CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
MADRID, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación en funciones, José Manuel García-Margallo, ha propuesto este viernes un "plan b" para Libia que permita al Parlamento de Tobruk --el que reconoce la comunidad internacional-- sortear el veto de una minoría contraria a la formación de un Gobierno de unidad nacional.
En declaraciones a 'Los Desayunos de TVE', recogidas por Europa Press, ha defendido que la UE imponga sanciones a quienes, como el presidente del Parlamento de Tobruk, Ageela Salah Gwaider, están impidiendo ese acuerdo.
El ministro ha avanzado que "seguramente" la cuestión de las sanciones se estudie en la reunión que mantendrá este lunes en Bruselas con sus colegas europeos, que llevan meses amenazando con castigar a quienes están impidiendo la formación del Gobierno de unidad nacional, entre ellos Ageela Salah, pero también el presidente del Parlamento rival de Trípoli, Nuri Abu Sahmin.
Libia se encuentra en la actualidad dividida con dos Gobiernos y dos Parlamentos rivales, con sede en Trípoli y Tobruk, y a quienes apoyan sus respectivas milicias.
"Habrá, seguramente este lunes, que estudiar sanciones contra quien esté retardando el proceso. Y además habrá que hacer un 'plan b', que consistiría en que los 101 diputados del Parlamento de Tobruk favorables al Gobierno de unidad nacional se reúnan "donde sea" para "declarar que aceptan formar ese Gobierno, que insisto es la precondición" para avanzar en una solución para Libia, ha explicado el ministro.
El jefe de la diplomacia española hacía referencia así al requisito de que se forme un Gobierno de unidad nacional que pueda ser considerado como el representante del pueblo libio y que podría, si así lo quisiera, hacer una petición de ayuda a la comunidad internacional.
Los países europeos se han mostrado dispuestos a colaborar en la formación de las fuerzas de seguridad libias que tendrían como principales desafíos garantizar la seguridad del Gobierno de unidad nacional, que tendría que regresar a su sede en Trípoli, pero también hacer frente a la amenaza que supone la expansión del Estado Islámico en Libia.