BARCELONA, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, acompañó hoy al presidente del PP de Catalunya, Daniel Sirera, en un paseo por La Rambla de Barcelona y el mercado de la Boqueria en la que repartió saludos y besos entre los barceloneses, en plena crisis en las Cercanías de Renfe y las obras del AVE en el área metropolitana.
Aunque dijo no querer "dar consejos" a nadie sobre cómo se han de gestionar las infraestructuras, Gallardón destacó que, "en la situación que se está viviendo hoy" en Catalunya, con la crisis de Cercanías de Renfe provocado por las obras del AVE, "lo que han de hacer los políticos es solucionar los problemas y no hacer discursos".
Gallardón esgrimió los 100 kilómetros de metro y más de 40 kilómetros de túneles construidos en Madrid durante su mandato y señaló que él mismo tuvo también "problemas con las obras". "Y cuando un ciudadano me decía que tenía un problema, yo no le hacía un discurso, sino que iba allí y trataba de solventarlo, porque es lo que tiene que hacer todo político", afirmó.
No obstante, más allá de las bromas de algún reportero humorístico de televisión que insistía en alertar al alcalde de Madrid de los "socavones" que podía encontrar en su camino, Gallardón dejó a un lado Cercanías y AVE durante su visita y se dedicó a saludar y cruzar breves palabras con el sinfín de barceloneses que le salieron al paso.
Acompañado también por el presidente del PP de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, la portavoz del partido en el consistorio barcelonés, Angels Esteller, y el secretario de Organización del PP catalán, Xavier Garcia Albiol, Gallardón se paró incluso a firmar el libro de honor del mercado de la Boqueria, invitado por su presidente, Manel Ripoll.
Además de Ripoll, fueron muchos los barceloneses que quisieron aprovechar la visita para saludar al dirigente del PP, que no se privó de pararse en cada uno de los puestos del mercado para saludar e incluso compartir alguna broma con sus dependientes.
La visita del alcalde no estuvo exenta de colorido, ya que, en su camino hacia el mercado --rodeado de cámaras y periodistas--, Gallardón se cruzó con personajes tan singulares como la folclórica de Las Ramblas que popularizó el programa televisivo de Andreu Buenafuente, Amparito de Granada, y la mediática transexual Carmen de Mairena, con las que, sin embargo, el alcalde de Madrid no cruzó palabra.
Otros ciudadanos de a pie si lograron llegar hasta Gallardón, algunos para plantearles problemáticas personales, como una inmigrante transexual que fue a quejarse a Gallardón de que no podía trabajar porque no tenía "papeles", ante lo que el dirigente del PP se limitó a delegar en sus compañeros en Barcelona para que la atendieran.
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