Un informe del Gobierno vasco revela que la mitad de los 'indignados' del 15-M Bilbao tenía estudios universitarios

Destaca que no se trataba de "perroflautas" sino de ciudadanos "con un fuerte deseo de generar cambios"

Presentación Del Esytudio Del 15-M Bilbao
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Europa Press Nacional
Actualizado: miércoles, 22 febrero 2012 15:55

BILBAO, 22 Feb. (EUROPA PRESS) -

Un estudio realizado por el equipo de investigación del Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Deusto, con el apoyo de la Dirección de Juventud del Gobierno vasco, revela que el Movimiento 15-M de Bilbao estuvo formado por personas con una media de edad de 30 años, la mitad de ellos poseían estudios universitarios y un 58 por ciento tenía trabajo.

En rueda de prensa, el viceconsejero de Cultura, Juventud y Deportes del Gobierno vasco, Antonio Rivera, acompañado del director de Juventud, Natxo Rodríguez, y el investigador y profesor de la Universidad de Deusto, Javier Arellano, han presentado las conclusiones del informe, que destaca que el Movimiento 15-M, al menos en el caso de Bilbao, no fue un movimiento de "perroflautas" o personas afectadas directamente por la crisis.

El objetivo del informe es el de ayudar a comprender las dinámicas sociales de esta movilización, el perfil de las personas que participaron en la misma, las motivaciones que la alentaron y los mecanismos organizativos sobre los que se fue construyendo.

El trabajo se ha realizado a través de encuestas hechas a más de 200 participantes en la iniciativa social y 16 entrevistas en profundidad a las personas "más activas" del movimiento, así como el análisis de las informaciones aparecidas en distintos medios de comunicación. Además, el equipo investigador a participado como observador en asambleas y concentraciones del 15-M Bilbao.

En este contexto, el estudio revela que el perfil de las personas que se movilizaron "no se correspondía mayoritariamente" con jóvenes "a los que la crisis les afectaba de manera directa, ni mucho menos con marginales que se revelan contra el sistema", según han destacado sus realizadores.

Así, la media de edad de las personas que acudieron a los actos de Bilbao se situó en torno a los 30 años, pero con presencia "significativa" de grupos con edades superiores, y contaban, además, con un "alto grado de formación", ya que la mitad de los asistentes poseía estudios universitarios y la mayoría (58%) tenía un empleo en ese momento.

En cuanto a los motivos para manifestarse, un 60 por ciento de ellos tenía "cierto sesgo de pasividad, como quejarse o simple curiosidad", aunque todos ellos mostraron "un fuerte deseo de generar cambios". Además, la mayoría de ellos no pretendían desentenderse de la política como la gestión de lo público, sino de "las formas institucionales en las que la política se ha concretado históricamente".

Por otro lado, un porcentaje reducido de los participantes (20%) en las movilizaciones tomaban parte en otros grupos sociales o políticos. Además, los asistentes a las concentraciones concurrieron, en mayor medida que la media, en las elecciones posteriores del 22 de Mayo.

"SIN OBJETIVO COMÚN"

El profesor de la UPV-EHU ha destacado que el Movimiento 15-M constituyó "un caso extremo" de inexistencia de sujeto previo a las concentraciones y acampadas. "La mayoría llegaron de manera individual y sin un objetivo común y fue precisamente la movilización la que catalizó la conformación de un sujeto colectivo precario", ha argumentado.

En este sentido, ha apuntado que el Movimiento "carecía de una agenda de demandas bien definidas ni una autoridad clara a las que dirigirlas", pero que con posterioridad los integrantes de la concentración "comenzaron a reflexionar tanto sobre el diagnóstico de los problemas como las posibles respuestas".

Además, el estudio revela que el Movimiento 15-M Bilbao se mostró "especialmente celoso" a la hora de cuidar su imagen, con la intención de "resultar atractivos" para la sociedad y por ello "no promulgaba la subversión del sistema sino su reforma integral".

EMOCIÓN COMO MOTOR

Según este estudio, la emoción fue el "motor" que movió a estas movilizaciones, así como el descubrimiento de "una indignación común" entre los participantes. En este sentido, los congregados destacaron como su "mayor valor" el encuentro físico en la calle con el resto de 'indignados'.

"La gestión participativa de la acampada se convirtió en laboratorio y metáfora de la propuesta política del 15-M de conseguir una gestión diferente de lo público", ha resaltado el profesor Arruabarrena, para añadir que "el entusiasmo inicial por el método participativo fue disminuyendo y surgieron las tensiones sobre lo que debían o no decir".

CONCLUSIONES

A la hora de explicar las conclusiones del informe, Arruabarrena ha destacado que el 15-M "sorprendió" por su capacidad de convocatoria "en los primeros días", especialmente a asociaciones y movimientos sociales, que observaron "su incapacidad de llamar la atención y movilizar a tanta gente". Precisamente, a las críticas del Movimiento en contra del sistema político y económico imperante, se sumaron las dirigidas a organizaciones sociales, a las que achacaban su "excesiva dependencia" del presupuesto público.

Pese a todo ello, el estudio indica que la influencia del Movimiento 15-M Bilbao tuvo una incidencia "muy reducida" en las elecciones del 22 de mayo y, sin embargo, destaca que "sí se produjo una subida importante" de algunos partidos minoritarios en las elecciones generales de noviembre, si bien "no parece probable que ese cambio en el voto se atribuible al 15-M".

En cuanto a la evolución del Movimiento, los investigadores de la Universidad de Deusto han señalado que es "una incógnita", pero "parece claro que ha conseguido consolidar una gran capacidad de movilización coordinada". "En definitiva, el 15-M es una forma de hacer política que sospecha de la política", han concluido.

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