Lamenta la "pasividad heladora" de los líderes nacionales y avisa de que el federalismo no puede ser asimétrico
MADRID, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -
El exvicepresidente del Gobierno y exvicesecretario general del PSOE Alfonso Guerra cree que los nacionalistas catalanes han desplegado, durante años, una "habilidosa tela de araña en la que enredar a muchos catalanes", y ello con la "rendición de la izquierda catalana, entregada al proyecto de la derecha".
En un artículo en la revista 'Tiempo' recogido por Europa Press, Guerra reprocha a los nacionalistas catalanes que usen el argumento "falso", "zafio" y "xenófobo" de "España nos roba", que tacha de "falacia" porque la solidaridad no es entre comunidades autónomas, sino entre contribuyentes.
Quien "ingresa 100" en Barcelona paga lo mismo que el que ingresa 100 en Cáceres o Málaga, subraya, y "lo que se recauda de los ricos en Cataluña y Extremadura sirve para subvenir las necesidades de los pobres de Extremadura y de Cataluña.
Es más, alerta de que si se aceptase la tesis nacionalista de que lo recaudado en un territorio debe quedarse en él, habría que aplicarla a las provincias, las ciudades y hasta los barrios de la propia Cataluña, de manera que los tributos se asignarían "en proporción directa a la riqueza, justamente el efecto contrario" al que pretende tener el sistema impositivo.
Sin embargo, este argumento que parece sencillo "no cala fácilmente en la población catalana", y según Guerra es porque "no hay ningún partido dispuesto a combatir" la tesis nacionalista. A su juicio, ese "sistema insolidario no le repugna al PP" y lo demostró absteniéndose en la votación del "engendro llamado pacto fiscal", pero la izquierda comete una "renuncia a sus principios" cuando no lo combate.
"Los que antes eran socialistas, comunistas, ecologistas y dirigentes sindicales rendidos a los pies de las 400 familias catalanes que históricamente han dominado en realidad la comunidad autónoma", se lamenta el veterano diputado.
DECLARACIÓN SOLEMNE DE RAJOY
Guerra también critica que "frente al espectáculo enardecedor de las masas de los dirigentes nacionalistas" los líderes nacionales estén mostrando una "pasividad heladora" y que no haya habido una "declaración solemne del presidente del Gobierno" para detener la "locura organizada".
Una declaración, prosigue, que asegure que la Constitución, aunque sea "modificable", primero "hay que cumplirla" y que las "aventuras de romper la legalidad tienen una respuesta inequívoca y rotunda".
Sin mencionar expresamente al PSOE o al PSC, alude después a quienes creen que la solución es convertir España en Estado federal y avisa de que hay que tener claro lo que eso significa: "No vayamos a embarcarnos en un viaje trascendental sin saber cuál es el puerto de llegada".
FEDERALISMO COLISIONARÍA CON EL CONCIERTO VASCO Y EL FUERO NAVARRO
De entrada, llama a "rechazar las fórmulas de alquimistas literarios que hablan de federalismo asimétrico", algo que tacha de "contradicción interna" porque federalismo es "entre otras cosas, distribución igualitaria del poder". Incluso avisa de que el concierto económico vasco y la ley de amejoramiento navarro "entrarían en conflicto".
Por todo ello, dice que Cataluña necesita que algún partido "hable con la verdad y se enfrente a las mentiras del nacionalismo". "Si no, mal nos irá a todos, en especial al pueblo catalán", concluye el texto.
En su artículo, el que fuera 'número dos' del PSOE califica además de "embaucadores" los procedimientos de los nacionalistas, en el momento actual porque el líder de CiU no habla de "independencia", pero también en los últimos 30 años en los que han ido "arañando" competencias con "discursos tranquilizadores".
Es lo que Guerra llama la técnica "del salchichón": "Durante 30 años han ido cortando pequeñas rodajas hasta que al Estado sólo le quedó la cuerdecita el embutido. Es en ese momento cuando han decidido dar el salto a la independencia".
Según Guerra, el de los nacionalistas ha sido un trabajo "estratégicamente concebido y desarrollado con éxito, y ya en 1978 parecían "tener claro como confundir a todos". Entonces, recuerda Guerra, dijeron que el término nacionalidad sólo se aplicaba a lo "cultural y lingüístico", y lo mismo con la palabra "nación" en el reciente 'Estatut'.
