'El pintor de flandes', de Rosa Ribas, descubre, en clave de ficción, los misterios de un cuadro del siglo XVII

Actualizado: lunes, 23 enero 2006 13:35

En su primera novela publicada, la escritora rescata además el tema de "sentirse extranjero y aprender a tropezones"

MADRID, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -

'El pintor de flandes', de Rosa Ribas, descubre, en clave de ficción, los misterios del cuadro del siglo XVII 'La degollación de San Juan Bautista' ubicado en el Museo del Prado. Publicada por Rocaeditorial, la obra se basa en personajes y hechos históricos, así como en "situaciones que podrían haber sido verdad". Ribas rescata, en su primera novela publicada, "una tabla de grandes dimensiones que en un momento dado despareció y que se recuperó cuando todos sus personajes ya habían muerto".

La idea surgió a partir de su fascinación por la tabla y de las investigaciones sobre el cuadro por parte de su suegro, Kurt Reichenberger, editor alemán. 'La degollación de San Juan Bautista', pintura de la que hay numerosas y diversas interpretaciones, "contiene muchos elementos fuera de lo normal", según explicó la autora.

Por ejemplo, "un hombre levanta un mantel, algo que en la iconografía de la época significa que en el cuadro hay un misterio". Asimismo, "aparecen cabezas coronadas, rostros realistas, entre otras características que llaman la atención", señaló. Utilicé el nombre de Van Dyck para crear al protagonista de la novela, pero lo convertí en "un pintor bastardo" y con las características propias de un perdedor.

Además, el hecho trabajar con un "personaje extranjero, que tiene que aprender a moverse y defenderse sin conocer ni entender las reglas del juego" tiene mucho que ver con la propia vida de la escritora, que actualmente vive en Berlín. "De sentirte extranjero y aprender a tropezones creo que sé bastante", matizó.

LA TRAMA

Paul Van Dyck, joven pintor de Amberes, vive en 1622 bajo el signo de una doble frustración: Por un lado, ser uno más en el enorme taller-factoría de Rubens, al que tiene por su padre, y de ver como su hermano pequeño Anton, discípulo favorito del maestro, ha iniciado ya con éxito su carrera de pintor.

Por este motivo, no duda en desplazarse a Madrid para pintar un cuadro de enormes dimensiones pro encargo de Don Juan de Tassis, Conde de Villamediana, en cuyo palacio se alojará y trabajará. Se trata de la oportunidad que el esperaba: El primer peldaño para ser pintor de la corte.

Pronto se percatará de que no es un trabajo cualquiera, ni por las características de la tela, ni por las circunstancias que la rodean. Para empezar, Paul se compromete a guardar en secreto su actividad; para seguir, debe obedecer sin rechistar las instrucciones de su mecenas, y pintar al ritmo que este le marque, sin apartarse ni un ápice de sus indicaciones a la hora de representar una peculiar escena de la degollación de San Juan Bautista.

ESPECULACIONES

La autora se ha documentado "viendo y observando" los escenarios de la novela y el cuadro real en el Museo del Prado en la capital española. "La gente empieza a especular sobre él cuando se acerca a verlo por las alusiones y los misterios" que evoca. Además, trabajó con una monografía sobre la tabla, una traducción alemana en la que cuatro especialistas distintos llegaban a conclusiones diferentes.

Respecto al grado de veracidad de la novela, Ribas no quiso dar un porcentaje. "Existe el cuadro y algunos de los personajes son reales: Ana de Austria; Juan de Tassis, Conde de Villamediana o María de Guzmán, hija del Conde Duque de Olivares, que en la tabla aparece de rojo y con la mirada desafiante", explicó.