El jurado declara culpable al parricida de L'Hospitalet (Barcelona) que mató a sus padres en 2008

Juicio Al Presunto Parricida De L'hospitalet De Llobregat (Barcelona)
EUROPA PRESS
Actualizado: viernes, 20 enero 2012 16:27

BARCELONA, 20 Ene. (EUROPA PRESS) -

El jurado popular de la Audiencia de Barcelona ha declarado este viernes culpable al hombre que reconoció haber matado a su padre y a su madre en su domicilio de L'Hospitalet de Llobregat en abril de 2008.

El veredicto previo al fallo del juez acusa a Francisco J.L. de un delito de asesinato por haber matado a su padre mientras estaba dormido, y de otro de homicidio con abuso de superioridad y el agravante de parentesco por acabar con la vida de la madre, al considerar que estaba despierta cuando la apuñaló y tendría opción de defenderse, según fuentes judiciales.

La fiscal mantiene su petición de 20 años de cárcel por cada crimen --aunque solo podría cumplir un máximo de 25-- , mientras que la defensa pide para el parricida la pena mínima: 17 años y seis meses por asesinato, y 12 y medio por homicidio.

El acusado, en el juicio celebrado este lunes en la Audiencia, dijo haber matado a sus progenitores por las dificultades económicas de la empresa familiar que dirigía él mismo.

"Me culpaba de la situación. Sentí que les había fallado y temía que perdieran la casa", declaró entonces el acusado, quien también reconoció que vivían de la pensión de su padre y de los escasos ingresos de la empresa de neumáticos familiar.

El acusado apuñaló a sus padres con dos cuchillos de cocina dos o tres veces en sus habitaciones --dormían separados--, dejó los cuerpos a la cama matrimonial donde descansaba su madre, y los tapó con una manta, abandonándolos allí casi un año.

Minutos después cogió una libreta, y en cuatro horas llenó sus 78 páginas relatando los detalles de lo sucedido esa noche, además de juntar toda la documentación sobre sus deudas para facilitar la investigación de los hechos, y horas más tarde se intentó suicidar porque "quería acabar con todo".

Tras cometer los crímenes, Francisco J.L. siguió viviendo en la casa --había vivido allí toda su vida--, y para evitar el olor de los cuerpos descompuestos, tenía ambientadores por toda la casa y lavaba a menudo el suelo de la habitación con lejía, además de tapar la ventilación que daba a la calle para que no se filtrara.