Gobierno vasco homenajea a las 4.000 mujeres presas entre 1938 y 1943 en el centro de internamiento de Saturrarán

Actualizado: domingo, 1 abril 2007 16:38

SAN SEBASTIAN, 1 Abr. (EUROPA PRESS) -

Representantes del Gobierno vasco inauguraron hoy una escultura de Nestor Basterretxea en la playa de Saturraran, en Mutriku, como homenaje a las 4.000 mujeres que estuvieron presas, entre 1938 y 1943, en la cárcel que existía en ese lugar, así como a todas aquella que fueron "víctimas de la represión fascista".

En el acto intervinieron la consejera de Cultura, Miren Azkarate, el consejero de Asunto Sociales, Javier Madrazo, la presidenta del Parlamento vasco, Izaskun Bilbao, y la directora de Emakunde, Izaskun Moyua.

También asistieron mujeres que estuvieron recluidas en ese centro, así como familiares de algunas de las 107 presas y 48 niños que murieron por enfermedades o desnutrición en el mismo.

Javier Madrazo explicó que es un homenaje a todos ellos y a quienes reivindican "el derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación". "Queremos recuperar la memoria y la voz que durante tiempo se nos negó, queremos hablar sobre lo que ocurrió entonces, añadió.

El consejero recordó que Saturraran "fue una expresión mas del horror que impuso la guerra y la dictadura, pero también una expresión única de solidaridad".

Por su parte, Miren Azkarate, tras recordar que fue una de las "cárceles más duras", consideró "fundamental escribir una página de la historia para que las podamos pasar". No obstante, dijo que no quiere que "esta página de la historia pase", porque es necesario que las siguientes generaciones recuerden lo que pasó y, "entre todos, consigamos que páginas como esta nunca vuelvan a pasar en la historia de este país".

Izaskun Bilbao señaló que a esas mujeres se les debe "la paz", una tarea en la que "sobra el odio" y que requiere "cantidades ingentes de empatía, cordura, paciencia y generosidad". "Sólo estaremos a la altura de vosotras si somos capaces de trabajar y alcanzar el éxito en los fundamental, en coincidir en la certeza de que no hay ninguna muerte que merezca la pena", añadió.

Bilbao insistió en que "empeñarnos en la paz es el mejor monumento, el homenaje más contundente, que podemos rendir a la resignación, al dolor y al sufrimiento de ayer y de hoy".