MADRID, 19 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía de Madrid pide 4 años de prisión para el conductor que mató a seis guardias civiles tras arrollarles con su camión en el kilómetro 74 de la carretera A-1, a la altura del municipio madrileño de Buitrago de Lozoya, en la madrugada del 8 de marzo de 2005 . El camionero, de nacionalidad rumana y que resultó ileso, atropelló a los agentes que estaban desplegados en un control antiterrorista tras quedarse dormido al volante.
El escrito de acusación del fiscal, al que tuvo acceso Europa Press, relata que el accidente se produjo a las 3:08 de la madrugada de ese día cuando los agentes estaban desmontando los conos y señalizando el control, siendo el dispositivo visible desde aproximadamente un kilómetro de distancia. El control estaba formando por un total de ocho guardias civiles y cuatro vehículos oficiales de la Benemérita, todo ellos con las luces de cruce, las luces de emergencia y los intermitentes encendidos.
Debido al cansancio acumulado por la falta de descanso, Julián T. se quedó dormido al llegar a la altura del dispositivo policial y arrolló a los vehículos de la Guardia Civil, que fueron chocando unos con otros y atropellando a su vez a los agentes que se encontraban en la vía recogiendo el control desplegado en la zona.
Como consecuencia del atropello, fallecieron en el acto los agentes de la Guardia Civil Marcelino C.P., Juan Antonio H.E., Javier L.D., Ricardo V.G. y Francisco Javier C.R., mientras que José Luis P.G. murió dos días después. Además, resultaron heridos Luis Ramos G. y Rubén C.B.
El fiscal considera estos hechos constitutivos de seis delitos de homicidio cometidos por imprudencia grave en concurso ideal con otros dos de lesiones también por imprudencia grave. Además, considera responsables civiles subsidiarios a Ángel C.V., propietario de la compañía Transportes Chavala, y a la empresa Ballesteros y Basculantes Martín, siendo responsable civil directo la compañía de seguros Groupama Plus Ultra Seguros y Reaseguros.
HORAS EN LA CARRETERA
Los hechos se remontan al 7 de marzo de 2005 cuando el jefe del conductor, Ángel C.V., encargó a Julián T. recoger un camión en la localidad cántabra de Torrelavega y desplazarse hasta Amurrio, en Vizcaya, para cargar el vehículo con tubos de hierro. El hombre debía regresar a la capital en la madrugada del día 8.
El acusado cogió el 7 de marzo un autobús en Madrid a las doce y media de la noche y se dirigió a Torrelavega, donde llegó a las seis de la madrugada. Una vez allí, se fue a la sede de la empresa Ballestas y Basculantes Martín para recoger el camión, donde estuvo esperando a los trabajadores hasta las ocho y media de la mañana.
A las cuatro y media se marchó de la empresa, tras comer y limpiar el vehículo, y se dirigió a las instalaciones de la compañía "Tubos Reunidos S.A." en Amurrio, donde llegó a las seis y media de la tarde. Una vez cargado el camión, el hombre inició a las nueve de la noche el viaje hacia Madrid, pese a ser consciente de que no estaba en condiciones para realizarlo.
El acusado conocía entonces que el camión carecía de tarjeta de transporte y que el semirremolque que llevaba no había pasado la ITV, así como que no funcionaban correctamente los frenos de las ruedas de ambos lados. "Tenía prisa por llegar a Madrid para descargar la mañana siguiente y esperaba que al viajar de noche fuera más difícil toparse con un control de tráfico", señala el fiscal.
Tras iniciar el viaje por la autovía A-1, el acusado detuvo su camión para descansar un par de minutos en las proximidades de Vitoria y luego en Pancorbo, en Burgos. Al salir de esta localidad, comenzó a notarse cansado y se detuvo una hora en un área de servicio. El hombre continuó el viaje hasta que se quedó dormido y se produjo el accidente, que acabó con la vida de seis agentes, tres de ellos casados y con hijos.
La Audiencia Provincial de Madrid juzgará estos hechos previsiblemente el próximo otoño, pero antes tendrán que presentar sus respectivas conclusiones provisionales tanto la defensa del acusado como las acusaciones personadas en la causa.