Inicio del juicio por el caso Kutxabank
EUROPA PRESS
Actualizado: martes, 14 febrero 2017 19:06

Alcorta dice que se le "impuso" a Cabieces, pero su trabajo fue "imprescindible" y el exdelegado, que "nunca ha cobrado sin trabajar"

BILBAO, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -

El expresidente de Kutxabank, Mario Fernández, ha afirmado ante la Audiencia Provincial de Vizcaya que le pareció "justo" buscar una "salida" profesional al exdelegado del Gobierno en el País Vasco, Mikel Cabieces, tras estar "en primera línea del terrorismo", y ha negado que pretendiera "perjudicar" al banco, que abonó el dinero que éste percibió por trabajar en el despacho del abogado Rafael Alcorta.

Por su parte, el letrado ha asegurado que se le "impuso" a Cabieces como colaborador, pero su trabajo fue "imprescindible", y el exdelegado del Gobierno ha asegurado que "nunca ha cobrado sin trabajar",

Este martes han comenzado las sesiones de la vista oral, y han declarado como imputados Fernández, Cabieces y Alcorta por los presuntos pagos irregulares, por importe de 243.592 euros, realizados por el banco en la etapa de gestión de Fernández a Cabieces a través del bufete de abogados.

Cuando ya estaba como presidente en Kutxabank Gregorio Villalabeitia, puso en conocimiento de la Fiscalía estos hechos, que los remitió al Juzgado al observar indicios de comisión de delitos. El propio Fernández, posteriormente, abonó al banco la cantidad de los pagos.

En la primera sesión de juicio, Fernández, ha explicado que, tras el relevo de Cabieces en la Delegación del Gobierno, recibió una llamada de una "alta personalidad de un partido corroborada con dos llamadas de altas personalidades de otro partido", los dos que habían estado en el juego de 'yo gano, tú pierdes'".

Según ha explicado, le trasladaron que era "habitual" buscar algún tipo de "salida" a los delegados de Gobierno, a consejeros y personas del Ministerio de Interior para que pudieran "reincorporarse" a su profesión.

"RAZONABLE"

Fernández ha asegurado que la petición para buscar trabajo a Cabieces, al que no conocía, le pareció "razonable y atendible", y "lógica y justa la compensación" por haber estado en "la primera línea del terrorismo". Asimismo, ha asegurado que le pareció que podría ser una "función social" y, tras recordar que él tuvo que vivir con tres escoltas, ha reconocido que se sintió "apelado por el tema del terrorismo".

En este sentido, ha recordado, sin nombrarle, al exgobernador civil de Gipuzkoa, Juan Mari Jáuregui, al que el Gobierno "mandó a Chile, volvió 15 días de vacaciones y le pegaron dos tiros". "Desde el principio quedó claro que yo estaba dispuesto a hacer lo que pudiera para encontrar un puesto de trabajo al señor Cabieces", pero "no un puesto para cobrar".

"LÍNEAS ROJAS"

Fernández ha precisado que planteó como "líneas rojas" que el trabajo no fuera en Kutxabank, donde se entra a través de unos procedimientos" y que fuera solo por un plazo determinado.

El expresidente de Kutxabank ha indicado que habló con el director de Recursos Humanos de la entidad, Fernándo López de Eguilaz, para ver posibles opciones y éste le trasladó que el banco tenía una iguala con el despacho de Rafael Alcorta, donde podría trabajar Cabieces.

La cantidad pactada que percibiría Cabieces y abonaría el banco era de 5.783 euros mensuales, lo que se hizo a través de un incremento de la iguala con el despacho Alcorta.

El expresidente de Kutxabank ha añadido que, en un momento dado, el director general del banco, Ignacio Sánchez-Asiaín, le trasladó que había mantenido una reunión con Eguilaz en la que le había propuesto extinguir la relación con Cabieces. "Sería estupido que me opusiera y me pareció bien", ha indicado.

Fernández ha señalado que, cuando le presentaron una de las últimas facturas, preguntó si se correspondía con servicios reales prestados, algo que le garantizaron.

Posteriormente, ha narrado como el nuevo presidente de Kutxabank, Gregorio Villalabeitia, le comunicó en una conversación sus dudas sobre que se hubiese perjudicado al banco. Según ha explicado, "le indigna y repugna profundamente" que se pueda pensar eso y, por ello, esa tarde abonó la cantidad que había percibido Cabieces.

Molesto porque Villalabeitia no le dijera se había realizado una auditoría interna, ha indicado que el abono de ese dinero no era una "prueba de reconocimiento de culpabilidad".

Además, ha defendido que siempre ha tratado de beneficiar al banco y, de hecho, cuando accedió a la Presidencia de Kutxabank, renunció a la retribución variable, a la pensión complementaria y a recibir "un euro adicional" al salario pendiente por su cese, por lo que su finiquito fue de 41.687 euros.

También ha añadido que entregó al banco más de 500.000 euros que procedían de lo que cobraba como vicepresidente de CECA y por participar a título personal como consejero en Repsol. Así, ha asegurado que se podría decir que la entidad "no uso un solo euro suyo" para pagar a Cabieces porque "ya lo había anticipado" antes.

RAFAEL ALCORTA

Por su parte, Alcorta ha expuesto, en primer lugar, que, como consecuencia de la fusión de las cajas, había aumentado la carga de trabajo derivado de la entidad y, por ello, propuso incrementar la iguala, por lo que quería contratar a alguien para colaborar con el despacho.

Según su relato, Eguiluz le dijo que "ya tenía un colaborador" y que era una "decisión del presidente". "Me quedé perplejo, un poco frustrado y enfadado", ha añadido, para señalar que él fue el "sujeto pasivo de una decisión de terceros" y se le "impuso" el colaborador.

No obstante, éste le dijo que a Cabieces le pagaría el banco y que trabajaría con él durante un periodo de tres años. Posteriormente, le llamó el exdelegado del Gobierno, que le trasladó estar "perfectamente habilitado" para ejercer, y Alcorta le comunicó que trabajaría en temas de Kutxabank y que tenía que alquilar un despacho cercano al suyo. Los jueves y viernes debía acudir a la oficina para intercambiar en persona puntos de vista.

Alcorta, que no recuerda haber hablado con Fernández, afirma que no le pareció "llamativa" la cifra de más de 5.000 euros que iba a percibir Cabieces.

El letrado ha explicado que, aunque al principio hubo "problemas", luego Cabieces cumplió "perfectamente" su trabajo y fue "imprescindible" para el despacho. Por ello, no tiene duda de que lo que percibía tenía relación con el servicio que prestaba.

Alcorta ha expuesto que, en un momento dado, el banco le dijo que emitiera una factura para liquidar la relación con el exdelegado del Gobierno y le especificaron la cifra y él les traslado que, por esa cuantía, solo podía ser lo correspondiente al trabajo realizado para CajaSur.

En este sentido, ha precisado que Cabieces no llegó a cobrar esa cantidad, y ha mostrado su malestar porque, al final, él pagaba la liquidación porque venía de una retribución que tenía que cobrar el despacho por la gestión realizada para la caja cordobesa. "El que pierde soy yo", ha añadido.

CABIECES

Cabieces ha reconocido que, tras dejar la política, un día le llamó a Rafael Alcorta y le comunicó que Kutxabank le había propuesto que fuera colaborador suyo. Según ha asegurado, no le ofrecieron cobrar sin trabajar. "Nunca he cobrado sin trabajar", ha aseverado.

A preguntas de si sabía que su dinero lo abonaba la entidad, ha afirmado en que "no ha hablado nunca" con el banco y el que le pagaba era Alcorta. No obstante, en un momento determinado, ha llegado de decir que "cobró de Kutxabank", unas palabras que no han pasado desapercibidas por el fiscal, y que Cabieces ha atribuido a un error.

Finalmente, el abogado le comunicó que se iba a liquidar la relación porque había disminuido la carga de trabajo y se iba a hacer una factura por cuatro meses.

Según ha añadido, el concepto iba a ser por la gestión realizada en CajaSur en la que había "trabajado mucho", pero, finalmente, puso en la factura el concepto habitual, pero por cuatro meses. No obstante, no llegó a cobrar esa factura.

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