.
'KING' Y "OTROS PROYECTOS"
Antes de enviar la denuncia a Anticorrupción, en un sobre con un nombre ecuatoguineano --para "despistar"-- y desde una comisaría gallega, porque al ser una trama policial había cierto "simbolismo", ha expuesto que hizo unas "pequeñas" comprobaciones sobre los datos que constaban en esos papeles.
En ese contexto, habló con un policía "amigo" suyo que trabajaba en Extranjería y éste le advirtió de que "Villarejo era intocable" porque "hacía o había hecho trabajos sucios en el pasado para la cúpula".
Rodríguez Vidal ha subrayado que solo plasmó en la denuncia la información "suficiente" para que la Fiscalía empezara a investigar. Mencionó 'King', la trama ecuatoguineana, que era de lo que tenía constancia por el empresario, y mencionó "otros proyectos similares" porque imaginó que Menéndez no había sido el "único cliente" de Villarejo. "Eso no tenía lógica", ha resuelto.
Preguntado por la defensa de Villarejo sobre si había alguna posibilidad de que el empresario estuviera compinchado con el Centro Nacional de Inteligencia para atacar al comisario, lo ha descartado: "Las probabilidades de que Menéndez haya trabajado con el CNI son menos que las de que la Tierra sea plana".
