MADRID, 4 May. (EUROPA PRESS) -
El juicio por los atentados del 11-M se reanudó esta mañana con la declaración de Mohammad Suleyman, que vivió en el local de la calle Virgen del Coro durante unos meses en el año 2003. El testigo destacó que durante esa temporada, en la que compartió la casa con los acusados Basel Ghalyoun y Fouat El Morabit, no percibió "nada raro".
Explicó que la vivienda estaba dividida en tres habitaciones y una cocina y carecía de sala de estar o salón. Reconoció que acudían "muchos amigos" a ver a los dos inquilinos pero que no sabía de qué hablaban. Entre estas personas se encontraba Serhane Ben Abdelmahid Fakhet alias "Serhane El Tunecino"
Suleyman destacó que pagaba 200 euros por la habitación que compartía con su hermano y que no tenía una relación estrecha con Ghalyoun y El Morabit. "La puerta siempre estaba cerrada", destacó.
Explicó además que el dueño de la casa Mouhannad Almallah Dabbas acudía con frecuencia y dijo no recordar a nadie con el nombre de Rabei Osman El Sayed, alias "Mohamed El Egipcio". En cuando a Rifaat Anouar, uno de los suicidas de Leganés, explicó que visitaba a los dos acusados en alguna ocasión y que había vivido durante 20 o 30 días en el local.
Abdul Karim Rahim Awleya, que solía frecuentar la Mezquita de la M-30, prestó testimonio a continuación y declaró que allí conoció a Mouhannad Almallah Dabbas y sabía por él que tenía un problema con su mujer y que para resolverlo había pedido intermediación religiosa.
En el centro religioso también coincidía con "Serhane El Tunecino" del que dijo que era una persona "calmada" y "tranquila" que no se metía con nadie. "Ninguno sospechábamos de él", añadió.