El herido por el botellazo del chupinazo dice que las consecuencias de sus lesiones han sido "muy traumáticas"

Actualizado: miércoles, 20 noviembre 2013 14:32

Dos de los acusados le piden perdón en nombre de los procesados, algo que para la víctima "llega un poco tarde", pero que acepta

PAMPLONA, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -

El joven madrileño que resultó herido muy grave tras recibir un botellazo en la cabeza en el chupinazo de Sanfermines de 2010, José Carlos Arranz, ha relatado este miércoles en el juicio por estos hechos las consecuencias de las lesiones que sufrió y ha calificado de "muy traumáticas" las limitaciones que le han generado en su vida diaria.

Arranz ha dado su testimonio en la segunda jornada del juicio que comenzó el pasado lunes contra trece personas acusadas por los altercados producidos minutos antes del chupinazo de los Sanfermines de 2010.

El joven José Carlos Arranz ha indicado que ha necesitado de rehabilitación para volver a andar y para mover el brazo y la mano derecha, y que ha tenido que recurrir a logopedia, a acupuntura y a medicina natural. Ha explicado que tiene limitaciones para hablar y necesita ayuda para lavarse, peinarse o escribir, y no tiene tacto.

Así, ha insistido en que es "muy traumático" para él las limitaciones que encuentra "cada vez" que tiene que subir una cremallera, lavarse los dientes, o afeitarse. Asimismo, ha destacado que necesita "ayuda" para ponerse una camisa, lavarse, o peinarse.

En el día a día, ha agregado, no puede comunicarse "adecuadamente" por dificultades en el habla y tiene dificultades para realizar su trabajo. Arranz era profesor de biología, matemáticas y dibujo y ha tenido que dejar de enseñar dibujo. El joven también ha resaltado que ha recibido "quejas" de alumnos que han usado su "discapacidad como arma", con el fin de excusar que van mal en sus asignaturas.

Según ha recordado, cuando se produjeron los hechos él estaba situado en una esquina de la plaza del Ayuntamiento, con la calle Calceteros, porque "había mucha gente" en el centro de la plaza.

Preguntado por si presenció algún incidente, ha señalado que recuerda que en un momento vio "barullo de gente", pero "nada" que le hiciera alertarse para marcharse de ese lugar. Asimismo, ha asegurado que no vio una ikurriña, tampoco cómo entraba ni salía la policía del lugar, ni incidentes entre agentes y personas.

El joven también ha afirmado que recuerda el impacto de la botella en su cabeza, pero que no la vio. Además, se acuerda de que cayó al suelo y de que no podía contestar a las preguntas de sus amigos y de los médicos porque, tras el impacto de la botella, no tenía habla.

"TRES LARGOS AÑOS"

Por otro lado, Arranz, en declaraciones a los periodistas tras su declaración, ha destacado que estos tres años hasta el juicio se le han hecho "muy largos", por lo que desde este lunes, que comenzó la vista oral, está viendo "la recta final de todo". "Al menos hay una fecha, no sé si habrá justicia, pero hay un juicio", ha añadido.

La víctima ha puesto de relieve que dos de los acusados se han acercado a él este miércoles antes de su declaración para pedirle "perdón", algo que para Arranz, "llega un poco tarde", pero que lo acepta.

"Hay que aceptar las disculpas, es una cosa humana, aunque yo entiendo que podían haber tenido otra forma de hacerlo, decir lo siento en tres años y medio", ha precisado el joven, que ha abogado por "separar la fiesta de las cosas políticas". "Si esto sirve para que en Pamplona cambien las cosas, bienvenido sea", ha apuntado.

"Acepto el perdón porque sé que no era contra mí, es un lanzamiento que está mal porque no tienen que tirar botellas a nadie, sean policías o civiles, pero yo soy una víctima de lo que pasó este día", ha añadido.

Por otra parte, Arranz ha criticado "las malas artes" de la policía porque "también había banderas de Galicia o de Estados Unidos", por lo que se ha preguntado por qué "unas sí y otras no". "Hay que ver qué es peligroso o que es mejor para la ciudadanía", ha concluido.