Los integrantes de Resistencia Galega "son unos tarados", según un ex miembro de la banda

Juicio a cuatro presuntos miembros de Resistencia Galega
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Actualizado: jueves, 21 abril 2016 14:16

Xurxo Rodríguez fue detenido por primera vez siendo menor de edad y no terminará de cumplir su pena hasta 2021

MADRID, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -

Xurxo Rodríguez Oliveira, preso disidente del grupo terrorista Resistencia Galega, considera que sus ex compañeros en la banda "son unos tarados". Esta y otras confesiones le han valido para que la Audiencia Nacional le conceda la posibilidad de salir a diario de la cárcel de A Lama (Pontevedra) para estudiar o formarse. Tiene 24 años de edad.

"He renunciado a la lucha armada, no por oportunismo, sino por la firme convicción de que la violencia no sirve para nada y que gran parte de los que la practican en el entorno que me movía son unos tarados", sostiene este joven condenado a nueve años de cárcel por su pasado criminal en las filas de terrorismo gallego.

El juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, incluye estos testimonios en un auto al que ha tenido acceso Europa Press y en el que le concede la aplicación del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario. Por ello solicita a la Junta de Tratamiento de la prisión que fije un horario en relación a las actividades que el interno realiza o pueda realizar.

Xurxo Rodríguez Oliveira trata de dejar atrás su vida como terrorista en un módulo de convivencia en prisión cursando estudios de Segundo de Bachillerato y haciendo un curso de panadero. En abril de 2015 ya expresó por escrito su arrepentimiento: "asumo el daño causado y me arrepiento de manera clara y concisa de mi implicación en dichos hechos, como de haber formado parte de Resistencia Galega".

PIDE PERDÓN

"A través del presente escrito reitero de forma consecuente y voluntaria el rechazo al uso de la violencia, concretamente al referente a mi persona y al dedicado a los delitos de los cuales he sido partícipe y condenado por ello, asumiendo mi responsabilidad y pidiendo perdón a todas aquellas personas que afectaron o pudieron afectar, como también al conjunto de la sociedad gallega y española", añadía.

Este joven empezó a coquetear con el terrorismo siendo muy joven. De hecho su primera detención se produjo cuando aún era menor de edad. Fue acusado de pretender atacar unas instalaciones de la empresa Fenosa con un artefacto incendiario. Fue condenado por ello en 2010 a nueve meses de internamiento y un año de libertad vigilada por el Juzgado Central de Menores.

El pasado julio el Tribunal Supremo confirmó otra condena de tres años contra Xurxo Rodríguez por colocar, el 3 de agosto de 2012, dos artefactos explosivos en el monte Sampaio de Vigo (Pontevedra) que destrozaron varias antenas de radio, telefonía y televisión. Se consideró probado que "recibió instrucciones" para llevar a cabo acciones mediante explosivos contra este tipo de instalaciones "dejando a su discreción los objetivos", según la sentencia de la Audiencia Nacional.

Durante el juicio, Xurxo Rodríguez admitió los hechos y acusó de ellos también a Héctor José Naya, quien llegó a ser condenado a once años por la Audiencia Nacional. No obstante, el Tribunal Supremo le terminó absolviendo al considerar que las acusaciones de Rodríguez habían sido inconsistentes.

VARIAS CONDENAS

Meses antes, el Tribunal Supremo también había confirmado otra condena de seis años contra Xurxo Rodríguez por ser sorprendido con una bomba oculta en el maletero de su coche que, según confesó, iba a ser empleada para atentar contra una sede del Partido Popular. La Audiencia Nacional ya le redujo la petición de pena inicial por haber abandonado la banda, confesar los hechos y colaborar con la Justicia.

Detenido en 2012, no terminará de cumplir su condena hasta el año 2021. Él había pedido que se le otorgase el tercer grado penitenciario (acudir a la cárcel solo para dormir) medida a la que no se opuso la Fiscalía. No obstante, el juez considera que todavía no ha cumplido siquiera la mitad de su condena por lo que cree más apropiada la concesión del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario.