MADRID, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los grupos parlamentarios del Congreso han aceptado este martes la propuesta de la presidenta, la 'popular' Ana Pastor, de eliminar las preguntas e interpelaciones al Gobierno previstas para el miércoles 28 de julio, en el último Pleno ordinario antes del paréntesis del verano.
Pastor ha llevado este cambio a la reunión de la Junta de Portavoces alegando que el próximo miércoles está previsto que se celebre una Sesión Solemne con los Reyes en el Hemiciclo para conmemorar el 40 aniversario de las elecciones generales del 15 de junio de 1977, las primeras tras la muerte de Franco.
Inicialmente se iba a convocar una sesión solemne el mismo día 15, día del aniversario, pero después se cambió por un acto en el Salón de Pasos de Perdidos el día 28, también con presencia de jefe del Estado y diputados constituyentes. Sin embargo, al final se ha optado por organizar el mismo día 28 una sesión plenaria de las Cortes Generales en el Salón de Plenos.
En ese acto habrá discursos de Felipe VI y de la presidenta de la Cámara y se invitará, además de a diputados y senadores actuales, a parlamentarios elegidos en los comicios de 1977, siguiendo un formato similar al que se utilizó hace una década con motivo del trigésimo aniversario de aquellas elecciones.
Ante de plantear la propuesta formalmente en la Junta de Portavoces, Pastor ha sondeado a los representantes de los grupos en una reunión que han mantenido a primera hora de este martes. En ese encuentro, Pastor ha sugerido que esa sesión de control podrá incluirse en el Pleno extraordinario que se prevé convocar para mediados de julio.
PROMETE TRASLADARLO A JULIO
En esa sesión plenaria de julio, además del prometido control al Gobierno, debería aprobarse el techo de gasto que el Consejo de Ministros tiene previsto aprobar el 30 de junio y es posible que haya que incluir también las explicaciones sobre el último Consejo Europeo que dé el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
En ocasiones anteriores, también ha habido preguntas al Gobierno en el pleno extraordinario que suele convocarse en julio, lo que no era óbice para mantener el tradicional control el Ejecutivo en la última sesión ordinaria antes del verano.
