BARCELONA, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -
La oposición en la Diputación de Barcelona ha reprochado a CiU que, tras romper con el PP, haya configurado el primer gobierno en minoría de la corporación --que preside el alcalde de Martorell, Salvador Esteve--, cuya estructuración ha salido este jueves adelante en un pleno extraordinario con el único apoyo de CiU y la abstención del resto --PSC, PP, ICV-EUiA y ERC--.
El pleno ha dado cuenta del nombramiento de cuatro vicepresidencias, una menos que cuando gobernaban juntos CiU y PP, siendo nuevos en el cargo el alcalde de Cercs, Ferran Civil, que asume la primera y el alcalde de Vilassar de Mar, Joaquim Ferrer, que encabeza la tercera.
Se han aprobado las grandes áreas, de forma que Civil se encarga de Desarrollo Económico Local; la alcaldesa de Sant Cugat y vicepresidenta segunda, Mercè Conesa, de Atención a las personas, y los diputados de CiU Carles Rossinyol --concejal de Sabadell--, de Hacienda, Recursos Internos y Nuevas Tecnologías, y Joan Carles Garcia --alcalde de Tordera--, de Presidencia.
El portavoz del PSC, Josep Mayoral, ha subrayado que es la primera vez desde 1979, cuando la democracia se implantó en las administraciones municipales, que la Diputación tiene un gobierno "en solidario y en minoría", y ha recordado que anteriores presidentes habían optado por formar gobiernos con otras formaciones pese a su mayoría absoluta -como el PSC con CiU en 1983--.
Para Mayoral, alcalde de Granollers, los anteriores presidentes socialistas habían entendido que "el mundo local del país es poliédrico", y ha considerado que ahora lo que se necesita es dotar este ámbito de musculatura ante un futuro complejo por los incumplimientos financieros del Estado y Generalitat, y la reforma local sin consenso que impulsa el PP desde el Gobierno.
Ha avisado de que "hay sumas alternativas" a la que ve mayoría minoritaria de CiU --ha recordado que tiene 20 diputados de 51--, ante lo que le ha emplazado a no actuar como si tuviera mayoría absoluta, y considera la ruptura con el PP estética; el expresidente de la Diputación, Antoni Fogué (PSC), se mantiene como vicepresidente --ahora cuarto--, un puesto simbólico.
El portavoz de ERC y concejal de Barcelona, Jordi Portabella, ha defendido que en plena crisis "es necesario que haya un fortalecimiento de la credibilidad de las instituciones" llegando a acuerdos estables, y ha destacado que la corporación provincial necesita el máximo de estabilidad para ejercer su rol de garantizar, por ejemplo, los servicios a los municipios.
También ha criticado que desconoce la estrategia del gobierno, y en la misma línea se ha posicionado su homólogo de ICV-EUiA y edil de Badalona, Àlex Mañas, que ha pedido recuperar el diálogo social --unos 200 empleados de la Diputación se han manifestado en la puerta contra los recortes-- y duda también de una ruptura real entre CiU y PP.
En el fondo figura el nombramiento del popular Josep Llobet --concejal de Gavà--, vicepresidente hasta ahora en el anterior gobierno CiU-PP, como diputado delegado para las relaciones con la Fundación Privada Democracia y Gobierno Local, entidad sin ánimo de lucro constituida en 2002 por iniciativa de la Diputación barcelonesa para asesorar en materia de régimen local.
RÉPLICA DEL GOBIERNO
Desde el gobierno, Cañizares ha defendido que ahora sólo es viable gobernar en minoría y ha replicado al PSC que "no hay mayorías alternativas", y ha reivindicado que siempre han mantenido un diálogo abierto con todos los grupos y que en lo que va de mandato los ayuntamientos han recibido mucho más de la corporación que en años anteriores de gobiernos socialistas.
El portavoz del PP y edil barcelonés, Alberto Villagrasa, ha considerado que el pacto con CiU ha funcionado muy bien, y que se ha roto por motivos ajenos a la corporación --Esteve reconoció en su día que por el contexto político catalán--, reivindicando que tienen "la conciencia muy tranquila por haber hecho bien" lo que debían y que han tratado por igual a todos los ayuntamientos.