Les aplica el tipo agravado al considerar probado que se sirvieron de niños y disminuidos psíquicos a los que "corrompieron"
VALLADOLID, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía de Valladolid mantuvo hoy su petición de penas de hasta once años de prisión para María Henar R.C, alias 'La Negra' y esposa del 'Monchín' Rafael Romero Larralde, así como para otras dos integrantes de su "organización", Esther B.G. y Dolores R.P, por delito de tráfico de drogas agravado por el hecho de haberse servido las tres procesadas de menores y de disminuidos psíquicos para ejercer tal actividad delictiva en los barrios de Las Viudas y Pajarillos.
En su alegato final, la acusadora pública pidió a los magistrados de la Audiencia Provincial una sentencia ejemplar para estas tres mujeres y en consonancia con la gravedad de su conducta, mientras que para otros dos de los acusados, el matrimonio de disminuidos compuesto por los jóvenes Josúe B.B.--éste es hijo de Esther B.G--y María Rocío C.S, para quienes inicialmente interesaba dos y tres años de prisión, respectivamente, optó finalmente por solicitar para el primero medidas de internamiento y educativas, al aplicarle una eximente completa por no ser consciente de sus actos, y para su mujer, a la que aplicó una eximente incompleta, dos años de cárcel y medidas médicas y educativas.
Frente a las peticiones de absolución de las defensas de los cinco inculpados, la fiscal fundamentó la acusación contra 'La Negra' y sus otras dos supuestas colaboradoras en el hecho de que la policía hubiera presenciado transacciones de papelinas realizadas por las tres en plena calle entre los meses de septiembre y octubre de 2007, lo que calificó de "pruebas directas", así como en las indirectas derivadas de las aprehensiones de droga efectuadas a toxicómanos tras salir éstos de las viviendas de las condenadas en las calles Duero y Ebro.
NUEVA FORMA DE TRAFICAR
La acusadora, en declaraciones recogidas por Europa Press, se refirió a las acusadas como "personas que han hecho de la droga su forma de vida" y advirtió de que si en la operación policial que desembocó en su detención apenas se encontraron importantes cantidades de droga es debido a que esta "organización" y los 'narcos' en general han "cambiado en cuanto a la forma de distribuir la mercancía, ya que no hacen acopio de ella sino la justa para evitar dejar pruebas que les puedan incriminar".
Por ello, la fiscal hizo un llamamiento a la Sala para que la Justicia se adapte igualmente a esa nueva forma de operar de las bandas de traficantes. "Nosotros también tenemos que cambiar porque esto es una lucha y el Derecho Penal ha de adaptarse a estos cambios en la forma de traficar", demandó la acusación pública a los magistrados de Sala, al tiempo que hizo una encendida defensa de la "incansable" labor que el Grupo Octavo de la Policía Nacional realiza día a día desde hace años para erradicar el narcotráfico en la ciudad de Valladolid.
La operación policial se inició el 9 de octubre de 2007 con la detención de María Henar R.C,'La Negra', y a la misma siguió la del resto de imputados. A la primera, durante un registro practicado en dos viviendas de su propiedad en el número 10 de la calle Duero, los agentes le ocuparon 122,53 gramos de marihuana, 2,22 gramos de hachís, 0,08 gramos de semilla de esa planta, 470 euros y dos teléfonos móviles.
Por lo que respecta a la responsabilidad de Esther B.G, el fiscal la acusa de vender droga en su domicilio, un 1º derecha sito en el número 10 de la calle Ebro, además de suministrar también mercancía a 'La Negra' dado que entre ambas existían lazos familiares y de amistad, mientras que a Dolores R.P. la imputa también por practicar esta misma actividad en su vivienda, un bajo izquierda situado en el número 6 de la calle Duero, donde incluso utilizaba a sus hijas menores de edad.
SÓLO DECLARA UNA DE LAS ACUSADAS
El juicio, que quedó hoy visto para sentencia en la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia de Valladolid, se inició el pasado 23 de octubre de 2008, en cuya primera jornada cuatro de los cinco acusados se acogieron a su derecho de no declarar y tan sólo Esther B.G. aceptó someterse a las preguntas de las partes.
En su declaración, Esther B.G. aseguró que los únicos ingresos que entraban en su casa procedían de la venta de ropa en distintos mercadillos y de una paga social de 400 euros, que utilizaba para sufragar el crédito de un millón de las antiguas pesetas solicitado a un banco para comprar género.
A preguntas de la fiscal sobre si traficaba con droga y utilizaba además a su hijo Josué o sus hijas menores, Ana y Sheila, de 17 y 11 años, respectivamente, en la distribución de 'papelinas', la acusada utilizó el término "incierto" en reiteradas ocasiones. "¡Ni sabemos lo que es eso señora, en mi casa nunca han entrado chicos malos!", gritó Esther B.G. en alusión a los toxicómanos.
