VALENCIA, 10 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un hombre aceptó hoy en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia una pena de 44 años de prisión por violar a tres mujeres e intentarlo con otras seis, dos de ellas de 14 y 17 años, en la zona valenciana de Zaidia-Sagunto. El acusado reconoció durante el juicio los hechos que se le imputaban y que fueron cometidos a lo largo de un año y medio, desde diciembre de 2004 hasta abril de 2006.
Inicialmente, el ministerio fiscal reclamaba para el acusado una pena de 65 años de cárcel por tres delitos de violación y seis de intento de violación, además de la prohibición a acercarse a cada una de las víctimas y a los lugares que ellas frecuentan por un periodo superior de tres años a la pena de prisión impuesta por cada delito. No obstante, finalmente se llegó a un acuerdo con la defensa del acusado, por el que cumplirá 44 años de cárcel.
Los hechos se remontan al 12 de diciembre de 2004, cuando el acusado abordó a su primera víctima mientras intentaba abrir la puerta de su garaje en la calle Reus de Valencia y le empujó hacia el interior. Una vez allí, le hizo caer por las escaleras y, cuando se encontraba en el suelo, intentó violarla amenazándole con que "se callara o la mataría". No obstante, el hombre tuvo que abandonar rápidamente el lugar cuando oyó que llegaban otras personas.
Posteriormente, a las 5.00 horas del 10 de abril de 2005, el hombre alcanzó en la calle Almazora de Valencia a su segunda víctima, a quien sujetó por detrás rodeándole el cuello con el brazo y le arrastró por el suelo a la fuerza hasta el rincón del final de la calle para violarle, propósito que no consiguió porque la mujer logró desasirse y huyó corriendo.
El tercer intento de violación, según el relato del ministerio fiscal asumido por el acusado, se produjo el 17 de abril de 2005, cuando el hombre se abalanzó sobre una menor de 14 años cuando caminaba por al calle Santiago Rusiñol y le sujetó rodeándole el cuello con el brazo. En ese momento le tiró al suelo pero no pudo cumplir su objetivo porque una vecina que había oído la petición de socorro de la víctima iba a llamar a la policía. Tras ello, el hombre le soltó y le quitó el teléfono móvil con el que ella pretendía pedir auxilio.
Así, el 18 de julio de 2005, el hombre siguió durante unos minutos a su cuarta víctima cuando caminaba por la calle Sagunto con la Plaza Santa Mónica de Valencia y le inmovilizó rodeándole el cuello con un brazo. Le enseñó un cuter mientras le ordenaba "no te muevas y no grites" y después le obligó a entrar en un parque próximo, dónde la desnudó e intentó penetrarla sin conseguirlo ya que oyó voces de unas personas que se acercaban al lugar. Entonces, el hombre le tapó la boca y le condujo a un callejón sin salida próximo, donde tras satisfacer sus deseos la dejó marchar.
EN EL PORTAL DE SU DOMICILIO
La quinta víctima, de 17 años, fue abordada por el acusado sobre las 3.00 horas del 22 de agosto de 2005, cuando iba a entrar en el portal de su domicilio, en la calle Llano de Zaidia. Le sujetó por el cuello con un brazo y trató de llevársela por la fuerza a otro lugar mientras le decía "te voy a follar". No obstante, no consiguió su propósito porque la joven alertó a gritos a su hermana, que se encontraba en el zaguán del edificio, y al salir el hombre huyó.
Posteriormente, el 4 de septiembre del mismo año, sobre las 5.45 horas, el acusado alcanzó por detrás a otra mujer mientras caminaba por la calle Almazora de Valencia, le sujetó fuertemente el cuello con un brazo y le obligó a entrar en un garaje próximo, donde le inmovilizó tendida sobre el suelo y le quitó la ropa.
A las 5 horas del 16 de octubre de 2005, el hombre se acercó a su séptima víctima cuando caminaba por la calle Benimuslem y, tras exhibirle una navaja, le cogió del cuello, le tiró al suelo, le desnudó parcialmente e intentó violarla sin conseguirlo, porque pudo gritar y escapar corriendo.
El octavo intento de violación tuvo lugar el 14 de abril de 2006, cuando el acusado abordó a otra mujer que se encontraba en la acera del Museo San Pio V de Valencia. El hombre le puso una navaja en el cuello, le tapó la boca con la otra mano para impedirle gritar y le obligó a acompañarlo hasta el cauce del río, donde le obligó a tumbarse entre unas matas e intentó violarla, algo que no consiguió porque ella alertó a otras personas que pasaban por el lugar y el hombre huyó.
Finalmente, a las 3.30 horas del mismo día, el hombre abordó en la calle Senda del Aire de la capital a otra mujer, a la que, tras pedirle un cigarrillo, le empujó y le tiró al suelo hasta que ésta pudo zafarse de él y pidió ayuda, algo que el acusado no pudo impedirle sujetándole por la fuerza.