BILBAO, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -
Presos comprometidos con la irreversibilidad del proceso de paz y protagonistas de la denominada 'vía Nanclares' para resolver los temas penitenciarios, defienden que ETA deje en manos de una comisión que se cree entre los partidos políticos el tema "de los presos y refugiados, y anuncie su disolución".
Además, creen que "es posible y necesario" que el EPPK, Colectivo de Presos de ETA, reconozca el daño causado, y emplazan a dar pasos "de manera unilateral" para lograr el acercamiento de presos ante el hecho de que el Gobierno de Rajoy no haga "movimientos".
Este grupo presos, formado por Joseba Urrusolo Sistiaga, Kepa Pikabea, Andoni Alza, Carmen Gisasola, Jurgi Oteiza, Rafa Caride Simón, Ibon Etxezarreta y Josu García Corporales, que estuvo agrupado primero en torno a la antigua prisión alavesa de Langraitz y ahora en la nueva de Zaballa, rechazó la violencia hace tiempo y se desmarcó de ETA.
Este colectivo asegura en una entrevista concedida al Grupo de Noticias, recogida por Europa Press, que ha acogido "con un sentimiento agridulce" el cese de la violencia por parte de ETA porque ha supuesto "la satisfacción de que, por fin, se decida terminar con la lucha armada", pero tiene "la sensación amarga de que este paso se tenía que haber dado mucho antes", porque la persistencia de la banda sólo ha generar "más sufrimiento" y ha "llenado las cárceles".
Además, se refiere al hecho de que el EPPK les acuse de haber creado "grietas" en la cohesión del mundo de los reclusos, y señala que se trata de "ramalazos que aún utilizan los que quieren seguir con la mentalidad de antes".
"Hoy en día, con la lucha armada terminada, ahora que se valora el apoyo político que Alternatiba, Aralar, Batasuna y EA han tenido al ir juntos, ese tipo de discurso sectario solo lo pueden mantener en el mundo de los presos. Es penoso, pero ya es un avance", asevera.
ACUERDO DE GERNIKA
Año y medio después de la firma del Acuerdo de Gernika, este grupo de presos cree que "las potencialidades que tenía siguen sin concretarse". "Nos ha parecido que, de tanto querer consensuar algo que sea asumible por los mugarris (en referencia al sector más inmovilista del MLNV, opuesto al de los posibilistas), han elaborado un documento que aporta poco y que crea frustración en muchos sectores de nuestra sociedad", señala.
A su juicio, ha frustrado, sobre todo, a "los que han padecido las consecuencias de la violencia y que, en este nuevo tiempo esperaban algo más que hablar en tercera persona diciendo: 'las partes y agentes de diversa naturaleza han mantenido una actitud de falta de sensibilidad hacia el sufrimiento y el dolor ajeno'". "¿Quiénes son las partes?, ¿quiénes somos las partes?", se pregunta.
Además, apunta que el reconocimiento del daño causado también "es posible y necesario" conseguirlo del EPPK. "Más imposible parecía que la lucha armada se dejara así, sin más, sin ningún proceso negociador, de manera unilateral, con 700 presos en las cárceles y así ha sido", destaca.
En este sentido, recuerda que el Colectivo de Presos de ETA ha firmado el Acuerdo de Gernika que habla de "la necesidad de un reconocimiento, reconciliación y reparación de todas las víctimas".
En esta línea, se pregunta "por qué no profundizar de una manera seria y clara en el reconocimiento, reconciliación y reparación de las víctimas".
"¿Por qué o a qué esperar a dar estos pasos que son necesarios para ayudar a cerrar heridas y para avanzar hacia una convivencia normalizada? En la medida en que se den estos pasos, otros se verán en la obligación de reconocer también las múltiples vulneraciones de Derechos Humanos y las víctimas que se han generado 'en defensa del Estado de Derecho'", añade.
ACERCAMIENTO
También ve "posible y necesario un acercamiento de los presos" porque "la dispersión impide debates que en otras circunstancias y tiempos (Lizarra-Garazi, Loiola) habrían surgido y habrían madurado dentro de las cárceles", y porque "el nuevo tiempo que se ha abierto tiene que llegar a las cárceles y a la política penitenciaria".
Ante el hecho de que el Gobierno del PP haya dicho que, hasta que no llegue el comunicado del final de ETA, no va haber ningún movimiento en la cuestión penitenciaria, añade que hay que dar pasos "de manera unilateral, como se ha hecho a nivel político para volver a las instituciones".
"Si Batasuna se hubiera limitado a solicitar que les legalizaran, sin más, sin cumplir los trámites ni los requisitos de la Ley de Partidos, y remarcando que no aceptarían tales requisitos, ni Bildu ni Amaiur serían ahora legales", indica.
No obstante, destaca que a los presos "se les impone que sigan utilizando fórmulas que sólo sirven para mantener en el candelero el tema de los presos en vez de plantear soluciones". "También es responsabilidad de los presos dar pasos sin esperar a que otros les digan cuándo tienen que darlos", afirma.
En su opinión "el conflicto" vasco no tiene "una solución mágica ni definitiva a corto plazo", y apuesta porque "se vaya avanzando" desde "la realidad existente en Iparralde, Nafarroa y la Comunidad Autónoma Vasca, haciendo política, configurando mayorías sociales basadas en el reconocimiento y el respeto a las diferentes formas de pensar y vivir ese conflicto político".
"También para eso, ahora lo prioritario es solucionar los problemas humanos y convivenciales generados por tantos años de violencia política", remarca.
Además, señala que "es un error" pensar que la evolución de los presos que han pasado de defender "la lucha armada" a una posición política al margen de la violencia "es fruto de los años en prisión".
"Son pocos los militantes que se desmarcan estando en prisión. Muchos más lo hacen estando en casa o en el exilio. Ese cuestionamiento viene a menudo como consecuencia de ver en la práctica la diferencia que hay entre lo que uno pensaba que era la lucha armada, como algo idealizado, y la cruda realidad de sus contradicciones, que se generan en las decisiones que se toman y la mentalidad con la que se hace", dice.
LA DISOLUCIÓN DE ETA
También indica que, "desde el punto de vista de ETA, parece lógico que no se quiera disolver sin solucionar la cuestión de los presos y los refugiados". "El problema es que, una vez que su actividad se ha tenido que dejar unilateralmente, según va pasando el tiempo, ETA, como organización, no aporta nada, queda como algo del pasado, como algo residual. Sólo le queda decir que desaparece", remarca.
Por ello, considera que, "quizá sea más realista, más efectivo, que los grupos que conforman Amaiur planteen con más sensatez y decisión la cuestión de la convivencia, de las víctimas y de los presos, ya que estos tres temas van necesariamente unidos".
De esta forma, plantea que sobre estas cuestiones "se llegue a un acuerdo entre los grupos políticos, se cree una comisión de seguimiento, que ETA deje en manos de esta comisión el tema de los presos y refugiados y anuncie su disolución".
"Esto reforzaría en la sociedad el apoyo para ir resolviendo los problemas de convivencia pendientes: reconocimiento, ir cerrando heridas o la vuelta de los presos a casa", apunta.
Estos presos han puesto en marcha en la cárcel un taller de convivencia, por "el compromiso y la responsabilidad que trae consigo el haber militado en una organización que ha sido responsable de una parte importante del sufrimiento y los dramas vividos por muchas familias".
Su pretensión es, "desde el diálogo, tratar de aportar algo en la necesaria normalización y, a su vez, tratar de ayudar en la medida de lo posible a suturar las muchas fracturas que han dejado en la sociedad tantos años de violencia". En este taller han participado, entre otros, víctimas de ETA, con las que también han participado en "encuentros cara a cara".