MADRID 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
El fiscal de la Audiencia Nacional Luis Barroso elevó hoy a definitiva su petición de 38 años de prisión para Hodei Ijurco, acusado de arrojar artefactos explosivos contra dos agentes de la Policía Foral de Navarra cuando participaba en un acto destinado a boicotear la jornada electoral del 9 de marzo de 2008.
En concreto, el Ministerio Público acusa a Ijurco de la comisión de un delito de desórdenes públicos terroristas (2 años y 6 meses), dos atentados contra miembros de la Policía (14 años cada uno) y tenencia y empleo de aparatos incendiarios (8 años) como integrante del entorno de la organización Segi y añade a su acusación el agravante de disfraz, ya que el acusado portaba durante la algarada una manga de camiseta empleada a modo de verdugo.
El fiscal defendió hoy, en la segunda sesión de la vista, que el procesado llevó a cabo estos actos de violencia callejera, si bien no como "miembro de SEGI", sí "en torno" a las actividades de esta organización. Durante el registro de su domicilio, la Policía incautó numerosa documentación relacionada con Segi y material destinado a la fabricación de artefactos incendiarios, además de fotografías del presidente y uno de los columnistas de Libertad Digital y de uno de los fiscales del Tribunal Supremo.
IJURCO NIEGA SER DE SEGI
Ayer, durante la primera sesión del juicio, celebrado en la Sección Tercera de la Sala de lo Penal, el acusado negó, a preguntas de la defensa, su pertenencia a la organización juvenil ilegalizada SEGI, aunque reconoció que conoce a "algunas personas" que sí son miembros, y explicó que la camiseta con el anagrama de esta asociación que se encontró en el registro realizado en su casa tras su detención la compró "en un puesto en las fiestas" de su barrio y que que las transparencias con logotipos de SEGI, Gestoras pro Amnistía, Askatasuna y Batasuna que aparecieron en su domicilio son de "una campaña" que se hizo en el barrio contra la ilegalización de estas organizaciones.
También ayer testificaron varios agentes forales, que, al relatar los hechos ocurridos en el Casco Viejo de Pamplona, coincidieron en señalar que Ijurco se encontraba junto a un grupo de "20 o 25 personas", que parecía "perfectamente organizado" e incluso "uniformado" con vestimentas negras.
Uno de los testigos, el jefe del dispositivo policial puesto en marcha para garantizar la seguridad en la noche electoral, destacó que el procesado parecía estar "a la cabeza" como "líder" del grupo, que, al encontrarse con una furgoneta policial, comenzó a lanzar cócteles molotov. El acusado lanzó después tres artefactos contra dos agentes que intentaron darle alcance.
El agente foral, que fue uno de los que después interceptó a Ijurco, aseguró que el acusado lanzó los dos artefactos "a menos de tres metros de distancia" de él y del otro compañero que acudió a detenerlo. "Intentó quemarnos vivos", afirmó el responsable, que aseguró que no va a poder "olvidar jamás" lo ocurrido esa noche, ya que sintió que la seguridad física de los integrantes de su equipó "peligró".
Según este agente, el detenido respondió con "gran violencia" a la detención, incluso cuando se encontraba dentro del furgón policial. En el forcejeo, sufrió una "contusión de parrilla costal bilateral" y en tres dedos de la mano. El otro policía resultó herido con una fractura del "arco zigomático derecho".
Por su parte, el detenido sufrió lesiones consistentes en una herida en el cuero cabelludo "de unos seis centímetros", que, según los testigos, fue descubierta ya en comisaría, además de contusiones en las muchas y erosiones en una mano y la pierna derecha. Todos los agentes coincidieron en señalar que estas heridas son "compatibles" con la "violencia desmedida" que presentó el detenido en su detención.
El responsable policial defendió que, en su opinión, "sin lugar a dudas" se trataba de un grupo de 'kale borroka' y apuntó que el "objetivo" de sus actos "podía haber sido el Ayuntamiento", ya que "ETA había dado directrices" de boicotear la jornada electoral.
La defensa solicitó por su parte una pena de cinco años de cárcel para el procesado, ya que, argumentó, sus actos se enmarcan en la 'kale borroka' y no en las actividades de la organización SEGI, con la que Ijurco "no tiene ninguna relación" y se encuadran en el único delito de tenencia y empleo de aparatos incendiarios..