GRANADA 23 Sep. (EUROPA PRESS) -
La viuda del hombre que murió en marzo de 2007 tras recibir 14 puñaladas en una nave industrial de Chimeneas (Granada) pidió hoy al presunto asesino de su marido, que es juzgado en la Audiencia de Granada, que "no puede lavarse las manos como Poncio Pilatos", después de que el acusado declarase ayer que tuvo que ir al lavabo tras acuchillar a su víctima, J.R.C., que entonces tenía 30 años.
Carmen Moles, que ejerce la acusación particular, se dirigió al empresario procesado El Mostafa N. y dijo no aceptar la petición de perdón que éste hizo ayer en la Sección Primera de la Audiencia. "No creo en tu arrepentimiento. Tú no puedes hacer esto con una persona y luego ir a lavarte las manos como Poncio Pilatos", dijo.
Tras su declaración como testigo, el acusado intentó contestar a la viuda, que se había casado con J.R.C. seis meses antes de su fallecimiento, pero la presidenta del tribunal del jurado le ordenó que guardara silencio.
Durante su comparecencia, Moles, que vestía de negro y se mostraba muy afectada, afirmó que su marido no tenía problemas económicos y dijo desconocer que tuviera deudas con el acusado, que había alquilado la nave, propiedad de J.R.C., y que, según declaró ayer, fue el motivo de la discusión que mantuvieron antes del suceso.
De igual forma, señaló que J.R.C era una "persona pacífica" que "nunca llevó un arma", momento en que la madre del fallecido, sentada entre el público, interrumpió su relato y tuvo que abandonar la sala. Moles insistió, acto seguido, en que su marido asesoraba a El Mostafa N., con quien mantenía hasta entonces "buena relación" y al que llegó incluso a invitar a su boda.
Durante la segunda sesión del juicio, declararon también los agentes de la Policía Local de Santa Fe, a los que se dirigió el acusado momentos después de los sucedido para entregarse y los guardias civiles que realizaron la inspección ocular de las instalaciones de la empresa de productos de cárnicos de El Mostafa N., donde encontraron el cadáver de J.R.C.
Los primeros señalaron que el procesado llegó a la Jefatura "alterado", "nervioso" y "muy preocupado" y les confesó que había apuñalado "un par de veces" a un hombre, que permanecía gravemente herido en la nave de Chimeneas, sin que expresamente pidiera ayuda a los mismos para que acudieran en su auxilio.
Los agentes de la Guardia Civil, que instruyó las diligencias, señalaron que el cuerpo del fallecido se encontraba en la zona intermedia del pasillo de la nave, donde encontraron restos de sangre en las paredes que indicaban que J.R.C. se había arrastrado y había intentado huir.
El hermano del acusado también declaró en calidad de testigo y en su comparecencia señaló que los problemas económicos que tenía El Mostafa N. se derivaban de que la fábrica de productos cárnicos no contaba con los permisos sanitarios pertinentes, que debía haber gestionado J.R.C. Incidió en la buena relación entre ambos y que su hermano "nunca ha tenido problemas con nadie".
El fiscal le considera autor de un delito de asesinato con el atenuante de confesión de los hechos ante la autoridad, por lo que pide para El Mostafa N. 15 años de cárcel y 180.000 euros de indemnización para los herederos de la víctima.
Por su parte, la acusación particular solicita para El Mostafa N. una pena 23 años de prisión por el delito de asesinato con alevosía y ensañamiento y 120.000 euros de indemnización por daños morales a la esposa de J.R.C., mientras que la defensa considera que concurrieron los atenuantes de legítima defensa, arrebato y confesión de la infracción a las autoridades, por lo que pide para el acusado dos años y medio de cárcel.
El juicio se reanudará mañana con las pruebas testificales y periciales y la presentación de informes y conclusiones definitivas de las partes en la Sección Primera de la Audiencia Provincial.