Piden cárcel para un hombre por dejar a su novia recluida en casa quien avisó a los Mossos lanzando pinzas de tender

Actualizado: miércoles, 14 noviembre 2007 19:32

BARCELONA, 14 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Fiscalía pide siete años de cárcel para un argelino que en enero encerró a su compañera sentimental cuatro horas en el domicilio que compartían en el barrio del Raval de Barcelona, dejándola incomunicada con el exterior hasta que pudo alertar a una patrulla de los Mossos d'Esquadra lanzando pinzas para tender desde el balcón.

La Sección Vigésima de la Audiencia de Barcelona celebró hoy el juicio contra Yazid B., de 40 años, por un presunto delito de detención ilegal y otro de maltrato en el ámbito familiar, de los que el acusado se declaró inocente.

La pareja sigue conviviendo y, de hecho, la víctima se negó a declarar contra Yazid B. Sin embargo, además de la pena de prisión, la Fiscalía reclama que el acusado no pueda acercarse a menos de 1.000 metros de su compañera sentimental, Hong G., ni comunicarse con ella durante 11 años.

Los hechos ocurrieron el 14 de enero de 2007, cuando Yazid B. discutió con la víctima y abandonó el piso que compartía con ella en la calle Lleó de Barcelona. Según mantiene la Fiscalía, Yazid B. cerró la puerta con sus llaves y se llevó las de la mujer, que no podía comunicarse con el exterior al no tener teléfono móvil ni fijo.

La víctima se negó hoy a declarar contra su compañero sentimental, aunque los mossos d'Esquadra que la atendieron explicaron que la mujer permaneció cuatro horas encerrada en su casa, hasta que vio pasar a una patrulla policial desde el balcón y la alertó lanzando pinzas de tender la ropa contra el coche y gritando "ayudadme, ayudadme".

Los agentes accedieron al piso gracias a la actuación de los Bomberos y, una vez allí, constataron el estado de nerviosismo y "miedo" que sufría Hong G. Según los mossos, tras presentar la denuncia, la mujer solicitó protección y explicó que el acusado solía dejarla encerrada y la agredía.

Yazid B, por su parte, aseguró durante su declaración que nunca ha agredido a la víctima y que no la encerró para retenerla, sino que la puerta estaba estropeada y era necesario cerrar con llave para que no quedara abierta. Según el acusado, el día de los hechos salió a comprar tabaco y se entretuvo jugando con las máquinas tragaperras.