El Gobierno catalán no hará más cumbres económicas si la del 16 de marzo no da resultados

El portavoz del Govern, Francesc Homs
EUROPA PRESS
Actualizado: jueves, 7 febrero 2013 12:29

BARCELONA, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -

El consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, advierte de que la Generalitat no convocará más cumbres económicas si la del sábado 16 de marzo "acaba en un 'pim, pam, pum" sin resultados.

En una entrevista de TV3 recogida por Europa Press, afirma que el Gobierno catalán quiere garantizar que salgan acuerdos y conclusiones de esta cumbre, que propuso el primer secretario del PSC, Pere Navarro, antes de las elecciones catalanas, y el presidente Artur Mas aceptó.

A principios de la anterior legislatura, en marzo de 2011, tuvo lugar en el Palacio de Pedralbes de Barcelona una convocatoria para afrontar la crisis económica y que reunió a Gobierno autonómico, partidos y agentes sociales y económicos.

TRANSPARENCIA

Homs también ha dicho que problemas estructurales como la corrupción "no se resuelven de un día para otro" ni hay soluciones mágicas, y ha abogado por un acuerdo entre los partidos para que la regeneración democrática sea real.

Ha explicado que el Ejecutivo autonómico ya ha tomado medidas y que prueba de ello es que hace dos años se creó "algo inédito y que la UE está pensando incorporar en una directiva": crear una oficina que controle y supervise la contratación pública.

Homs ha defendido la transparencia, pero ha señalado que es imprescindible que vaya acompañada de una actitud de responsabilidad por parte de la clase política, ya que "según cómo se use" se puede hacer mucho daño.

Asimismo, para él es una "obligación moral" que los partidos catalanes cierren un acuerdo sobre la ley electoral, una de las prioridades que el Govern y los grupos parlamentarios se marcan para este año.

Como hay discrepancias entre los partidos sobre el método de elección de los diputados y cómo deben ser las circunscripciones electorales, Homs propone una norma que regule la financiación de los partidos, el gasto electoral, la organización de las campañas y la creación de un nuevo órgano que las supervise, y dejar para más adelante otra ley que regule cómo se elige a los parlamentarios.