Los partidos aguardarán hasta después del verano para presentar sus propuestas al Plan de Paz del tripartito

VITORIA, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -

Los grupos parlamentarios se emplazaron hoy hasta el 30 de septiembre para presentar sus iniciativas al Plan de Paz y Convivencia del Gobierno vasco después de un debate que reprodujo la división de los partidos ante el documento. PSE y PP criticaron que el texto "mezcla" a las víctimas de ETA y a los presos de la banda, mientras que el tripartito aseguró que el plan contribuye al "reconocimiento de la memoria y dignidad" de los damnificados.

El proyecto fue defendido ante la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Vitoria por los consejeros de Interior, Javier Balza; Justicia, Joseba Azkarraga; y Vivienda y Asuntos Sociales, Javier Madrazo, que representan a las tres formaciones del tripartito (PNV, EA y EB) y que insistieron en el carácter "abierto" del texto.

Tras un debate de casi cuatro horas, el presidente de la comisión, Iñigo Urkullu, instó a los grupos a reflexionar hasta el próximo 30 de septiembre acerca de las tres posibilidades que se les plantean a la hora de abordar el documento: presentar propuestas de resolución, solicitar la retirada del plan o no presentar ninguna propuesta.

El consejero de Interior trató recabar el apoyo de los grupos al asegurar que las fuerzas parlamentarias deberían ser "capaces de construir un futuro" que, de acuerdo a los plantemientos del plan, debe abordarse "desde el reconocimiento y respeto de la memoria y dignidad de las víctimas".

Para Balza, esa es la única forma de "no repetir los errores históricos que han existido en nuestra sociedad y conjunto institucional" hacia los damnificados por el terrorismo.

"CONCIENCIA CRITICA"

En este punto, y en sintonía con el mensaje del Gobierno vasco durante el reciente homenaje a las víctimas del atentado de Hipercor, el consejero aseguró que el documento "incorpora una conciencia crítica de la actuación publica en estos años". Balza indicó que las víctimas del terrorismo "han padecido no sólo el asesinato, sino también la desafección de gran parte de la sociedad en la que se integran".

Por su parte, Joseba Azkarraga reconoció la "dificultad" de lograr un consenso en cuestiones que ocupan el centro del debate político en Euskadi "desde hace décadas", por lo que indicó que el plan está abierto a las aportaciones de los grupos. En este sentido, consideró que la "defensa y promoción de los derechos humanos" que propugna el documento debe ser el "punto de partida" que concite el acuerdo.

Madrazo se centró en el capítulo del texto referido a la recuperación de la memoria histórica y las víctimas del franquismo. El consejero defendió las medidas destinadas a ese objetivo ante el "memoricidio y olvido" respecto a ese periodo histórico.

El parlamentario del PSE-EE Rodolfo Ares se mostró crítico con el proyecto por considerarlo un "cajón de sastre" que mezcla víctimas de ETA, presos y damnificados por el franquismo. Además, censuró que al hablar sobre la "diversidad de sufrimientos", el texto "equipare a las víctimas por acción terrorista con los miembros de ETA muertos en acción policial o con los presos por delitos de terrorismo".

El dirigente socialista también precisó que en el País Vasco "no hay dos partes en conflicto, sino una parte que ha sido asesinada, perseguida y extorsionada y otra que ha asesinado, extorsionado y coaccionado". "No estamos dispuestos a reescribir la historia y a olvidar que parte de la sociedad vasca fue asesinada por defender la democracia y la libertad", advirtió.

De todas formas y con el objetivo de evitar que los grupos "se enzarcen en lo que les separa", planteó que no se presenten propuestas de resolución al plan y que éste se dé por presentado. No obstante, insistió en la intención de su partido de que los contenidos referidos a las víctimas del terrorismo sean remitidos a la ponencia parlamentaria sobre este asunto.

AUSENCIA DE IBARRETXE

Esta propuesta fue secundada por el parlamentario popular Santiago Abascal, que reprochó al lehendakari, Juan José Ibarretxe, que delegara en tres de sus consejeros la presentación del plan. Abascal atribuyó esa decisión a que al lehendakari a que la defensa de las víctimas "le interesa menos" que otras cuestiones como las recogidas en el Plan Ibarretxe, que sí explicó en sede parlamentaria.

El parlamentario del PP lamentó que el plan ni siquiera haya satisfecho a la asociación de víctimas COVITE y que se trate de una iniciativa que "mezcla" a los damnificados con "sujetos que presentan falsas denuncias" por torturas, con partidos ilegalizados y con los propios "victimarios".

Tras denunciar que el documento sólo pretende "limpiar la conciencia y la imagen pública" del Gobierno, anunció que solicitará la retirada del plan.

En su turno de réplica, los representantes del tripartito rechazaron las acusaciones sobre la supuesta "equidistancia" entre víctimas y presos de ETA en la que incurre el texto. En este sentido, Azkarraga aseguró que el hecho de que los sufrimientos de ambos colectivos no pueda equiparse, no impide que haya que plantear formulas para evitar "todas las conculcaciones de derechos".

MESA DE PARTIDOS

Desde EHAK, Itziar Basterrika consideró que la presentación de esta iniciativa en estos momentos "es como empezar la casa por el tejado", ya que la prioridad debería ser "la resolución del conflicto". Por ese motivo, en lugar de "hablar de las consecuencias de un conflicto que todavía sigue vivo", reclamó la constitución de una mesa de partidos que contribuya a superarlo.

La parlamentaria de Aralar, Aintzane Ezenarro, estimó que el plan es "positivo", aunque advirtió de la necesidad de que el programa contemple a la totalidad de las víctimas.

Los parlamentarios de las tres formaciones del tripartito Xabier Agirre (PNV), Rafa Larreina (EA) y Kontxi Bilbao (EB-Berdeak) mostraron su apoyo al plan.