VALENCIA 13 Feb. (EUROPA PRESS) -
El cardenal arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, asegura en su carta de esta semana que los cristianos deben "examinar ante las próximas elecciones generales, las diferentes propuestas electorales para discernir cuáles resultan respetuosas con los fines de la familia y cuáles, por el contrario, fomentan directa o indirectamente unas relaciones inestables".
Según informó el Arzobispado en un comunicado, el purpurado añade que "algunos reducen la familia a mera pareja inestable" y afirma que la Iglesia "proclama que la familia es la célula básica de la sociedad y por ello merece una protección especial y específica que no puede ser confundida con otras relaciones humanas".
El cardenal sostiene que los cristianos "debemos comprometernos para que se reconozca el valor social que supone crear una familia generadora de estabilidad permanente para sus miembros y para la propia sociedad" y, en otro pasaje del texto, destaca que "cuando la familia responde a su verdadera identidad promueve una auténtica experiencia de paz" ya que "no se basa en el egoísmo ni en el hedonismo, sino que su compromiso se extiende a que todos sus miembros dispongan de lo necesario para vivir dignamente".
El purpurado, que dedica su carta de esta semana a la relación entre la familia y la estabilidad económica, refleja cómo "en la actual sociedad española, muchos matrimonios y parejas de novios experimentan las tremendas dificultades a las que tienen que enfrentarse para acceder a una vivienda digna y para hacer frente al mantenimiento básico de una familia".
Igualmente, describe el patrimonio familiar como "fruto del trabajo, del ahorro y de la colaboración de todos los miembros de la familia" que se administra "correctamente con solidaridad, sin excesos ni despilfarros". De esta manera, "existe una relación directa entre el reconocimiento de unos valores compartidos y el buen funcionamiento de la economía"".
El cardenal arzobispo de Valencia subraya que "la clave" para conseguir que la economía favorezca el bien común es "la creación de un clima de mutua confianza, de respeto de la palabra dada, de mantenimiento de los compromisos, de estabilidad en la legalidad para el buen ejercicio de la libertad cívica y de los derechos fundamentales".
Por el contrario, "la arbitrariedad en las decisiones que afectan a los comportamientos económicos genera desconfianza e incertidumbre, y amenaza el bienestar". "Pensar en la lógica familiar ayuda a concebir una economía mundial más eficaz, más justa y más humana", afirma, y añade que "el ser y la misión de la familia ayuda a conseguir más justicia entre los pueblos". Por ello, la vida familiar "educa en una economía de la responsabilidad y la solidaridad", manifiesta el cardenal García-Gasco.