Imaz dice que ETA adelantó la ruptura del alto el fuego e intentaba atentar en Navarra para impedir el acuerdo PSN-NaBai

Actualizado: viernes, 10 agosto 2007 13:22

Afirma que se ha impedido a PSN conformar gobierno con NaBai buscando "rédito electoral a corto plazo"

BILBAO, 10 Ago. (EUROPA PRESS) -

El presidente del EBB del PNV, Josu Jon Imaz, afirmó hoy que ETA adelantó el comunicado de la ruptura del alto el fuego a la primera semana de junio e intentaba atentar en Navarra en los últimos meses porque quería hacer "imposible" el Gobierno PSN-NaBai y "dificultar" ese acuerdo. Asimismo, indicó que la banda armada puso a Navarra en el "punto de mira" durante las conversaciones de Loyola porque "temía perder la hegemonía en el nacionalismo vasco" en la comunidad foral.

Estas reflexiones se recogen en un artículo publicado en el diario El País bajo el título "Más allá de la encuesta del desayuno", en el que también señala que se ha impedido al PSN conformar gobierno con Nafarroa Bai e IUN buscando "rédito en el corto plazo en alguna cuenta electoral", pero indica que se debería haber pensado que la transición quedó "inacabada" en Navarra.

En su artículo, Imaz recuerda que se ha vivido un "fallido" proceso de paz y señala que, aunque todavía es "pronto" para escribir la historia "con objetividad", añade que el escaso tiempo transcurrido "no nos da la suficiente perspectiva".

Imaz se muestra convencido de que, dentro de un tiempo, se aceptará que uno de los factores que contribuyó a su fracaso fue la "falta de política de Estado en algunos de los actores implicados".

"Alguien jugó con las encuestas de la mañana, y trató de debilitar la posición del Gobierno a partir de acusaciones de rendición ante ETA. Y ETA, que había entrado en un proceso negociador para su disolución, subió su listón cambiando el marco de negociación, consciente de que la ruptura del alto el fuego dejaría al Gobierno a los pies de los caballos. El rédito a corto plazo estuvo por encima del interés general", asegura.

PSN

Imaz afirma que se ha impedido al PSN la conformación de gobierno con Nafarroa Bai e IUN y que posiblemente esta decisión tenga "rédito en el corto plazo en alguna cuenta electoral". No obstante, añade que alguien debería haber pensado que la Transición quedó "inacabada" en Navarra.

En este sentido, señala que en el debate entre reforma y ruptura, la Comunidad Autónoma de Euskadi tuvo un consenso básico transversal que estabilizó la sociedad en el marco del Estatuto de Gernika. Imaz agrega que nacionalistas vascos y partidos de ámbito estatal encontraron un marco -"no exento de tensiones y déficits- en el que casi todos nos reconocíamos". "El nacionalismo democrático implantó su hegemonía en el campo del nacionalismo, minorizando y debilitando al radicalismo", añade.

Sin embargo, apunta que en Navarra las cosas fueron "diferentes" y afirma que el nacionalismo vasco, que ha oscilado entre un 20 por ciento un 30 por ciento del voto en las elecciones al Parlamento navarro, quedó "fuera" del consenso básico de la Comunidad Foral.

"No aprobó el Amejoramiento, y quedó desplazado en las diferentes combinaciones de mayorías democráticas para los sucesivos gobiernos. El radicalismo se hizo hegemónico en el campo del nacionalismo vasco. HB o EH patrimonializaron el voto de la mayoría de navarros que se querían expresar políticamente como vascos", afirma.

NABAI: EL VASQUISMO POLITICO SALE DE LA MARGINALIDAD

Imaz señala que la entrada de Nafarroa Bai en las instituciones navarras suponía que, por primera vez, "la componente democrática e institucional del nacionalismo vasco se convertía en mayoritaria y además se implicaba en la gobernabilidad de Navarra".

A su juicio, con esta opción el vasquismo político salía de la "marginalidad", dejaba de estar liderado por el "radicalismo" y "estabilizaba la comunidad política" compartiendo responsabilidad de gobierno.

En este sentido, manifiesta que, frente a este análisis, se ha tratado de presentar como "violentos" a los que tienen unas convicciones democráticas "intachables". "Se ha dado con la puerta en las narices a aquellos que, con gran valentía, habían cortado amarras con el mundo radical, lanzando una señal equívoca a los que todavía dudan sobre dar ese paso o no. Todo por la encuesta de la mañana", agrega.

Por ello, se pregunta por qué puso ETA a Navarra en el punto de mira en octubre de 2006 durante las conversaciones de Loyola y afirma que la respuesta es porque "temía perder la hegemonía en el nacionalismo vasco en Navarra".

"¿Por qué intentaba atentar en Navarra en los últimos meses? Porque quería hacer imposible el Gobierno PSN-NaBai. ¿Por qué adelantaron el comunicado de ruptura a la primera semana de junio? Para dificultar ese acuerdo. Ha faltado visión de Estado para acabar con un foco de inestabilidad permanente e integrar a un 30% de la población que, liderada ahora por fuerzas democráticas, se siente cada vez más empujada fuera del sistema político", añade.

ABORDAR ACUERDO PARA ENCAJAR EUSKADI EN EL ESTADO

Imaz agrega que "pronto" habrá que abordar un acuerdo político para el encaje de la Comunidad Autónoma de Euskadi en el Estado, "un acuerdo necesario "entre diferentes", en el que las apelaciones a la sociedad "no pueden ser cómodas disculpas para escapar del reto de estar a la altura de nuestras responsabilidades".

El líder jeltzale manifiesta que el acuerdo corresponde a una clase política que debe jugar "con altura de miras". En este sentido, tras manifestar que la generación anterior fue capaz de hacerlo, asegura que llegada "la hora de revisar nuestro modelo de autogobierno, potenciando sus posibilidades y adaptándolo a las necesidades actuales, nos toca actuar con la misma responsabilidad".

"Nuestros predecesores fueron capaces de ello porque su visión de futuro y su voluntad estratégica no estaba fatalmente condicionada por una sumisión a las clientelas electorales y porque comprendieron que profundizar en el pluralismo es el mejor medio para construir espacios de convivencia. Sin someterse a la encuesta de la mañana", señala.

Imaz afirma que, aunque hay quien sostiene que nuestras sociedades no entenderían "determinados acuerdos", cree que lo que no entienden es que "hayamos sido incapaces de ponernos lealmente de acuerdo, sin que ello suponga consensos absolutos o renuncias a otras legítimas aspiraciones".

A su juicio, no se debería ir "ni más lejos ni más cerca de donde la sociedad nos lleve" y añade que esa sociedad, "cuya voluntad hemos de escuchar e interpretar en todo momento, no se reduce a la inmediatez de los sondeos o a la agitación superficial y mediática de la opinión pública, sino que se contiene en el despliegue de lo mejor de sus posibilidades, en sus sinceras aspiraciones y en su deseo profundo de convivencia y encuentro". "Eso exige riesgos", concluye.